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Ya era el día siguiente, y curiosamente había logrado quedarme dormido. Me levanté Alexandra descansando sobre mi pecho. Una canción aún se escuchaba con lentitud, las cortinas permitían que un poco de luz entrase a la habitación... sin embargo esta no era mucha, ya que como siempre... los días eran nublados.

Mire a Alexandra, dormía pero está tenía el ceño fruncido

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Mire a Alexandra, dormía pero está tenía el ceño fruncido. Su vestido estaba ligeramente levantado dejando a la vista un poco más de lo debido.
Escuche como alguien tocaba la puerta y sin que pudiera decir que esperará abrieron la puerta.

-Joder.- dije al ver a Caleb y Dante con flores y chocolates en mano. Con rapidez tape a Alexandra y esta se apegó más a mi.

-Buenos días.- dijo Caleb con un tanto de picardía mientras nos observaba.

-Idea de Caleb.- dijo Dante en su defensa refiriéndose a aquellos regalos. Los dos entraron y dejaron las cosas sobre una de las mesas al lado de la puerta.

-Te ves muy cómodo.- bromeó Caleb mientras se acercaba a nosotros.-¿Cómo está?- preguntó ahora sentándose al borde de la cama.

-Esta bien, en cuanto despierte debo darle un poco de las sustancias que dejaron las brujas y también cambiarle la venda.- dije mientras la miraba.

-Y también debes darle nuestros regalos. - dijo Caleb con una sonrisa un tanto pícara.

-Claro Caleb.- dije rodando los ojos y levante la mirada para mirarlos a ambos.

-¿Durmieron así toda la noche?- preguntó Dante ahora frunciendo el ceño.

-Eso creo.- conteste y él me miró con extrañeza.
Alexandra comenzó a abrir los ojos con lentitud y un ligero gemido salió de ella en cuanto se movió.-Joder- dijo mientras tocaba su frente, levantó la cabeza y me miro.

-¡Buenos Días!- exclamó Caleb con una sonrisa y Alexandra lo miro con el ceño fruncido.-Te hemos traído flores y chocolates.- le anunció el con con una gran sonrisa.

-Gracias chicos.- dijo con una ligera sonrisa de confusión pero a la vez de agradecimiento. 

Zac P.D.V

Habíamos logrado matar uno que otro demonio pero varios de ellos habían logrado escapar. Las dagas que tenían no nos afectaron... al parecer solo tenían efecto en los híbridos.

Al día siguiente nos encontrábamos debatiendo acerca de la idea de ir a la mansión de los licántropos o esperar a que nos encontrásemos con Alexandra .

-Deberíamos de ir a ver cómo está.- dijo Demian mientras caminaba con lentifud frente a la chimenea.-Por lo menos hacer el intento...-

-Pondremos un pie en ese territorio y nos sacarán a golpes.-contestó Christopher con sequedad.

-Lo intentaremos.- dije y los dos asintieron no tan convencidos de la decisión que había tomado.

Alexandra P.D.V

Había logrado quedarme dormida, cuando desperté sentí tranquilidad de saber que estaba recostada sobre el pecho de Aaron... me hubiese gustado quedarme más tiempo ahí.

Los chicos se habían quedado en la habitación habían comenzado a hablar acerca de cómo Zac y el resto de los chicos se habían enfrentado contra aquellos demonios.

Debía de ducharme, cambiarme la venda, y tomar esa extraña sustancia, la cual desconocía por completo.
Aaron me ayudó a levantarme y en cuanto lo logre me baje el vestido con rapidez evitando revelar más de lo que debía.
Mi cuerpo dolía demasiado, tanto que me mordí el labio inferior evitando no soltar un gran grito que terminaría destruyendo mis cuerdas vocales.

Dante abrió la llave del baño y Caleb espero sentando sobre la cama en donde miraba con rareza las sustancias ya listas sobre la mesilla de noche.
Aaron llamó a Stefanie para que me ayudara a bañarme ya que yo con los huesos casi rotos apenas y podía moverme.
Stefanie entró a la habitación y nos saludo.-Bien, necesito que Aaron me ayude.- dijo y Aaron abrió los ojos sorprendido.

-Cla... claro- tartamudeo y aclaró su voz un tanto nervioso.

Aaron me ayudó a llegar hasta baño, Stefanie conversaba con los chicos sobre algo que por ahora no lograba escuchar. Llegamos frente a la tina y Stefanie llegó rápidamente con unas toallas en mano.

-Bien chicos...- comenzó a decir ella después de dejar las toallas sobre la tapa del bater.-Tendré que cerrar la puerta.- dijo ella con gracia y cerró la puerta del baño dejando a Caleb y Dante en la habitación de Aaron.

-La ayudaré a entrar a la tina.-dijo Stefanie y Aaron asintió dejándome junto a ella y después nos dio la espalda.

Stefanie retiro el vestido y la venda y con cuidado me ayudó a entrar a la tina. Me costo un tanto de trabajo pero logré hacerlo sin derramar alguna lágrima, el agua estaba caliente y sentí como mis músculos se comenzaban a relajar de poco a poco.
Me recargue con cuidado y suspire. Stefanie le aviso a Aaron que podía darse la vuelta y este la dio sin siquiera girarse a verme.

-Bien, pondré unas gotas de esto.-comenzó a decir Stephanie mientras sacaba una pequeña botella con líquido azul.-ayudará a sanar tu herida pero... te dolerá.- me dijo y tense la mandíbula.-Aaron- lo llamó y este se giró a vernos.-Ayúdame a mantenerla calmada, el dolor puede hacer que se altere.-
Aaron caminó hacia la tina y se hincó a un lado de mi, me giré a verlo m y lo mire a los ojos.

-¿Lista?- preguntó Stefanie y asentí tensando mi mandíbula. Escuche como las gotas del líquido caían al agua y esta tardo unos cuantos minutos en hacer efecto.
En cuanto estas comenzaron a hacer efecto la herida en donde anteriormente la daga estaba, comenzó a arderme como si me la volviesen a enterrar.
Atraje mi mano entrelazada con la de Aaron hacia mi frente y me recargue en el borde de la tina.

-Duele demasiado.- dije cerrando los ojos con fuerza mientras apretaba la mano de Aaron.-¿Cuánto dura esta cosa?- pregunté con brusquedad y Aaron 
pasó sus manos por mi cabeza con delicadeza.

-Un par de minutos, después podrás relajarte.- escuche me Stefanie me decía.

Pasaron aquellos largos minutos y después de un rato sorprendente la herida había desaparecido. Solté un suspiro y relaje mi agarre a la mano de Aaron.

-Bien, prepararé él té que ayudará a que tus músculos se relajen. Aaron ayúdala a que se enjuage.- dijo y apretó un botón que dejo que el agua corriera. Se levanto y salió de la habitación. Me incorporé con cuidado y junte mis piernas a mi pecho para que Aaron no se sintiera incómodo al verme totalmente desnuda.

Aaron tomó la regadera y la encendió dejando caer el agua tibia. Comenzó a enjuagar mi cabello con delicadeza mientras pasaba sus dedos por este, sus manos se fueron a mi espalda y con cuidado comenzó a enjuagarme, en cuanto sus manos tocaron mi piel sentí un escalofrío y tense mi mandíbula... sin embrago no me sentí incomoda.

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Sangre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora