14. ¿Que paso ayer?

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P.O.V. Eric

Me desperté, pero antes de siquiera abrir los ojos note un pinchazo en mi cabeza. Joder, mi cabeza daba vueltas... Menos mal que estaba rodeado de los brazos de Sam dándome calorcito... Se estaba tan a gusto que... ESPERA. Abrí los ojos y vi que no estaba en mi habitación. Mi habitación era azul oscura Y ESTA ES AMARILLA. Oh no. Dime que no me he acostado con un desconocido no por favor. De repente me vino un recuerdo vago donde me venia un tío y me metía mano pero, no, NO JODER. NO ME FASTIDIES QUE ME HE ACOSTADO CON UN TÍO.

Con sumo cuidado me di la vuelta cerrando los ojos mientras en mi cabeza no dejaba de decir "que no sea él, que no sea él!". Ya teniendo al tio de frente abri los ojos y... Uff, si que era Samuel. Menos mal. Pero espera... Por que... POR QUE ESTOY DESNUDO?! Bueno, en ropa interior. No habremos... No, no me duele el culo así que follar no hemos follado, bueno, a no ser que yo le haya dad... No, ni de coña. Y ademas, donde estamos? esta no es nuestra casa. Y como es que estoy aquí con él si la ultima vez que le vi nos habíamos... bueno eso. Fuf, demasiadas preguntas para una cabeza con resaca... me volví a apoyar en la almohada boca arriba, pero al hacerlo Samuel empezó a moverse. Dirigí mi mirada hacia el y abrió los ojos. Al verme mirarle dibujo una sonrisa en su boca.

-Bueno días princeso- Bromeo mientras estiraba sus brazos.

- Bue-buenos días- le conteste nervioso. No me acordaba de como había llegado allí y no me atrevía a preguntárselo. 

- Que tal estas? - preguntaba sin dejar de sonreír. Estaba feliz.

- Mi cabeza da vueltas y no me acuerdo de nada de lo de ayer... - Cogí el edredón y me tape con el.

- Pues la liaste pero bien- se rió. Notaba como me ruborizaba. - Voy a preparar algo para desayunar, ven cuando quieras.

Después de eso se levanto de la cama, se puso un pantalón de chándal que cogió del armario y salio de la habitación. Yo me dirigí al baño. No sabia si quería vomitar o solo quería mirar mi cara de vergüenza, pero necesitaba saber que paso anoche así que después de aclararme la cara con un poco de agua salí del baño y volví a la habitación a ponerme algo por encima.

Vi que toda mi ropa estaba tirada por el suelo, al igual que la de Samuel, así que abrí su armario y cogí lo primero que vi. Al final me puse una sudadera un poco grande y pantalón de pijama de Samuel. Me extrañaba que tuviera uno ya que nunca los usa.

Me dirigí a la cocina y vi a Samuel como bailaba al ritmo de la música. No pude evitar reírme a carcajadas, hasta tal punto de que el oyó.

- De que te ríes tu pringau, que parece que has encogido con esa ropa tan grande.- nos reímos los dos.

- Chst! Pues me queda mejor que a ti fijo.- le conteste con tono de diva.

- Anda, anda siéntate antes de que me de por subir el volumen de la radio a tope y te explote la cabeza. El desayuno casi esta.

Me senté en la mesa mientras el iba trayendo comida. En la mesa había tostadas, gofres y zumo de naranja. La verdad es que tenia la tripa bastante revuelta de todo el alcohol que injerí ayer, pero todo tenia tan buena pinta...

- Wow Sam, tiene pinta de estar todo delicioso!

- Pues claro, que te esperabas, tu hermanos mayor es todo un maestro!- dijo arrogante.

No pusimos a comer como locos antes de que se enfriaran las cosas hasta que ya no pudimos más.

- Bueno... Y me vas a contar como he llegado aquí?- le pregunte y a continuación le di un sorbo al zumo de naranja.

- Pues tu deberías saberlo que es el que me llamo ayer.

- Te llamé?

- Sí, y mientras lo hacias a un tío te estaba metiendo mano porque al parecer le "perreaste" en la pista de baile.

- Ay dios- me lleve las dos manos a la cabeza. Mis ojos se abrieron como platos y mis mejillas se enrojecieron. En ese instante todo volvió a mi cabeza. Recuerdo haber perreado a ese tío por que Jessica me había retado a hacerlo y que cuando me siguio a la calle le pegue un rodillazo.- ya me acuerdo de todo. Que vergüenza por dios. Ojala no lo hubieras oído. Que sepas que fue una apuesta, vale?

- Sí, sí, lo que tu digas, guarrilla. Y si te acuerdas de todo, te acordaras de que cuando llegue yo no eras capaz ni de andar dos pasos recto no?

- Por desgracia también... Supongo que querrás que te dé las gracias por traerme aquí no?

- No estaría mal no- Dijo sonriéndome como un arrogante.

- Pues gracias.

- De nada. Y... te acuerdas de que paso cuando te traje aquí...?- preguntó nervioso.

En ese momento entró la madre Samuel por la puerta.

- Buenos días Samuel! Anda pero si tenemos compañía!- dijo al darse cuenta de que yo estaba aquí- Hola, soy Anabeth, la madre de Samuel.

Yo me levante de la silla y me acerque a ella.

- Hola soy Eric, el hermanastro de su hijo- le di dos besos.

- Anda! Tu eres el famoso hermanastro del que Samuel me habla tanto! Pues encantada!- en ese momento gire la cabeza para mirar a Samuel que estaba rojo por las palabras de su madre.

- Mama!

- Que pasa hijo? Yo solo digo la verdad. - no pude evitar reírme por dentro. Me hacia sentirme especial que Samuel le hablase a otras personas de mi- Y como es que estas hoy aquí? No se supone que os habíais peleado o algo?- en ese instante sentí como si alguien me clavara un cuchillo en todo el pecho.

- Y así es pero aquí el chaval se metió en un problemilla ayer en el club y tuve que ir recogerle. - contestó mientras los dos se centraban en mí. Estaba pasando mucha vergüenza.

- Bueno... entonces me alegro que fueras a por él... Eric, vas a querer quedarte a comer?

- No se... nuestros padres tendrán que estar preocupados por que no sabrán donde estoy...

- A no, tranquilo, mientras preparaba el desayuno les he enviado un mensaje diciéndoles que estabas aquí, si quieres te llevo a casa después de comer. - me contesto Samuel.

- Bueno, entonces acepto- dije sonriente.

Después de esa conversación y de recoger los platos del desayuno me fui al baño a pegarme una ducha, que tanto necesitaba. Mientras el agua corría encima de mi cuerpo me puse a pensar en la pregunta que me hizo Samuel antes de que su madre nos interrumpiera: "Y... te acuerdas de que paso cuando te traje aquí...?". La respuesta es sí. Me acuerdo de pedirle que se metiera conmigo en la cama y me acuerdo de engañarle para que me besara. Y sí, me acuerdo de hacerme el loco cuando me pregunto que por que me fui corriendo. Pero que quería que le respondiera "Porque me entro el pánico; porque no quería creerme que eso había pasado; porque sabia que eso significaría que nuestra relación, tal y como era, desaparecería...

Una gota cayo por mi cara, y no era de la ducha, era una lagrima. No quería que nada cambiara entre nosotros. No estaba preparado para tener que llevar una relación tan complicada con un hombre como él. Se que todo acabaría saliendo mal. No quiero dramas así en mi vida si los puedo evitar.

Salí de la ducha, fui a la habitación donde estaba Samuel y le dije:

- Huí porque no me gustas





Hermanastro (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora