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Ya era la mañana siguiente y estaba conduciendo hacia el instituto, tenía la pequeña mochila negra puesta en el asiento del copiloto junto algunos papeles que debía de entregar.
No me alegraba para nada que el año escolar ya hubiese comenzado... pero que más da, no planeaban socializar con nadie.

El cielo estaba nublado y algunos árboles estaban tirados por las calles, aunque ayer hubiese llovido aún caían algunas pequeñas gotas de lluvia, la brisa seguía siendo fría y un poco fuerte que probaba que algunas hojas de los árboles cayesen sobre el parabrisas.

Para mi mala suerte había logrado llegar al lugar, me estacioné con precaución pensando en que en menos de dos o incluso un mes estaría llegaría a toda velocidad sin que me importase golpear a un idiota. En cuanto me estacioné y apague el auto, repase el lugar... adolescentes hormonales por aya y por aya... si mordía a alguno mis padres serán los culpables.

Muchas miradas se fueron a mi auto y a mí, ignore las miradas y tome la mochila del asiento. Salí del auto con una cara de odio impresionante y ligereza cerré la puerta.
Las miradas seguían en mi, suspire con frustración y camine hacia la entrada del lugar mientras que los demás se apartaban mirándome con curiosidad. En cuanto llegue note algo extraño... un extraño aroma a café combinado con madera de pino.
Fruncí el ceño pensando en que quizás era el aromatizante que tenían... y por ahora el aroma es mi parte menos odiada del instituto.


Me encontraba de camino al aula de matemáticas, ya me habían entregado algunos papeles que requería junto al número de mi casillero y las llaves de este.
Toqué la puerta y un profesor con gafas y un tanto mayor me abrió la puerta.

-Oh, tú debes de ser Alexandra- dijo con una sonrisa-Pasa, pasa- dijo y se hizo a un lado dejándome entrar. En cuanto entre todos callaron y me miraron, era el primer día y estos idiotas ya me estaban hartando.

-Ella es Alexandra Vellutini, viene desde Inglaterra- dijo el Profesor-Yo soy el Profesor Sanders, puedes sentarte en cualquiera de las mesas vacías- dijo el con amabilidad.

-Claro. Gracias.- conteste con un tanto de sequedad. Ignoré las miradas y camine hasta las mesas de atrás... Me senté y el profesor continuó explicando acerca de un tema que para mi era tan irrelevante como saber el tipo de manicura que la chica frente a mi tanto alardeaba entre susurros.

Blah blah blah era lo único que escuchaba salir de la boca de los profesores. Todo lo que decían ya me lo había memorizado al derecho y al revés... ¿Porque no mejor me quedaba en casa todo el día y simplemente salía por las noches a cazar? Pensé casi a punto de salir corriendo.

Era receso y estaba dejando mis cosas en el casillero. Sentí un ligero empujón y me giré soltando un suspiro de frustración, un grupo de chicas me miraban de arriba a abajo. Sus rostros repletos de maquillaje que estaba segura no cubrían sus inseguridades y ropa costosa que estaba segura solo usaban por el precio tan alto que tenían.

-¿Se les perdió algo?- pregunté sin importancia y me volví a girar mirando a mi casillero.

-¿Y tú eres...?- preguntó una con la voz chillona-Supongo que nadie....- dijo y escuche las ligeras risas.- Bueno no nos interesa, quítate estamos pasando- dijo y con frustración cerré la puerta del casillero con gran fuerza haciéndolas sobresaltar un poco.

-De verdad que no tengo tiempo para esto- dije y pase a su lado esquivando su hombro, pero esta me tomo del brazo-¿Ahora qué?- pregunté exhausta.

-Nosotras somos las mas populares de aquí, así que será mejor que te vayas acostumbrado- dijo con asco y superioridad, me solté de su agarre con el ceño fruncido... me parecían tan inmaduras.

Iba a responder pero una voz me interrumpió-Hannah déjala en paz- dijo una voz grave. Me giré encontrándome con un chico... Un licántropo... un problema más.

-Lo lamento Dante- dijo la chica temerosa mientras que su corazón comenzaba a latir más rápido,  se alejó de nosotros caminando a paso rápido seguida de sus amigas las cuales estaban un tanto hipnotizadas por el chico frente a ellas.

-Hola, soy Dante- dijo con una sonrisa y un tono de voz totalmente diferente-Tu debes de ser Alexandra Vellutini, la híbrida más temida- dijo con diversión las últimas palabras y lo mire confundida-Oh vamos cariño, todos los seres sobrenaturales sabemos quién eres...- dijo divertido.-Muy temida.- dijo el alzando un poco las manos en expresión de temor y soltó una risa.

-Eso creo- dije confundida y sin el interés de seguir con la conversación comencé a caminar alejándome de él.

-Oye espera- dijo tomándome del brazo- ¿Porque no te sientas con nosotros?- preguntó.

-No- conteste mientras miraba su mano alrededor de mi brazo con un tanto de confusión, este me miro confundido y me soltó.
No quería involucrarme con nadie... mucho menos con un licantropo.

Dante P.D.V

El día había sido demasiado aburrido a excepción de todos los comentarios acerca de la nueva.

-¿Escucharon de la chica nueva?- le pregunte a Caleb y Aaron.

-Si, ¿ya la haz visto?- me preguntó Caleb con curiosidad.

-Si, es hermosa- dije y Caleb río-Es una híbrida y tiene un carácter demasiado fuerte.- dije y Aaron me miró abriendo sus ojos más de lo normal obviamente sorprendido por lo que le decía.

-¿Híbrida?- preguntó el un tanto confundido y asentí.

-Si, es hija de los Vellutini... en cuanto la vi estuve seguro de que era ella. Se ve idéntica a las portarretratos de los libros. - dije y este se concentró más en la plática-Por lo que se Los Vellutini están tratando de negociar con los cazadores, ella debió de estar en gran peligro como para que sus padres la enviasen por aquí.-

-Ya lo creo- dijo Aaron con sequedad.

-Pero es bastante fría, la invite a venir en receso con nosotros pero se negó- dije frunciendo el ceño mientras miraba a Aarón.

-¿Deberíamos de hablarle?- preguntó Caleb.

-Solo si es necesario, no sabemos si es de confiar. Sabemos que los Vellutini han hecho cosas fuera de lugar... no sabemos si ella es igual- dijo Aaron y acentimos sabiendo a que se refería.

Alexandra P.D.V

El día había pasado, no pude creer que fui capaz de no golpear a alguien.

Me molestaba que me vieran y que hablasen de mí sin saber que podía escuchar cada estupidez que decían... pero mi gran suerte... aquel aroma había estado siempre presente, algunas veces más fuertes y a veces casi ni alcanzaba a olerlo.   

Subí a mi auto y encendí el motor. Justo cuando iba a salir del estacionamiento tres chicos salieron de la escuela... levante la vista y me di cuenta de que Dante era uno de ellos.
Uno de ellos llamo más mi atención... era un híbrido, pero no un híbrido cualquiera. Sus ojos eran negros y su cabello igual, tenía el ceño fruncido mientras que caminaba con superioridad seguido por sus amigos.

Salí de mi trance sintiendo un ligero escalofrío y salí de ahí a toda velocidad haciendo que las llantas se quemaran contra el pavimentado y haciendo que más miradas se posarán en mi auto.

Sangre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora