Capítulo 20.

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Simón le hizo señas a Fernando para que se fuera y cuando estuvieron solos. Se sirvió dos vaso con Ron, y le entregó uno a ella, la cual lo acepto encantada mientras cruzada la pierna seductoramente.

— El dinero va estar mañana mismo en tu cuenta. — se sentó a la par de ella mostrando interés.

— Mmmm, Me gusta escuchar eso. — bebió un sorbo. — saber que tendré ese dinero me hace sentir muy emocionada. Es como excitante. — se lamió los labios.

— Tendrás mucho más si me dices dónde está mi prima.

—  Te voy a aconsejar algo. — bebe otro poco. — Déjala seguir como está en este momento, hora ella quiere trabajar y le ayudé a conseguirlo con una "amiga" por así decirlo.   

—¿Esa chica sabe quien es mi prima? ¿Está unida a ti?

— Nada que ver. — ríe. — Tengo un aliado, pero no es Eugenia. Así se llama ella. No sabe nada de lo que estuvo haciendo. Hice que  Lali confiara en mí. Cree que soy su "amiga" es muy ingenua, sabes..... Hasta ternura da.

— ¿Que tienes planeado? Que ella trabaje ¿y? Mi prima nunca en su vida hizo algo así.

— Deja que tenga algo de libertad, además su guardaespaldas está muy cerca de ella por si quieres hacer algo.  por lo que sé, él volverá a trabajar y ella tendrá mas libertad, pero te aconsejo que tenga paciencia sea lo que sea que quieras hacer.

— ¿Cómo sabe tanto de él?

— Tengo mis tácticas. Voy a conseguir tener la confianza de él y cuando sea el momento adecuado te la daré en bandeja de plata.

Fernando escuchaba todo evitando que se dieran cuenta que estaba haciéndolo. No estaba  de acuerdo con lo que ellos hablaban, quería hacer algo, pero no se atrevía ya que no quería que si vida corriera peligro.

Simón sonrío ante el plan de cande. Y estuvo de acuerdo con hacer las cosas como ella lo tenía planeado.

— Está bien, lo haré a tu modo. Pero espero que no sea una trampa.

— No soy una estúpida y te aseguro que mi trabajo te va encantar. — puso una de su mano en la pierna de él. — te aseguro que te va encantar. — se mordió el labio inferior.

Lali.

Sonrío al ver a Peter haciendo el desayuno y me acerco a él abrazándolo por la espalda.

— Buen día amor. — se gira y me da un beso. — ayer no pude hablar contigo por la hora, así que lo haremos ahora. — apaga la estufa y me nos sentamos en el comedor.  — Sé que soy tu guardaespaldas. Pero no me siento bien al estar todo el día en la casa y usando el dinero que envía tu madre por medio de mi jefe. tomé la decisión de ayudar en la agencia a entrenar a nuevos personal. Cómo te digo amor, no me siento bien en utilizar tu dinero, todo los gastos han sido a causa de eso y quiero aportar, sé que me pagan pero no me han dejado tocar ese dinero y me estoy sintiendo un mantenido.

— Oh. — Me muerdo el labio ya que no se que más decir.  — ¿entonces ya no me quieres cuidar?

— Claro que sí, pero todo está en orden y mientras no salgas de la casa, solo estaré en la mañana y regresaré en la hora del almuerzo. Por favor entiende.

Lo veo y entiendo lo que siente, porque yo igual me estoy sintiendo así. yo la chica que toda su vida le dieron todo ahora quieres ganar dinero por si misma. Suena cómico, pero entiendo a Peter, además así podré ir a trabajar y no se daría cuenta. Me sale muy bien que Peter este fuera de la casa. Él me mira esperando mi respuesta. Le sonrío para tranquilizarlo.

Protegiendo a la Princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora