Parte 14

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Maratón 1/3

La lluvia caía sin cesar sobre toda Maine, haciéndola parecer triste y sombría.

Yo me encontraba mirando atreves del ventanal esa lluvia, pero no solo esperando a que parase, si no que esperaba a alguien más.

La campanita de la puerta sonó, anunciado que un nuevo cliente acababa de ingresar. Sentí que camino hasta mi y se sentó en la silla que estaba frente a mi.

-¿Qué necesitas?-hablo con un tono frío y tosco, dando a entender que seguí enojado conmigo.-Por teléfono, dijiste que era muy importante.

-Creo que lo tengo.

Frunció el entre cejo.

-¿A quién tienes?

Lo miré incrédula y rodé los ojos: -¡Vamos Aiden, tu sabes muy bien de quien estoy hablando!-Grite/susurre.

Aiden abrió los ojos como platos y se acerco más sobre la mesa.

-Dime todo lo que sepas de él y ¿cómo es que lo "tienes"? .-Pregunto ansioso.

-En el grupo de auto-ayuda conocí a un chico llamado Evan, el sufrio cosas tan feas como yo y es un desequilibrado que se droga y esta lleno de tatuajes.

-Con que fue él quien te vendió drogas.-Recalcó enojado, aún.

-Eso ahora no importa, el punto es que la vez que peleamos y te fuiste, tuve una pelea con ya sabes quien y..

-Buenas tardes, lamento la demora, ¿Qué desean ordenar? - Interrumpió la camarera.

Nuestras miradas se dirigieron a la amable mujer robusta que estaba ante nosotros con una cálida sonrisa.

-Quiero un café negro.-Dijimos al unísono.

La mujer anotó y luego volvió a levantar la cabeza.

-¿Algo más?

-Si, quiero un muffin de chocolate, por favor.

Anotó eso también y luego se marcho. Sentí la mirada de Aiden recaer nuevamente sobre mi, esperando que continuara mi historia.

-De acuerdo, como te decía, pelee con él y logre lastimarlo, pero el me lastimó más fuerte y peor, por lo que logro escapar.

-¿Y estas bien?-Su semblante de seriedad cambio rápidamente por uno de preocupación.

-Si, estoy mucho mejor, aún que debieron usar unas diez bolsas de sangre para que siguiera con vida y tengo que usar esta cosa por unas semanas.-Le mostré la bota.

-Muy bien, entonces continua.

-Bien, el punto es que Evan me vino a visitar todos los días que estuve en el hospital y cuando me recupere y me dieron de alta, le suplique que me enseñara a pelear, así podría defenderme. El acepto, me llevo a un gimnasio y entrenamos toda la tarde, en la noche, nos fuimos por unos tragos para celebrar y como que se nos fue la mano.-Me detuve allí, me iba avergonzaba contar lo que paso después.

Aiden hizo un gesto con la cabeza para que siguiera, por lo que tome aire y le conté lo más vergonzoso que pude hacer alguna vez.

-Tuve sexo con él.

-¿¡Tú qué?!

-Aquí les traigo su pedido.-Bendigo esta señora por ayudarme al menos por unos segundos.

Entre que la señora dejo nuestras cosas, nos pregunto si todo estaba correcto y si queríamos algo más, pasaron al menos unos veinte segundos. Gracias por veinte segundos más de vida, Dios.

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