Encontrar a Marshall Frey realmente fue complicado, y ni hablar de conocerlo. Parece que se pasa todo el día tirando chistes, frases irónicas y comentarios molestos e irritantes, por lo que nunca sé cuándo está hablando en serio y cuándo no. No puedo saber a ciencia cierta con quién estoy charlando, si lo que estoy escuchando de Marshall me da alguna pista de lo que él es. Supongo que justamente lo hace para esconderse, en cierto modo.
Danna se sorprende al ver a Marshall. Supuestamente, «está algo más diferente» y «ha cambiado un poco de aspecto». Él le responde que ella sigue igual de bonita, y entonces todos terminamos de meternos en la furgoneta y emprendemos el viaje de regreso al Gremio. El muchacho se queda parte del viaje mirando por la ventana, con los ojos color café clavados en el cielo. Como si su expresión lo predijera, comienza a lloviznar y unas gotas finas y suaves empiezan a caer desde las nubes.
Ashley me echa una mirada.
-No soy yo -respondo con expresión aburrida.
De hecho, hace bastante tiempo que no intervengo en el clima. O, tal vez, no que yo sepa. Pero no lo he sentido de esa forma, por lo cual creo que no he alterado nada. ¿Será que, aunque no me he dado cuenta, he comenzado a controlarme más? ¿Estoy dejando a un lado algunos sentimientos, inconscientemente, para no provocar nada fuera de mi control? ¿Estoy volviéndome más fría, en cuanto a emoción se refiere? Veo de reojo a Fénix y de repente pienso que no le he dado el apoyo que se merecía cuando todos discutieron con él sobre amenazar a aquel hombre. En otra ocasión del pasado, habría hecho cualquier cosa por animarlo y hacerle saber que lo comprendía. Lo mismo ocurrió con mi madre; yo estaba en cierto modo impactada por ver el daño que dejó marcado mi ataque en su vientre... pero era un sentimiento de menor medida e importancia. Estaba, en cierto punto, carente de emoción; no dejé que la escena me afectara tanto como comúnmente lo habría hecho. Sin darle más rodeos al asunto, me alejé inexpresiva y comencé a preparar mis cosas para marcharme, en vez de haberme puesto a llorar por culpa como habría sucedido unos meses atrás.
-¿En general lo provocas tú?
Me despego de mi ventanilla, saliendo de mi estupor. Marshall me mira con curiosidad.
-Sólo me ha pasado muy pocas veces -respondo.
-¿Y sabes manejarlo a tu antojo?
-No, creo que es la única cosa que puedo hacer sin depender de mi control.
-Tampoco creo que haya muchos multis como para enseñarte eso...
Pongo mi rostro de costado y lo miro hasta que se da cuenta.
-Depende completamente de mi situación sentimental... -empiezo.
-Como cualquier otra cosa -interviene, y se acomoda en el asiento-. Como para encender una chispa, como para desplazar una llamarada.
-Pero a eso debo lograrlo por mi propia voluntad -espeto-, en el momento en que quiero hacer alguna de esas cosas. El clima simplemente... actúa cuando yo no puedo controlar mis emociones.
Ladea la cabeza.
-Significa que sí puedes manejarlo porque al manejar tus sentimientos el clima te obedece.
-¿Qué? No es eso lo que...
-Basta, ustedes dos -ruge Danna desde el volante-. No falta mucho para adentrarnos en el bosque de la frontera, y no quiero escuchar más disputas por hoy. Necesito silencio.
Pongo los ojos en blanco y después vuelvo mi atención hacia el exterior de mi ventanilla. ¿Qué sabe él del factor emocional en el clima? Es mucho más distinto que el que se emplea cuando quieres manipular el fuego. Tienen diferentes funciones; en el caso de querer encender una llamarada, por ejemplo, tus emociones influirán en la efectividad. Pero el caso del clima es al revés, pues sucede que éste depende de aquellos sentimientos que no son fáciles de evitar. Es incontrolable.
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Hawa: Debemos salir a flote | #2 |
FantasyCOMPLETA - PRONTO EN LIBRERÍAS. Tras los intensos acontecimientos que han ocurrido últimamente, Audrey recibe la noticia de que deberá asistir al Gremio de los Ignisios para aprender a controlarse y a dominar sus inestables poderes... aunque quizás...