Lali.
Todavía no puedo dejar de pensar en que cuando vuelva a mi país no veré más a mi padre pero tengo que ser fuerte sobre todo por mi madre. En este momento ella debe estar desesperada, creo que ni ella ni yo nos imaginamos que algo así pasaría. Mis lágrimas caen mientras veo mi plato de comida sin tocar. Desde ayer mi apetito no está y no tengo ánimos de nada.
— Lali — lo volteé a ver y Peter está cambiado, se ve muy bien. — Tengo que salir, por favor no salgas de aquí. Confío en ti que estarás cuando yo vuelva.
— No te preocupes, no voy a salir además dónde voy a ir no conozco este lugar muy bien y ni ánimos de hacerlo. — él sólo asistió.
Lo veo irse mientras yo me acuesto en el mueble dejando que mis lágrimas sigan cayendo. Quisiera hablar con mamá, saber cómo está, pero Peter no tiene nada con que comunicarme. Me levantando y muerdo mi labio inferior, la verdad necesito hablar a mi país. Camino hacia la ventana y veo que Peter no está.
Tal vez encuentre a alguien que me ayude y solo voy hablar con mamá y regreso antes que Peter vuelva. Salgo de la casa, comienzo a caminar, pero no veo a nadie, veo una chica que está bajando unas cosas de su auto. Tomando el valor me acerco a ella.— Salut — saludo y ella me vio sin entender. — perdón es que a veces se me olvidar que no es mi país — soy una tonta. — soy Mar.... soy Milagros — rectifique.
— Hola, encantada soy: Candela, por lo que veo tu eres la nueva vecina ¿verdad?— asiendo sin dejar de sonreír.
— Lo soy, es un gusto de conocerte Candela.
— Por favor dime Cande, siento que es muy formal cuando dicen todo mi nombre. Pero es un gusto conocerte Milagros, ¿de dónde eres? Lo digo por tu acento y por la forma que me saludaste. — la miro y no se que decirle, la verdad no creo que ella me conozca así que no veo nada de malo decirle de dónde soy.
— Vengo de Francia, Cande. bueno se me olvida a veces que no estoy en mi tierra y empiezo hablar en mi idioma. — le digo sincera.
— Que genial que seas de Francia, me encantaría conocer un día ese lugar por lo que veo en fotos es muy hermoso.
— Lo es, te aseguro que cuando lo visites te vas a enamorar. Disculpa que te pida esto, pero pasa que no tengo a quien pedirle.
— ¿Que necesita?
— Quisiera hablar a mi país, pero cuesta mucho y no tenemos teléfono todavía, te juro que cuando pueda yo te lo pago, pero es importante que llame.
— Entiendo, está bien, me caíste bien Milagros. Ven vamos adentro.
Le sonrió agradecida y entramos a su casa, ella deja las cosas en la mesa. Ella me muestra el teléfono y agradeciendo marco el número de mamá, pero no me contesta, intento como cuatro veces pero nada, decido dejarle un mensaje para que ella sepa que estoy bien y que este número no es mío si no prestado y al final cancelo.
— Muchas gracias de verdad.
— No lo agradezca. Lastima que no lograste comunicarte, pero si llegan a llamar te aviso.
— Te lo agradecería. — pero dudo que mi mamá llame y más cuando le dije que no es mío el número.
Estoy a punto de despedirme pero ella me pone un plato en la mesa.
— Esperó que te guste, no te iba a dejar irte sin comer nada.
Yo lo vi extraño se que son, pero nunca e probado un sándwich e visto a Peter hacerlo, pero yo no me atrevo a probarlo y mas desde que casi quemo la casa a causa que quise cocinar y Peter solo me estaba dando a entender que hubiera uno de esos.
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Protegiendo a la Princesa
FanfictionProteger es la prioridad, pero el amor es más fuerte.