Capítulo 10 "Calibre 37"

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Al terminar de comer después de lo sucedido Annie y yo nos dirigimos hacia él internado, en él auto todo fue silencioso porque ella iba dormida.

Ahora es de noche, estoy acostada en él césped mirando hacia arriba, mirando las estrellas. Analizando todo lo que paso. Después de eso ya no he vuelto a ver a ninguno de los tres y ni ganas tengo de verlos, sobre todo porque quiero estar sola, siempre no se la razón me gusta estar en un lugar sola pensando en todo. Si me agrada estar con amigas pero a veces es mejor así, y de todos modos ahora solo tengo a Annie, aun no conozco a los demás pero por las miradas que estoy recibiendo a diario y ahora, supongo que los demás ya han de conocerme y lo mas seguro es que por mi hermano. A veces él que tanta gente me mire es muy incomodo otras es hasta divertido porque cuando le caigo mal a alguien asi y me miran con desprecio me esfuerzo por caerles peor. Así era en donde estudiaba antes. Los últimos días solo recibí miradas de desaprobación y otras de admiración, y no me importo pero ya no quería seguir ahí la razón fue esta:

Yo estaba junto con mi grupo de "amigas", siempre lo estuve y eramos seis. Había o hay una chica que siempre estaba callada y que no tenia amigos. Intenté hablarle y ayudarla pero lo único que vi reflejado en ella fue miedo, miedo a ser engañada o maltratada, y así fue, tan pronto como las demás se dieron cuenta de esta chica la empezaron a molestar y como siempre yo la defendía y ellas se alejaban, sabiendo de lo que yo era capaz. Tan pronto que ellas se iban la chica se alejaba lo mas posible sin siquiera un gracias, a mi no me importo eso pero solo quería que ya pararan con su juego en él que ella no se divertía.
Un día en él baño se escucharon muchas risas, esas risas eran de las que la molestaban, sabía quienes eran y a quien dañaban, así que entre y al momento una cara de espanto se reflejó en mi, la chica estaba en él piso mojado y ella desnuda, en un rincón como un perrito con miedo, ella lloraba y no hacia nada para irse. Las que se reían grabaron todo, y en ese momento me valió que fuesen mis amigas o no, golpeé a la mas cercana a mi haciéndola chillar del dolor, ella me intentó jalar del cabello pero la volví a golpear y ya no lo hizo, pero quería hacerme daño. La siguiente era la chica que estaba grabando, así que de una patada hacia su brazo hice que tirara él celular (el cual cayó en él agua y mas aparte lo pisé) en su rostro ya no había signo de diversión, así que también la golpeé. Nada fue grave, las cinco salieron cuando se los grite. Al momento yo me agache donde estaba la chica de quien nunca supe nombre, tenia las manos en los oídos, tome una toalla y la cubrí. La ayude a levantarse y note que sus rodillas sangraban. En ese momento llame a mi amigo que llegó corriendo y sin pena a que fuera baño de mujeres él entró y al verla su expresión fue la misma que yo cuando la ví, ella con él pelo mojado y con sólo una toalla enrollada de su cuerpo, mi amigo la cargo con un brazo detrás de sus rodillas y el otro en su espalda, salimos y todo él mundo nos miro al caminar por él pasillo. Todos murmuraban y decían cosas respecto a eso.
-Tranquila, te llevaré a la enfermería- le dijo mi amigo Blad con una sonrisa tratando de calmarla, ella lloraba y la vergüenza por su estado era gigante ya que todos la veían.
Él cuerpo de Blad se mojo a causa del agua en la chica y una de sus brazos tenía sangre por causa de las rodillas de ella. A él no le importó.
Al llegar a la enfermería después de caminar por ese infernal pasillo, Blad la dejo sobre la camilla que nos indico la enfermera y nos salimos.
Después de eso ya no la volvimos a ver.
Él y yo nos fuimos en mi auto hasta su casa porque en su casillero no había ropa.
Al otro día él director nos llamo a las seis chicas y discutió él tema, como no era la primera vez que ellas hacían esto las expulsaron y a mi solo me reportaron por haberles roto la nariz a dos de ellas.
Estuve tres semanas después del incidente. Recibí muchas felicitaciones, sin embargo no era algo que mereciera felicitación. Otros me decían que era un perra, una chica intento tirar mis cosas pero sólo consiguió un ojo morado por un tiempo. Y así fue como entre alagos y ofensas me fui de ese lugar que sólo esta lleno de hipocresía, Blad hasta ahora sigue ahí y aun me habla a diario.

Conmigo ¡ni lo pienses!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora