Quince

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—¿Qui-Quién? ¿Ha-Harry? —le pregunté como si no supiera nada, no sabía que decir ahora, ¿se lo digo?

—¿A qué otro Styles quieres que me refiera? —preguntó con obviedad, achinó los ojos y me puse nerviosa no sabiendo que decir.

—Pues no sé donde está —me crucé de brazos, intentando no ponerme más nerviosa de lo que estaba, si yo cuando mentía, se me notaba mucho no, muchísimo, no sabía mentir— ¿Y porqué lo vienes a buscar a-aquí? —pregunté.

—Por que él siempre está contigo, ¿no? —comentó— Oh ¿acaso engañas a Billy con el idiota ese?

—¡Él no es ningún idiota! —contesté entre dientes— No está aquí, por favor, lárgate. Que parece que has vuelto para joder Ryder, me molesta tu actitud, no pensé que fueras así.

Se quedó sin decir nada y se fue sin decir nada ¿por qué siempre hace eso? Suspiré antes de cerrar la puerta de la casa, no entiendo por qué mi madre no me dijo nada de él. ¿Qué habrá ido a hacer a Bélgica? ¿Sólo a ver a Kyle? Él para mí no es mi padre, no es nada. Sólo es un hombre que me ha hecho la vida imposible estos años, solamente llamándome para gritarme o mandarme algo, eso no es lo que una hija espera de su padre.

—Alma —alguien susurró por detrás.

Me giré para ver a Sam asomándose por las escaleras, hasta que se acercó a dónde estaba yo. Sonriente se paró delante mío, su sonrisa de pervertida la conocía desde hace tiempo.

—Harry se despertó —dijo— Preguntó por tí, corre amiga —rió tapando su boca con las manos.

—Ya voy.

Subí las escaleras a mi ritmo y escuché a Sam soltar una pequeña risita, me volteé a verla y su risa se esfumó cuando la miré, sabía que me enfadaría. Seguí en dirección a mi cuarto, lentamente entré y ví a Harry sacudiéndo su cabello. Arrugó su nariz y luego sonrió.

—Hola —dijo con la voz ronca, se me erizó la piel.

—Hola, ¿cómo estás? ¿ya te encuentras mejor? —comencé a preguntar.

Él rió y bajo su mirada al suelo de mi cuarto. Estaba tan callado, no parecía el Harry de hace unas semanas atrás.

—Estoy... bien —luego de unos segundos respondió— ¿por qué no vienes a hacerme compañía? Ven aquí.

—Mmm S-Sam está abajo, vamos con ella. Luego malpensará no sabes como es.

—No, —negó— déjala, quedémonos aquí nosotros.

Pensé la respuesta exacta para contestar, pero no estaba muy segura de qué exactamente contestarle. Si le digo que no, me rogará y acabaré haciendo lo que él me diga y si le digo que sí, será igual, así que..

—Esta bien, ¿y que... quieres hacer? —me atreví a preguntar.

—Quiero abrazar a alguien, ¿puedo...—de detuvo unos segundos— abrazarte a ti?

—¿P-Por qué no? —susurré y le regalé una pequeña sonrisa.

Él se levantó y abrió sus brazos, tímidamente me fui acercando y pasé mi brazos por su espalda, él me apretó contra él, estaba tan bien. Tan agusto, cerré los ojos y sonreí. Oía como su corazón latía con fuerza.

—No te duermas —susurró riéndo.

Desvió su mirada a mis ojos, la cuál abrí con rapidez. Ya que, yo era unos centímentros más pequeña que él bajo su mirada. Su sonrisa estaba llena de.... ¿tontería? Reí y Harry igual. Hasta que nos detuvimos y me quedé observando, o mejor admirándo sus ojos verdes. Un verde que enamoraba, que ipnotizaban.

Sus labios joder, esta vez fué Harry quién se lanzó a besarme con énfasi, yo no respondía al beso. Es que directamente soy una idiota en estos casos.

—Bésame.

Lo hice.

Comencé a besarlo torpemente. Ya cuando vi que el beso se profundizó no podía controlar mis brazos. Mi manos alzaron un poco su camisón y las introduje entre la tela y su espalda. La acariciaba lentamente, ya que no quería hacerle daño por lo que tenía.

—Ejem.

Directamente reconocí la voz de Sam, y salté en mi sitio, dejando de besarlo.

Mierda.

—Perdón, ¿interrumpo algo? —preguntó levántando y bajando sus cejas rápidamente.

—Mmm no —contesté— Harry y yo... ya íbamos a bajar.

—Sí... ya lo veo —rió— digo... —carrasqueó su garganta— claro, solo venía a decirte que ya me han venido a recoger, me voy con un chico Almi —dio saltitos cual niña pequeña emocionada, blanqueé mis ojos y le sonreí divertida.

—Ve corre, te quiero.

—Adiós —corrió hacía mí y me abrazó— Dile que use preservativo, no quiero ser tia tan proto —susurró en mi oído.

—¡Sam!

—¡Adiós Harry! —finalizó para salir corriendo del cuarto. Qué graciosa. Cómo si fuésemos a hacer algo.

—¿Seguimos? —la voz de Harry interrumpió.

—¿Seguimos... el qué?

—Mmm vamos, sigamos con lo que hemos dejado hace unos minutos.

—No Harry, no puedo volver a besarte —le respondí alterada— Tengo miedo de que Billy se entere y... no, no.

—¿Por qué tiene que enterarse?

—Yo soy fiel Harry —respondí.

—No creo que él lo sea al igual que tú Alma, ¿tú sabes cómo és el de verdad? Si supieras.

—¡No lo conoces, no tienes porqué hablar así de él!

—Cada dos por tres folla con otra que no eres tú nena, seámos realistas, él no te quiere.

—Mierda ¡no digas más! —grité.

—¡Alma reacciona! —gritó desesperado— ¿Todavía sigues diciendo que le quires y que le era fiel después de lo que le visto en el cuello el día de tu cumpleaños? —preguntó— Sí, lo vi mientras toda esa gente se te quedaba mirando y a la vez se enteraba de que tu novio te estaba engañando.  Y además, ni lo has vuelto a ver desde entonces, has preferido estar conmigo porque sabes que conmigo ests mucho mejor que con él, que no te aporta nada. Y si te dice te quiero lo dice solo por decirlo y que tú te sientas bien. Y que le des toda tu confianza que ni siquiera merece —pausó— Él no te merece.

No dije nada, porque sabía que en el fondo tenía mucha razón.

—Okey, me voy, tengo planes —cambió de tema rápidamente.

—¿Dónde vas? —le pregunté persiguiéndolo escaleras abajo.

—A las carreras.

¿Carreras?

—¿No sabes lo que és verdad? —me preguntó divertido, no sé que le veía de divertido el muy estúpido. —Lo llamamos mejor, 'circulo de medianoche'. Me voy nena, ¿me das un beso?

—¡No! —me negué— ¿Estás loco?

—Por tí —guiñó un ojo— Bueno, pues adiós mi chica enfadada.

—Pero Harry yo...

—¿Vienes comigo, amor?


Dangerous |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora