Le mostré mi rencor por su comportamiento en su momento. Que me tuvo como segunda opción, nunca fue capaz de decidir. Lo tuve que hacer yo, irme de su vida cuando sólo quería estar en ella. Intentó excusarse de ello, pero no me satisfacía, después de todo el tiempo sin vernos lo que menos me apetecía era discutir. Estuvimos poniéndonos al día, me contó los motivos por los cuáles ahora no quería tener nada que ver con ninguna mujer. Añadió que no se cerraba puertas al amor, pero por ahora no lo andaba buscando. Ale sacó su movil del bolsillo de su cazadora y nos dimos los números, con la intención de que quedaramos para ir a tomar algo algún día. Las vacaciones no habían hecho más que empezar.
Cuando me reuní con lorena me dijo que se había encontrado con Mat, mi capitán América. Él le había preguntado por mi y Lorena le había dicho que estaba con unos amigos. Él se ofreció a acompañar a Lorena a buscarme, Lorena le dijo que no era necesario, que podía hacerlo sola. Si quería saber de mi solo tenía que pulsar la tecla de llamar. Preferí no hacer mucho caso a todo lo relacionado con chicos. Mientras Lorena iba a por dos copas a la barra, yo no dejaba de mirar a mis alrededores con la intención de volver a ver a Ale, había más interés por él, que por ver a Mat. Al termimarnos la copa, decidimos cambiar de local. Fuimos a otra discoteca de la zona, por el camino, pese a que se me trababan las palabras, le fui contando a Lorena la conversación con Ale. No sabía el porqué pero no hacía más que recordarle. Me había sentido como en casa tan solo hablando con él. De camino a una discoteca cercana, nos paramos en un chiringuito a tomar una copa. Lorena me ofreció un cigarrillo, mientras nos fumábamos él cigarro y nos terminábamos la copa Lorena me iba contando las típicas anécdotas de noches de fiesta.
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AGARRA EL TIMÓN
Ficção AdolescenteJóvenes con historia, historias de jóvenes, jóvenes historias. Qué dice más? La verdad o la mentira?