Capítulo 1.

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Buenos pues comenzamos esta tercera y última parte. Este capítulo es algo introductorio, es algo simple pero espero que os guste de todas maneras.

He tardado en subirlo menos de lo que creía, pero el resto creo que tardarán más ya que quiero escribir varios de seguido y así si tengo que cambiar algo, poderlo hacer y no tenerme que ceñir a lo que ya esté publicado, así que espero que lo entendáis. Al ser la última parte quiere que todo bien cerrado y que tenga sentido, como ya os dije en la última parte del segundo libro.

Pues lo dicho, os dejo el primer capítulo de esta parte. Se lo dedico a mi queridísima Elena, ya que en este capítulo hago referencia a una de sus historias (que por cierto recomiendo todas las que ella escribe). 

Becky Towers

-Venga Ruth, espabila-apremió Charlie, gritando desde la habitación.

Giré mi cabeza hacia la puerta del baño, y entrecerré los ojos y engurruñé mis labios como si de alguna manera Charlie pudiera verme a través de la madera de la puerta. 

-Charlie, no me estreses-le recrimino, regresando a mirarme en el espejo mientras termino de aplicar el rímel en mis pestañas.

-¡Dios! Es que tardas mucho…-volvió a quejarse.

Suspiré intensamente y pasé de él. 

Quién me iba a decir a mí, que en estos momentos me encontraría en Nueva York. 

Habían pasado tres semanas desde lo sucedido con Rubén. Y el mismo tiempo desde que Nick había desaparecido y no sabía nada de él. Tras aquella noche intenté volver a ponerme en contacto con él, pero no cogía mis llamadas. Estaba claro que pasaba de mí, tal vez todo lo que había prometido era mentira. Sólo fui un juguete para él, prometiéndome la luna para luego dejarme tirada como lo ha hecho. Si echo la vista atrás, no ha estado junto a mí cuando lo he necesito de verdad. En cambio, Charlie siempre ha estado ahí, desde el primer día.

Con Rubén, no he vuelto a saber de él. Tanto mi hermana como mis amigos, intentaron convencerme de que lo denunciara por la violación pero no quería más problemas, sólo quería alejarme de él de nuevo. No verlo ni que pudiera encontrarme, por eso acepte acompañar a Charlie a la Gran Manzana. 

Se había puesto en contacto con una agencia que subastaba hombres entre mujeres, su lema era que “Toda mujer debía de poder disfrutar de un hombre explosivo una vez en la vida” (guiño a la historia de mi Elenita, te quiero preciosa). Y Charlie, era simplemente un DIOS. 

Yo a eso lo llamaba prostitutos de lujo…pero si mi amigo quería formar parte de esa agencia era su decisión.

Cuando me propuso el venir por un momento lo dudé, como siempre me daba miedo a un cambio aunque decidí tomarme esto como unas vacaciones y para despejarme y puede que me sirviera para olvidar todo lo que había pasado en el último mes. 

El cambiar de país, continente y ciudad debería servir para algo, ¿no? 

Terminé de pintar mis labios de rojo pasión. Abrí y cerré varias veces los labios, presionándolos entre sí, y cerré la barra de labios.

-Ya estoy lista-anuncié a mi amigo mientras guardaba todo el maquillaje de nuevo en el neceser.

Me miré por última vez en el espejo, atusándome el pelo que había decidido llevar recogido en un lado y ondulado, cayendo en cascada sobre mi hombro derecho.

Planché las arrugas que se habían marcado sobre el vestido negro y salí del baño. 

Me encontré a Charlie tirado en la cama con uno de los brazos por detrás de la cabeza y con el móvil en su otra mano.

Saga White. RescátameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora