Capítulo 5.

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Mi madre mandó a traer té y estuvimos tomando. No le quise contar sobre el incidente del caballo, ya que ella está muy estresada.

— Mamá voy a ir a darme un baño. — dije levantándome.

— Está bien cariño. — dice mi madre acariciando mi Mejía.  — te quiero.

— Yo también.

Salí del cuarto de mis padres lo último que escuche fue un suspiro de alivio de parte de mi mamá. Preferí no decir nada y entre a mi cuarto; le pedí a una sirvienta que me llenará la bañera para darme un baño, necesitó relajar mi cuerpo por todo lo que pasé. Cuando me quito mi ropa y me pongo una bata la sirvienta me informa que ya esta listo, entro, me quitó la bata, y me meto a la bañera. Cierro mis ojos y me relajo, pero no dejo de pensar que si Peter no me hubiera salvado, estuviera muerta y lo malo no le di las gracias. Creo que debí haberle dicho aunque sea gracias.

No puedo dejar de pensar que tiene unos ojos tan lindos y lo lunares que tiene, él es muy guapo. Pero, ¿qué me pasa? Tengo que dejar de pensar en él.  me sumergí en el agua y después salgo y me limpio la cara quitando el resto de espuma. Termino de bañarme, después  salgo de la bañera y me seco el cuerpo y me voy a cambiar.

— Tengo que agradecerle a Peter por haberme salvado.

Decidida salgo de mi cuarto y me dirijo al de él.

Peter.

Cuándo terminé de hablar con él rey me fui para el cuarto que me dieron. entro y lance un suspiro de cansancio,  me comienzo a  desabotonar la camisa y me la quito, cuándo iba a quitarme el pantalón, la puerta se abre y veo entrar a la mujer que conocí y se encargó de traer mis cosas aquí. Sofía creo que dijo que se llamaba. Me detuve al momento ella me quedó viendo con deseo y la veo morderse el labio inferior.

— Sí que tienes un cuerpo de un Dios. — dice acercándose a mí.

— Disculpa, Sofía. Así se llama ¿cierto? — ella asistió — bien, pero debería retirarse voy a darme un baño y quiero descansar. — le informo

— Sí quieres te ayudo. — ya estaba a frente mío y me tocó el pecho — si que tienes músculos apetecibles, desde que te vi, me sentí muy atraída a ti.

— Em.... — me separo incómodo de ella. — gracias, pero por favor retirarse.

— Vamos, eres hombre. ¿NO te parezco hermosa? — me pregunta haciendo puchero.

— Sí eres hermosa, Sofía,  pero..... — me calló al instante.

— Vamos, Peter. eres muy guapo. — sé acercó más a mí, mierda que hago..... — yo quisiera que me hicieras tuya..

— Me acabas de conocer hoy. — le dije para que entraran en razón. — no puedes estar hablando enserio.

— ¿y qué? a mi me gustas. — me dijo ya cerca de mi labios. — no veo de malo que una mujer vaya por lo que desea y yo te deseo.

— Por favor, es mejor que salga.

Pero no me hizo caso ya que me besó. Intenté apartarla de mí, pero era imposible ya que me tenía bien agarrado. escucho la puerta abrirse y me separé de Sofía rápido, y me sorprendo al ver a Lali parada en la puerta con la mirada enojada y a la vez sorprendida, me mira y después a Sofía y arruga la frente.

— Sí van a hacer sus cosas, mejor cierren la puerta. — nos dijo enojada.

— No es lo que parece. — digo, ya que no era lo que ella pensaba.

— Es verdad princesa. — dijo Sofía, pero Lali, nos miró más seria.

— No necesito explicaciones y otra cosa antes de hacer lo que van a hacer háganlo más de noche, porque primero es el trabajo y cualquiera pueden buscarlos.

Al decir eso veo como salió enojada y mire furioso a Sofía por ella voy a tener problemas. Sofía sólo me vio mordiéndose el labio, pero no dice nada más.

Suspirando, tomo mi camisa y me la pongo y antes de salir le dije a Sofía.

— Cuando vuelva no la quiero ver en mi cuarto.

— ¿Seguro? — mee pregunta.

— Así es. — le digo ya enojado.

— Bueno, tú te lo pierdes.

No le hice caso y fui a buscar a Lali. Al verla, corrí más rápido y  me puse frente de ella y me vio enojada. ¿Por qué se enoja?

— ¿Se puede apartar? — me dice seria.

— Lo que vio, no es lo que parece.  — le comienzo a explico, pero ella me mira sin creerme.

— Claro no es lo que "parecía" usted sin camisa y besándose con la criada — me dice sarcástica.

— Pues sí, no es lo que parece. Ella entró a mi cuarto, cuando estaba a punto de irme a dar un baño, ya me había quitado la camisa y bueno ella, me besó y usted entró.  — quería que me creyera.

No sé porqué pero lo deseaba.

— Sí claro, pero usted no me tiene que dar explicación alguna. Ya que usted puede hacer lo que se le pegue la gana y le va bien la servidumbre, ya que son del mismo nivel, solo le pido que deberían buscar un horario más cómodo, ya qué esa hora todos estamos dormidos y no ahora que necesitemos su servicios.

Quise replicar pero me apartó y siguió caminando. No puede ser qué por culpa de Sofía esté metido en este problema. De pronto la veo aparecer y la miro furioso.

— Me dejaste por venir a explicarle a una princesa maleducada que sólo por ser de la realeza cree que tiene el derecho de tratarnos como insectos.— me dice molesta y veo qué escuchó la conversación.

— Por mucho que me moleste su forma de ser, soy su guardaespaldas y debe ser tratada con respeto y tú igual debes hacerlo. — le dije serio y ella volteó los ojos.

— No soy la única que piensa así, todo el palacio la odiamos. — no puedo creer qué haya dicho eso. 

Decidí no escucharla más y me fui a mi cuarto pero cerré con seguro por si llegaba a volver a querer entrar. Me vuelvo a quitar la ropa y me meto al baño para darme una ducha  para relajarme de este día que tuve. 

Lali.

Preferí salir a tomar aire al patio estoy tan enojada no puedo creer que casi los encuentro haciendo, haciendo.... aaaah qué asco, con solo imaginarme eso, me entra ganas de vomitar. 

— ¿Por qué me molesto por haber visto a Peter con esa sirvienta? No tengo porque enojarme, él tiene derecho de estar con quién guste.  — suelto suspiro. — estoy loca por enojarme por algo sin importancia.

Me quede sentada un rato más en él patio y amo como todo se ve alumbrado. Tengo que acostumbrarme al estar con Peter y no tengo porque enojarme con lo que haga cuando no está en servicio.

..............

— Señor. — escucha y lo voltea a ver serio.

— ¿Qué — dijo — ¿ya está listo, Fernando? — le pregunta y él asistió.

— Sí señor, ya está listo. — dice y la otra persona sonrió.

— Perfecto, no beben fallar esta vez. — dijo ya que no quería que el nuevo plan fallara.

— No señor. — dijo Fernando. 

Se retiró y dejando a la otra persona con una sonrisa en el rostro. Solo tenía que esperar para que el trono fuera del él. Y pronto lo conseguiría.

Protegiendo a la Princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora