Saga White. Rescátame

Capítulo 5.

Por fin, aquí tenéis el nuevo capítulo.

Quería comentaros, que me alegro y me hace muy feliz que os guste tanto esta saga y que deséis que suba capítulo pronto, pero como ya he dicho, al ser la última parte no voy a subir a prisas y corriendo, por lo que os pido paciencia, muuuucha paciencia porque si no, al final esto quedará hecho un churro.

Y tras esto, no me enredo más y os dejo con el capítulo. Espero que os guste y si es así ya sabéis, estrellita y comentad.

Becky Towers

Esto tenía que ser una broma... o más bien una pesadilla. Sí, eso, se trataba de una pesadilla de la cual despertaría sobresaltada y empapada en sudor.

No conseguía apartar mis ojos de los de Rubén. La oscuridad que notaba en sus claros ojos, me atemorizaban. Pero no, esta vez no permitiría que pudiera conmigo. 

La sonrisa, torcida y de suficiencia que apareció en su rostro, hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo. ¿A qué había venido? Sí, ya a por mí… pero sobre todo, ¿cómo ha sabido dónde encontrarme? 

La parte baja de mi cara comenzó a dolerme, fue entonces cuando caí en que mi mandíbula estaba tensa y mis dientes superiores apretaban fuertemente contra los inferiores. Mis puños cerrados, también ejercían bastante fuerza sobre las palmas de mis manos, hasta notar cómo las uñas se me clavaban en ellas.

Advertí la intención de Rubén de acercarse hasta mí.

-Ni se te ocurra acercarte-le prohibí, levantando mis manos e interponiéndolas entre los dos, a la vez que retrocedía unos pasos.

Para mi sorpresa, se detuvo, respetándome. Jamás podría haber imaginado que, Rubén, hiciera caso a una orden y mucho menos viniendo de mí…

-Ruth-llamó Charlie tras de mí, con la voz quebrada.

-¡Ni Ruth, ni leches!-me volví cabreada. Charlie dio un respingo ante la sorpresa de mi contestación-Charlie ¿Qué coño está pasando aquí? ¿Qué hace él…-señalé a Rubén, sin quitar la vista de Charlie-aquí?

Ya había llegado el momento de ser fuerte por una vez en mi vida y no permitir que los demás me siguieran manejando a su antojo.

Charlie permaneció en silencio, con la cabeza agachada y la mirada perdida en sus pies. Algo ocultaba. Se le veía en su mirada que tenía miedo de algo o alguien. Tal vez de Rubén, pero por qué.

-- Charlie…-volví a insistir. 

Me dispuse a acercarme hasta mi amigo cuando algo me agarró de la muñeca. 

Me giré.

Se trataba de Rubén. Mucho había tardado en respetar mi orden.

Primero miré su mano en mi piel, sobre aquella cicatriz que tenía por su culpa, a continuación lo miré a él con el ceño fruncido.

-Suéltame-dije apretando los dientes. 

Esta vez no hizo caso. Simplemente se rio. Tiró de mí, hasta que quedé atrapada entre sus brazos.

-Pequeña Ruth…-atrapó uno de mis mechones de pelo y lo colocó tras mi oreja.

Me movía de un lado a otro, intentado soltarme de su agarre, pero me era imposible. Cuando más me movía yo, más fuerza ejercía él sobre mí.

-¡No la toques, suéltala!-gritó Charlie. 

Rubén levantó la mirada por encima de mi cabeza para mirar a mi amigo. Esa puta sonrisa maliciosa no le desaparecía del rostro.