—¡Callate, callate, callate!— grito al mismo momento él que golpeo mi despertador con mi mano. Tendré que comprar otro porque este ya es un cadáver.
Agarro mi peluche y se lo lanzo a Annie.
—Dormilona. Ya despierta.
Me levanto de mi cama, tomo mi toalla y mi ropa, y me meto a bañar, como todas las mañanas. Si yo pudiera no me bañatia en todo es mes, me da muchísima flojera y se gasta agua pero tengo que hacerlo para estar cómoda y limpia.
Doy vueltas a la llave fria, y luego la caliente, para así templar él agua a mi gusto. Me meto, él agua que cae es tan relajante, trato de apurarme.
Cuando salgo de la regadera me pongo mi ropa interior, unos jeans obscuros y una playera con estampado de atardecer, me pongo mis zapatos, y salgo aun con la toalla enredada en él cabello.Rayos, Annie no se levantó cuando se lo dije.
—¡Levantate!— le aviento tres almohadas a su rostro.
—Oye... eso dolió.
—Al menos yo no te eché agua helada para que despertaras— le digo cuando me acuerdo que ella si lo hizo aún si no había nada de confianza.Ella ríe y se levanta con mucha dificultad y mucha flojera, se talla los ojos y se estira.
Yo conecto la secadora, quito la toalla de mi cabello y comienzo a secar mi pelo con la maquina.—No me va a dar tiempo de bañarme—dice ella.
—Pues no lo hagas— digo mientras
miro al espejo y seco mi pelo ligeramente ondulado.
—Lindsay— su tono es como cuando alguien quiere golpearte.
—Mande
—¡Son las siete!¡no las ocho!— ¿qué? Me desperté una hora antes, genial, pude haber dormido mas y de paso mate a mi despertador.
—Bien pues ahora vas a tener tiempo extra— le digo y ella me lanza él cojín a mi cabeza. No le digo nada porque la culpa fue mía.Termino de secar mi pelo, desconecto la secadora y la guardo en mi cajón donde están este tipo de cosas.
Bueno tendré tiempo para ir a buscar a mi hermano que no aparece por ningún lado, y tampoco lo he visto en clases.—Ah por cierto, Jason dijo que iba a ir a un concierto junto con Dylan— dice Annie. Eso explica todo.
—¡Y lo dices hasta ahora!— le devuelvo él cojín que ella me aventó, cae en su rostro— me voy.
—¿A donde?
— A desayunar.Dicho esto salgo de la habitación y camino hasta la sala de aquí, donde como siempre hay galletas, jugos, café, y cosas para que te desayunes, es como una mini cafetería pero sin alguien que te atienda.
Tomo seis galletas, un jugo de naranja y un sándwich, me siento en uno de los sillones y comienzo a comer.
Maldito, le avisó a Annie pero no a mi, cuando llegué me las pagara, se fue durante él fin de semana, ya debería de estar aquí porque es martes.—Lindsay, ya te extrañaba— me dice Dylan sentándose a mi lado.
—Dime donde esta mi hermano
—Sigue dormido— dice él al tomar una de mis galletas.
—¿Còmo por qué carajos no me avisaron que se iban a ir durante él fin de semana?— le reclamo.
—Claro que lo hicimos, entramos a tu cuarto él viernes en la madrugada y te dijimos. Tal vez seguías dormida pero sólo a esa hora podríamos salir sin que nos descubrieran— él toma otra de mis galletas.
—¿ah en serio? Hahah perdón entonces, voy por mas galletas.Me paro, dejando él pequeño plato en las piernas de Dylan y me dirijo hacia donde están las galletas. Tomo unas ocho y regreso a mi lugar.
Cada vez él pasillo se llena de mas estudiantes, unos vienen hacia acá, otros salen del edificio, entran y se pasean por aquí.—Tu hermano me contó que te encanta hacerles bromas a la gente—espero y no lo pregunte —¿Fuiste tu quien pintó a Ian?
Y lo preguntó.
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Conmigo ¡ni lo pienses!
Teen FictionVaya... jamás pensé que mi vida fuera tan complicada y que todo eso lo pudiera causar una sola persona.