Catorce

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ALMA

Lo tenían agarrado de ambos brazos dos chicos. Mientras un tipo grande lo golpeaba salvajemente en la cara, los puñetazos me dolían hasta a mí, se escuchaban sus quejidos y sollozos, que me hacían sentir mal hasta a mi, no podía seguir viéndolo. Así que dejé de ver esa escena. Llevé mi mano a mi pecho que subía y bajaba, recuperando mi respiración. Ver eso no me hacia bien.

—Llevadlo abajo —oí que habló un señor, miré rápidamente era el que lo golpeaba.

Abrieron una puerta y se adrentaron en ella, esperé a que salieran y poder entrar. Esperé un buen rato pero cuando vi que se dirigían a la  puerta en la que estaba asomada y bajé por completo hasta quedarme en la entrada de esa casa, hasta que los vi subir. Escuchaba como los muchachos se reían y el señor hablaba con demasiada furia. Mientras seguían subiendo por las escaleras, yo aproveché para volver a ese cuarto. Cuando entré vi por los suelos manchas de sangre que hicieron darme cuenta de donde estaba. Entré en la parte donde metieron a Harry y sin hacer mucho ruido fuí buscándolo con la mirada. La luz era poca la que había, apenas sabía donde ponía el pie en el suelo, podía encontrarme con cualquier cosa.

Una figura con las manos colgadas cada una a un extremo, atadas ambas a una cuerda alrededor de las muñecas, su rostro bajo y hasta le arrancaron la camisa.

Bestias.

Me acerqué mas a él, cuando oyó mis pasos levantó su rostro. Era tan diferente a cuando lo veo, su cara llena de dolor, tristeza e ira.

—A-Alma —intentó decir— ¿Qué coño haces aquí? —preguntó débil— Vete, lárgate, fuera...

—Oh dios mío —susurré.

—Vete —susurró su ronca voz.

—¿Q-Qué te han hecho Harry? —le pregunté agarrándolo su rostro con mis manos—¿por qué?

Su cara. Me daba tantísima lástima, quería parecer fuerte, pero para mí, parecía todo lo contrario a fuerte.

Débil.

—¿Siempre te hacen esto? —volví a preguntar.

—Esto y más.

—¿C-Cómo? —tartamudeé.

—Mira detrás de mí —me indicó.

Solté su rostro y no muy segura caminé hasta detrás de él. Miedo tenía al saber lo que tenía que ver y no sé como pude ahogar el silencioso gritó que salió de mis labios, tapé mi boca viendo su espalda, todo roja. Como si hubieran pasado algo quemado, algo hirviendo por esta. Pero no creo, ¿no? Horrorizada volví a quedar cara a cara con el chico rizado. Quién hundió su rostro en su hombro derecho. No quería verme, no quería que vea lo débil que está ahora, él quiere que lo veamos siendo un hombre fuerte. Que no teme de nada ni de nadie.

—Harry.

—Si preguntas de nuevo, ahórrate las preguntas —habló— Estoy bien.

—No te hagas el duro ahora, por favor —le rogué—. Conmigo eso no funciona, mírame —ordené y levantó y su mirada se encontró con la mía—. No te dejaré.

Él cerró los ojos y suspiró.

—Será mejor que te vayas si no quieres que.. —no le dejé acabar.

—No me iré, seré terca y todo lo que tú me digas, pero aquí no te dejo —dije esta vez seria, hablaba enserio— Eres un maldito orgulloso.

HARRY

Ahí estuvo en lo correcto, aunque no me gustaba para nada admitirlo. Con sus pocas fuerzas desató mi mano derecha de esas cuerdas que apretaban como la mierda mi muñeca. Juro que podría desangrarme ahí mismo. Yo conseguí desatarme la otra y caí de rodillas al suelo. No tenía fuerzas para mantenerme en pie, pero ella... ella me ayudó a levantarme y a salir de ese lugar.

Dangerous |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora