ALEX
Al siguiente día, sentí la necesidad de ser escuchada, más bien, la sentía todo el tiempo. Quería salir, sentir el abrazo de alguien, sonreír y luego empezar todo de nuevo pero simplemente no podía hacerlo."Las cosas no siempre salen como uno quiere, ¿Verdad?" Pensé.
A pesar de no ser la persona más social y amable del mundo aún me quedaba alguien por buscar: Luke. Caminé con una botella de agua en mi mano y me teléfono en la otra, después de la terrible noche pasada no deseaba quedarme en casa, Luke y yo éramos como hermanos; podíamos llevarnos tan mal a veces pero siempre podíamos estar para el otro. Su casa no quedaba lejos, normalmente sus padres lo dejaban por motivos desconocidos así que él se acostumbró.
Hacía tiempo que no hablábamos, solía dormir en su casa de vez en cuando y sí, me llegó a gustar pero no lo suficiente para decírselo, ahora sólo lo considero una persona importante y eso es todo.Mi teléfono sonó en señal de que un mensaje había llegado:
"¿Cómo van las cosas?" -I.
Eliminé el mensaje en un dos por tres, no le daría la satisfacción de responderle. Tres minutos después volvió a suceder:
"¿Estás ocupada?"
"No dejaré de enviarte mensajes."
"Basta, ¿qué sucede?"— Diablos, basta. — Dije.
Silencié el celular, pasé por el centro de la plaza, compré dos mangos, golosinas y dos hamburguesas, a Luke le encantaban los mangos. Sonreí al recordar la primera vez que le había dado un mango, lo tenía en mi bolso de comida desde hace una semana y mi edad no era la adecuada para saber cuando algo sabía mal o no así que se lo di. Ésa día vomitó, peleamos y volvimos a ser amigos otra vez.
Esas eran la clase de cosas que me gustaban de la niñez, no te preocupabas por lo más mínimo porque muy dentro de ti sabías que tarde o temprano recuperarías a tú mejor amigo.Toqué la puerta cuatro veces seguidas al llegar:
— ¿Sí? — Abrió la puerta.
— Hey.
Era diferente, la barba ya había comenzado a crecerle más y más, sus ojos tan azules y profundos habían intensificado su color, no tenía más el pelo rubio, sólo algunos mechones claros y oscuros que le caían por el rostro. Sudaba pero sonreía así que le devolví aquella misma sonrisa.
— Es un gusto verte de nuevo. — Me dejó pasar y agitó mi cabello como un humano hace a su mascota, reí por un momento.
— No puedes librarte de mí tan fácilmente, Luke Hemmings. Por cierto, traje comida.
— ¿Qué es?
Lancé uno de los frescos y grandes mangos, lo tomó rápidamente.
— Espero que hayas traído lo suficiente, vendrá un amigo dentro de unas horas.
— ¿Quién es?
— Me temo que no lo conoces, pero espera... tú nunca conoces a nadie. — Se río, hice una mueca.
Caminé y me senté en el sofá, habían cambiado ciertas cosas de aquí a allá, pero el color siempre era el mismo: azul. Comenzamos a charlar, me sentí cómoda al mirarlo a los ojos así que decidí contarle al fin lo sucedido.
— Escucha, hay una persona que...
El timbre sonó, rodé los ojos mientras él se levantaba a abrir la puerta.
— ¡Hey, amigo! — Dijo Luke.
Me dispuse a escuchar levemente, me perdí en la música que habíamos puesto cerca de mí sonaba "Livin' On A Prayer" , moví mis manos y labios fingiendo estar cantando. La realidad es que no me interesaba en lo absoluto la o las personas que había llegado, lo único que quería era distraerme. Caminé lentamente a la cocina sin dejar un momento de cantar, no quería saludar.
Bebí agua, eso me tranquilizaba. Salí a la terraza, un cigarrillo completo estaba allí. Luke había vuelto a fumar y a mí no me molestaba, lo tomé y antes de prenderlo lo escuché llamarme:
— ¡Alex! — Dijo alargando más y más la "e".
Reí pero no me moví, no iría a saludar, no tenía ganas así que no lo haría.
Me senté en el césped, estaba húmedo, como si lo acabasen de regar. Prendí el cigarrillo y antes de dar una bocanada lo miré. Lo acerqué a mi boca, cerré los ojos y sonreí porque al fin podía darme un simple lujo o eso creí.
— Alex — Quitó el cigarrillo de mis manos. — Deja eso — Lo tomó, se lo metió entre los dientes y me levantó.
— Oh vamos, Luke, basta. — Bufé.
— Sabes que no me gusta que lo hagas, ven aquí, te presentaré a mis amigos. — Tomó mi brazo.
"Amigos." Susurró mi conciencia a lo lejos.
— Chicos, ella es Alex. Alex, ellos son Calum, Ashton y Derek.
"Mierda." Pensé.
— ¿Tú?, ¿Qué haces aquí? — Me cuestionó el de aquel cabello rizado.
— ¿Qué haces tú aquí maldito imbécil? — Pregunté y miré a Luke, estaba sorprendido.
— Creo que ya se conocen. — Sonrió intentando aligerar las cosas.
— Luke, me largo. — Murmuré.
— Oye, ¿qué pasa con Ashton? Escucha, sea lo que sea que tienen no importa ¿sí? Podemos estar un momento juntos y pasarla bien. — Dijo aquel que Luke había señalado como "Calum".
— Tengo prisa. —Dije.
— Mientes, te incómoda que esté aquí. — Me miró y sonrió. De alguna u otra forma había descubierto que su sonrisa era mi debilidad. Abracé a Luke como reflejo, trataría de no demostrar miedo y no me iría. Lo haría arrepentirse.
— Muy bien, es hora de unas cervezas, salgamos a afuera. — Dijo Luke, me tomó por las caderas, sentía aún la mirada de Ashton sobre mí. — ¿Te quedarás, verdad?
— Puedo intentarlo. — Dije y le sonreí.Nos miramos un momento.
Luke entendió que yo no quería estar con Ashton, aún no sabía si habían sido mis inocentes miradas de odio o el que él me conociera lo suficiente para saberlo. No se apartó en ningún momento de mí y lo agradecía, sentí la confianza de estar con él al caer la noche.
Bebimos.
Fumamos.
Volvimos a beber.
Jugamos.
Bebimos por tercera vez.Los chicos habían decidido quedarse al igual que yo. Eran las 4 a. m.
Lo abracé: me sonrió, sonreía como él solo sabía hacerlo, sonrió como la primera vez que lo conocí. La obscuridad no me permitió distinguir sus facciones, no me importó y tampoco pensé en ningún momento acerca de eso, sentí sus fríos brazos rodearme también, mi cuerpo no reconoció su tacto, por un momento se me erizó la piel pero así fue como caímos profunda y completamente dormidos en ese pequeño sofá.
"Las cosas a veces salen mejor de lo que uno las espera." Escuché eso a lo lejos.
Mis sueños.
Eso significaba que las cosas estaban bien ahora.•••••••
Simplemente gracias por leer. 💖
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Virtual
FanfictionMientras los recuerdos vagaban por su mente, sus dedos chocaban una y otra vez con las teclas del teléfono, en donde escribía una de las cosas que desde hace tiempo había querido decirle.