Capítulo 15 "Maldita caida"

14 1 1
                                    

Él maldito resfriado que me ha atacado por la lluvia, me tiene súper cansada y decaída, pero como siempre voy a ir a clases. No pienso faltar aunque todos dicen que lo haga.

Afortunadamente mi hermano se dio cuenta que estaba mal y me ha cuidado estos dos días que también he ido a clases, aunque sinceramente no rindo del todo porque me da sueño muy rápido y mucho frío, pero con tomarme él medicamento se me quita.

Y tampoco tengo hambre, Annie me trae comida pero a duras penas me como la mitad, y ahorita estoy en él pequeño comedor del edificio, donde estoy comiendo yo y otras tres chicas riendo de quien sabe que cosa.
Un emparedado y un jugo es lo único que estoy comiendo y no quiero hacerlo pero tengo que.

Pongo la pequeña pastilla color amarilla en mi mano, la veo detenidamente y sabe horrible, la llevo a mi boca y tomo un gran sorbo del jugo de mandarina para tratar de opacar él terrible sabor que tiene esta pequeña pastilla.

—Te dije que te enfermarias—la voz de Luis me sorprende aun tomando él jugo. Afortunadamente no me ahogué.

Ignorando sus molestas palabras dejo él vaso ya vacío en la barra, la rodeo para luego sentarme en él pequeño sofá con mi emparedado y mordiéndolo con demasiado esfuerzo.

—Si hubieras aceptado mi ayuda— otra molesta frase sale de su boca.

Él se sientra frente a mi, yo lo miro una vez y vuelvo a ignorarlo, pero él me mira fijamente, de pies a cabeza, observo por la ventana que esta a mi lado, alumnos pasan de un lado a otro, uno que otro auto pasa por en medio de los árboles en él asfalto.

—Traes unas enormes ojeras— dice viendo mis ojos detenidamente.
—¿Y a ti que te interesa?— mi tono es calmado. Pero sigo sin mirarlo, no me interesa verlo.
—Bueno, ver que yo tuve la razón en que te enfermarias me hace sentir bien.

¿Pero que tipo de mierda tiene él en él cerebro, dios como lo hace sentir bien?
Eso significa que si me dice que me muero si no me paro ahora y no le hago caso pero él tiene la razón ¿se sentirá bien? ¿Eso es lo que quiere decir?

—Creeme Luis que jamas aceptaría ayuda de ustedes sin importar nada—mi tono sigue siendo calmado pero ya se nota la molestia en mis palabras.
—Eres tan orgullosa— él sonríe ligeramente.
—Si de orgullo hablamos, ustedes cuatro están llenos de él—mi mirada se posa en la suya.

Mi cabeza esta empezando a doler, pero esto ya no es por él resfriado, es un dolor diferente e intenso. Que hace que lleve mi mano al lugar donde duele, pero disuladamente para evitar que este tonto pregunte algo sobre mis gestos de dolor
Miro al suelo y cierro mis ojos apretando sin quererlo a causa del fuerte dolor que ahora me invade.

Unos pasos se oyen hacia acá, yo sigo mirando al suelo y lo que veo son las piernas de dos hombres acercándose a Luis, ellos se sientan a su lado.

Accidentalmente dejo caer mi emparedado al suelo. Miro hacia arriba y los hombres que llegaron son Ian y Xavier quienes me miran como siempre lo hacen pero esta vez analizandome mas.

Él dolor de pronto desaparece, como si no hubiera existido, me imagino que es un efecto secundario del medicamento ya que es lo único que me lo pudo haber causado.

Levanto él emparedado ya desecho y lo voy a tirar al bote de basura que esta a un lado de la máquina de refrescos.
Regreso al sofá por mi mochila y me la pongo para así dirigirme hacia la salida.

—¡Aaaaahhhhh!—grito, a causa de que me encuentro en él piso boca abajo con un fuerte dolor en la mejilla ya que no me dio ni tiempo de poner las manos, siempre lo hago pero ahora no se porque no puse las manos, él dolor en mi mejilla es literalmente insoportable, siento como la zona se calienta inmediatamente, me arde y siento como si tuviera la cara hinchada como globo, Ian me ha puesto él pie, los tres ríen pero Luis deja de hacerlo cuando ve que me doy cuenta. Él se levanta y se acerca estirandome su mano para que la tome y me ayude a levantarme.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Conmigo ¡ni lo pienses!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora