Doy vueltas en la cama y ya es la cuarta vez que tengo ganas de ir al baño desde que me acosté. No puedo dejar de sacudir levemente los pies ni de dejar quietos los ojos tras los párpados. No es la primera vez que estoy nerviosa, así que sé el por qué de mi insomnio al instante. No estoy lista para iniciarme, no estoy lista para actuar frente a todos. Mucho menos para que vean lo pésima que soy. ¿Hará Kendrick algo cuando me vea fallar? ¿Cambiará su opinión respecto a mí? Quizá ni siquiera tengamos que hacer algo. Tal vez sólo sea una bonita y practicada charla como la que dio en el anfiteatro.
Pero no puedo saberlo, porque ni siquiera alguien con la lengua tan suelta como Marshall pudo decírmelo.
Me pongo de costado y trato de no pensar cuántas horas han pasado sin que pueda haber dormido. Está todo a oscuras, tanto como veía ayer con los ojos vendados, pero aún así puedo oír la respiración de Ashley y algún que otro ronquido que suelta.
Espero no arrepentirme de esto.
—Ash —susurro, tan bajo y suave como un suspiro. No me hace caso—. Ashley.
Pienso que me ha escuchado y está por responderme, pero sólo se mueve y cambia de posición.
—¡Ashley!
Recibo un almohadazo en medio de la cara que no he podido evitar gracias a la oscuridad. Arrojo la almohada al suelo con un poco de enojo después de volver a enderezar mi cuello.
—¡Oye! —digo fuerte, aunque sigo susurrando.
—Déjame dormir —gruñe. Su voz suena opacada, como si tuviera la boca contra el colchón.
—Yo no puedo dormir...
—No es mi problema.
Resoplo y vuelvo a tumbarme, mirando hacia el techo lleno de sombras.
—Esperaba que al menos me dijeras que la Iniciación no es para tanto...
—Déjame dormir —repite.
Me quedo callada y decido que es mejor no molestarla, menos aún si se le pasa el sueño que la mantiene bastante calmada. Trato de convencerme a mí misma y pienso que, si Ashley no le da tanta importancia, entonces yo tampoco tendría que preocuparme tanto.
«¿No es así?»
Bueno, tampoco sucede a menudo que Ash le de mucha importancia a algo... pero prefiero concentrarme en pensar eso y, al rato de mantener mi almohada apoyada fuertemente contra mi cabeza, logro conciliar un sueño ligero.
Cuando nos levantamos y nos preparamos, vamos caminando hacia el comedor común como en casi todas las mañanas. Solamente estoy con Ashley, y espero que no esté furiosa por haber interrumpido su sueño de belleza.
—Perdona lo de anoche —me atrevo a soltar una vez que nos sentamos juntas en una mesa.
Ash levanta la mirada, todavía adormilada, y frunce el ceño.
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Hawa: Debemos salir a flote | #2 |
FantasíaCOMPLETA - PRONTO EN LIBRERÍAS. Tras los intensos acontecimientos que han ocurrido últimamente, Audrey recibe la noticia de que deberá asistir al Gremio de los Ignisios para aprender a controlarse y a dominar sus inestables poderes... aunque quizás...