Capítulo 25

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─Alma Becker, no sé dónde has estado estos días, te llamaba a casa y nadie cogía la llamada.

Sí, esa es mi madre hechándome la bronca al llegar a casa, cual adolescente quince añera cuando llegaba a las tantas de las madrugadas a su casa después de un fiesta. Parecía histérica, cómo si hubiera cometido un delito no contestando al teléfono, pero bueno, era una madre preocupada por su hija.

Estuve en buena compañía junto a Harry, con quien estuve de maravilla, momentos junto a él que se tatuarían en mi mente.

─¿Me escuchas? ─me preguntó echando mis pensamientos al lado.

─No.

─Que estás castigada ─repitió.

─¿Qué? ¿Pero por qué? No soy una niña pequeña para que me castigues, ¡Mamá por favor! ─comencé a llevarle la contraria.

─Estas castigada y punto Alma.

─Pues no, ¡Déjame! ¡Que parece que viniste a joderme! ─me crucé de brazos─ por no coger el teléfono y decirte ''Mamá estoy bien'', no es nada importante para vosotros, sólo llamáis para haceros los interesados por mí y que piense que sois unos buenos... padres. Que sé que no lo sois.

─¿A qué te refieres? ─se interpuso Kyle en la discusión, que estaba en ese momento en el salón.

─Ah nada, pero creo que vosotros ya lo sabéis.

Cuando dije eso, ambos se callaron. Fue como si hubieran captado al instante lo que dije. Los miré con decepción y giré en mi mismo eje, sabiendo que mis ojos comenzaron a humedecerse y pronto saldrían las lágrimas. Caminé hasta fuera de mi casa, abriendo la puerta y quedándome apoyada en la pared, si Kyle esta aquí los gritos volverán a esta casa como la última vez que estuvo aquí, y la otra y la otra... Mierda, no puedo ni quiero estar con ellos, ni siquiera son mis padres, ni siquiera se han atrevido a hablar sobre ese tema, que para mí es muy delicado ahora. Lentamente me fui arrastrando hasta tocar el suelo, la noche era fría, todo parecía desierto en ese momento, como si solo estuviera yo sola en el mundo. Ni un alma circulaba por las calles, abracé mis piernas y me quedé mirando un punto fijo en la casa de enfrente la cual las luces estaban apagadas. Ahora mismo lo que necesitaba conmigo, era a él.

Harry es el único ahora que me podría hacer sonreír.

Yo confío en él.

Y sé que puede dejar de hacer esas mierdas que hace con sus compañeros.

Ahora, no creo que sea el mismo hombre que vi por primera vez en aquel club nocturno, ni el de la cafetería, ni el que salió en el robo en las noticias.

No.

Ese Harry Styles ya no existe.

─¿Alma? ─preguntó mi madre tocando la puerta de mi cuarto.

─Qué ─respondí seca.

─Tu padre y yo nos vamos de viaje unos cuatro días o así ─oh genial, ni siquiera se ha molestado en pregunta como estoy ni nada.

─Pues iros ─contesté sin importancia alguna─, no me importa. Si queréis dejadme ya el resto de mi vida sola, ya estoy acostumbrada, no os preocupéis, de verdad.

─¿Estás segura cariño? ─me preguntó Kyle tocando mi hombro, lo que me hizo enloquecer ya, ¿como se atreve a preguntar tal cosa, si le importo una misera mierda─

─No me llames cariño ni mierdas ─le dije asesinándolo con la mirada─, ni me toques ─me aparté con asco de su lado─ ¡Vete de esta casa otra vez! No me haces falta, madre de verdad iros, parezco una egoísta pero, yo creo que vosotros sois los que me habéis tenido engañada todo estos años, no quiero estar con mentirosos, sabéis lo que pienso sobre las mentiras, son una mierda.

Dangerous |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora