Capítulo 3 Parte 4

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Mientras esperábamos la cuenta para irnos, le confesé a Matt que no quería forzar nada y que prefería dejar que lo que tuviera que pasar pasara, pero que le agradecía que quisiera todas esas cosas conmigo.
Era una sensación agradable. Me ausenté al baño a retocarme mientras Matt pagaba y recogía nuestras cazadoras.
Al salir del baño Matt se ofreció a ponerme la cazadora. Salimos del restaurante y el aparca-coches tenía nuestro coche fuera, nos subimos.
Al ver que Matt se subía conmigo atrás le pregunté quién iba a conducir a lo que me contestó que era su chofer. Tenía chofer y me parecía una locura, y quizá el vino de la cena ayudara a ello, pero me hizo reír saberlo.
-De que te ríes? Dijo Matt.
A lo que le contesté con otra carcajada cortada a la mitad por un beso suyo.
Matt besaba muy bien. No quería admitirlo pero me volvía loca.
Cuando nuestras bocas se separaron, sus manos rodearon mis mejillas y un cálido beso se posó en mi pelo.
El coche se detuvo y Matt se bajo rápidamente para abrirme la puerta.
+ Pero no íbamos a tomar algo? Le pregunté al estar aparcados delante de una casa.
- Tenemos que arreglarnos dijo Matt mientras me estiraba de la mano hacia dentro.
Al entrar me dio una percha con una funda y una caja. Me dijo que subiera por las escaleras y la primera puerta que encontrara, entrara me cambiara y bajara enseguida. Hice caso a sus peticiones, me cambie rápido, en la funda había escondido un precioso vestido celeste y en la caja unos elegantes zapatos a juego. Y de mi talla. Que curioso.
Bajé y llamé a Matt, el cuál salió con la camisa sin abrochar y la corbata sin atar por encima mal puesta. Me dijo que fuera al baño a por laca y un peine y volviera. Al volver estaba junto a una silla y en la mano sostenía un cesto. Me hizo un gesto para que me sentara. Le di el peine y la laca y empezó a cepillarme el cabello. Me hizo un elegante recogido.
No me podía creer que supiera hacer ese tipo de recogidos. También peinaba, este hombre ya no podía dejar de sorprenderme. Cuando terminó, me ofrecí a atarle la camisa mientras se anudaba la corbata. Se puso la americana, me dio un suave beso y me ofreció una rebeca a juego con el vestido. Salimos de la casa, subimos al coche y le pregunté a Matt a donde íbamos así vestidos. Me dijo que sus padres habían organizado una fiesta de bienvenida a la ciudad para su hermana y que no podíamos perdérnosla.
Prefería que me lo hubiera consultado pero me agradaba que contara conmigo para ir.

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