Me gustaría poder decirle a Lorena lo que había sido de él pero no lo sabía ni yo. Le conté que un día en una cafetería al pagar, la dependienta me dijo que me alejara de él, que ellos se veían. Preferí no meterme en medio de nada, le pregunté a él pero dijo que no era nada. Pero con los días fuimos perdiendo el contacto y terminamos dejando de hablar. Pero bueno, no estamos para cosas tristes. Ya tenemos suficiente. Decidimos emprender la noche de chupitos. Pedimos dos de tequila en el antro más cercano, y con él inauguramos el inicio de nuestras vacaciones. Fuimos a una discoteca de Barcelona, mientras bailábamos nos reíamos de todo. Hice un descansito para arrimarme a la barra a por dos copas. Cuando iba hacía Lorena me crucé con él. Alexander. Un chico que desde que lo conocía había entre nosotros como algo pendiente. Una especie de tensión. Él tenía por aquel entonces novia y una noche loca de embriaguez nos medio enrollamos. Después de tener mil disputas con él, con su novia y alrededores de su novia, no supe más nada de él. Y allí estaba. En la misma maldita discoteca que yo. Con su pelo bien peinado y como siempre, tan bien vestido. Mirándome, delante mío. Se acercó y justo apareció Lorena, preguntando si había visto un fantasma. Enseguida vio a Ale y cogió de mi mano su copa y se marchó guiñandome el ojo.
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AGARRA EL TIMÓN
Teen FictionJóvenes con historia, historias de jóvenes, jóvenes historias. Qué dice más? La verdad o la mentira?