Parte 15

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Maratón 2/3

N/A: Hay una inmensa sorpresa en este capitulo, agárrense de la sillas, que se me quedan inpaktadaz.

Las palabras de Wendy fueron ciertas y la tarde siguiente ya se encontraba en mi casa. El reencuentro fue épico, nos abrazamos lloramos y todo lo que hacen las amigas que no se ven en un tiempo.

La primera noche hicimos noche de chicas, nos comimos la vida en dulces y nos reímos hasta las cuatro de la mañana. En verdad la extrañe mucho.

Y así pasaron los días, comiendo dulces, charlando sin cesar y divirtiéndonos con películas y video juegos o juegos de mesa.

Una de las mañanas, me levante con más sueño del que tenía la noche anterior. Le eche un vistazo a mi amiga y vi que seguía durmiendo plácidamente. No quería despertarla, así que fui a preparar el desayuno, moría de hambre.

Fui a la cocina, tome huevos, pan, frutas y tocino. Todo lo que se necesita para tener un desayuno nutritivo. Comencé a freír los huevos, prepare la ensalada de frutas y prepare las tostada. Al momento de hacer el tocino, tome otra sartén limpia y encendí el fuego.

Puse las tiras de carne sobre la sartén cliente y comenzaron a dorarse muy rápidamente. Mi estomago rujío con fuerza, el hambre me estaba matando y tenía que comer algo rápido o me comería a mi misma.

Me comí mi respectivo plato de huevos con tostadas untadas en nutella y un poco de ensalada. Diablos, si pudiera casarme conmigo misma, lo haría sin dudar.

Un olor nauseabundo se infiltro por mi nariz, haciéndome escupir las frutas que tenía en la boca y mirar las hornallas. El tocino olía podrido.

Corrí a apagar las hornallas y tire todo el tocino a la basura. Debía estar en mal estado para oler así. Pero no se iba, el olor nauseabundo de grasa quemada seguía en el aire y me provocaba nauseas.

Así que lo hice, vomite en el fregadero de la cocina. Que asco.

-¿Nina? ¿Dónde estas?-Los pasos de Wendy se acercaban a la cocina y yo seguía regurgitando las sobras de anoche más lo que había comido hace apenas unos segundos.

-¡Carajo amiga! ¡¿Qué te paso!?-Mi amiga socorrió a ayudarme y me froto la espalda.

Cuando termine de vomitar, me senté en una de las sillas de la cocina e intente relajarme.

-Creo que algo me cayo mal.

-No lo creo, una vez te vi comer tierra y luego un licuado de quien sabe que y aún así no vomitaste, eres la persona con el estomago más fuerte que conozco, imposible que vomites.-Se excuso.

-Eso fue en la secundaria Wen, mi estomago ya no es lo que solía ser.

-Tal vez tengas razón.-Terminamos el tema.

Mi mejor amiga desayuno y luego me ayudo a limpiar el fregadero. Gracias Dios por esas amigas que te ayudan a limpiar tus propias desgracias. Por culpa de ese episodio, Wendy me puso a dieta para que no me enferme, así que adiós dulces y chatarra.

Ahora nos encontrábamos mirando una serie que a Wen tanto le gusta. Creo que era de un superhéroe de marvel, uno de cuernos y traje rojo. No quitemos que esta buenaso.

Estábamos tranquilas y de repente las nauceas llegan nuevamente.

No otra vez.

Salto del sofá y corro al baño, donde expulso todo. Solo que esta vez es más bilis que otra cosa.

-¡Diablos Nina! ¡Te dije que no te comieras nada que pudiera enfermarte, pero veo que eres una glotona!-Me regaña como si fuera mi madre.

-¡Imbécil, que yo no he tocado nada! ¡No como desdé el desayuno!-Le grito con la cabeza en la taza del baño.-l.

StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora