Seis

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HARRY


—Tienes que tomarte esta pastilla —la señora de bata blanca me estaba obligando a tragarme una pastilla que calmaría mis dolores de cabeza— Vamos —insistió.

—Ya te dije que no —hablé—. Desprende un olor desagradable, dan ganas de vomitar, que asco —arrugué mi frente.

—Cuando quieras —dijo ya harta y cansada de haber estado obligándome por minutos—, te la tomas, aquí te la dejo.

Y se largó.

Vieja del demonio, si no quiero tomarme la pastilla ya me moriré aquí mismo, pero no. ¿Dónde estaba mi chica perdida cuando más la necesitaba? Quisiera que este conmigo ahora, que ella fuera la que me obligara y perdiera los nervios con mi actitud tan terca. Un sonido me sacó de mis pensamientos, el móvil comenzó a vibrar. Lo que más me sorprende es que el móvil este bien después de todo, un milagro. 

Me acuerdo de una vez que me caí por las escaleras por borracho, tenía el móvil en la mano y salió volando, y cuando lo cogí no le había pasado nada, sólo se ponía la pantalla verde a veces, pero bueno, esta vez tenía algunas grietas porque el cristal de la pantalla se ha roto.

—¿Sí? —contesté.

—Styles, ¿donde mierda estás? —gritaron al otro lado de la linea. Era Niall, ese rubio que nos mandaba a los otros tres y a mí, a hacer de todo, mientras él estaba de brazos cruzados.

—Estoy... —tardé un poco en responderle— en el hospital.

—¿Y qué haces ahí? —preguntó enfadado, seguía gritándome— Ven ahora, ¡ya!

Dicho eso, colgó. ¿Justamente tenía que irme ahora? Hijos de puta, seguro que no se habían enterado que yo estaba aquí. Agarré unas prendas que Alma tuvo el valor de ir a comprar y me vestí rápidamente para salir de ahí. Primero tuve que ir a coger un tren de vuelta a Londres, ya que seguramente me encontraba un poco lejos, no sé como Alma se atrevió a venir sola. Cuando llegué, a pie tuve que irme al escondite donde estaba ese idiota del rubio y descubrir que tenía que hacer ahora.

***

ALMA

No encontré a Harry en su habitación, se habría escapado antes de que le dijeran que ya se podía ir. Qué imbécil ese chico, suspiré cansada ¿porqué hace eso?, ahora si creo que ya no lo volvería a ver. Así que salí del hospital para volver a Londres e ir a ver a mi novio, así que me dirigí a su casa y no me abrió nadie cuando toqué la puerta. Alguien agarró mi cintura con ambas manos y salté en mi sitio, volteé rápidamente, y me encontré con Billy, que sonreía alegremente para mí.

—Me asustaste —me quejé poniendo mi mano en el corazón, luego le sonreí—. Hola —besé sus labios.

—Hola, bonita —sonrió—. ¿Me venías a buscar? —preguntó curioso.

—Sí —asentí un poco avergonzada.

—Ven —agarró mi mano— Vamos a dar un paseo, he hablado con  tu madre y me ha dicho que estás un poco... agobiada, ¿puedo saber por qué?

Pase toda la tarde con Billy en un centro comercial, habíamos hablado de tantas que cosas, como si no nos hubiéramos visto desde hace siglos. Pero no le dije nada acerca de Harry obviamente.

—¿Nos vemos mañana? —le pregunté cuando estuve enfrente de la puerta de mi casa.

—Mmm ya te llamaré —encogió sus hombros, luego beso mi mejilla—. Adiós preciosa.

Se fue alejando y cuando llevaba unos metros se giró y me lanzo un beso, yo le sonreí. Lo vi desaparecer por las calles oscuras, entré en mi casa encontrándome a mi madre sentada en el sofá leyendo una revista, no le dije nada y directamente subí a mi cuarto. Me di una ducha y me metí en la cama, ya que mañana tenía que comenzar a buscar un nuevo trabajo.

Dangerous |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora