II

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17/12/13

Querido Amigo:

Seguiré con aquel relato que deje inconcluso ayer. Como sea. Salí a esperar el autobús escolar en la cuadra de enfrente. Al llegar aquel transporte amarrillo, subí y me senté en el primer asiento vacío que encontré. Puse mi mochila a mi lado para guardarle el lugar a mi mejor amiga, quien subía unas cuadras después. "Hey rubia". Débora, o Debby, me besó la mejilla apenas se sentó a mi lado. Detrás de mi amiga venía mi mejor amigo, Louis, un chico muy simpático. Alguien quien sin dudas debes conocer. Te aseguro que mis amigos te caerán bien apenas los conozcas... si es que algún día decides venir a mí ciudad.

Entre charlas y risas se nos hizo llevadero la media hora de viaje que teníamos hasta la Delaware Valley High School. Cuando bajamos, emprendimos una carrera contrarreloj hasta nuestra primera clase, que resultó ser Literatura. Amaba aquella materia, se me hacía muy fácil a la hora de comprenderla y resolver las consignas dadas por la profesora. Una mujer de unos 50 años, con canas en su cabello teñido y con un par de anteojos del doble del tamaño de su rostro. Ingresamos y nos encontramos, para nuestra suerte, que la señora Griffin aún no había llegado. Nos sentamos en nuestros respectivos lugares a esperarla. Pasados los 5 minutos, la vimos ingresar al salón con su característico portafolio en su mano derecha. "Buenos días alumnos". Dejo su portafolios sobre su escritorio y comenzó a escribir sobre la pizarra.

"Cartas a un desconocido" Se pudo leer a los pocos segundos. Alcé la mano. "¿Si señorita Jones?". Preguntó la mujer apenas me vio. "¿Cartas a un desconocido?". La mujer asintió y comenzó a explicar en qué consistía el proyecto final que tendríamos como cierre del trimestre. Como es algo largo, te lo resumiré. Debíamos elegir a una persona al azar y enviarle, todos los días, una carta contándole nuestra vida. Yo te elegí a ti. ¿Por qué? No lo sé. Solo me llamó la atención y decidí hacerlo. Pero, no eran E-mails los que teníamos que enviar, sino que cartas escritas a mano, con nuestra propia letra.

Y así, mi amigo, fue como comenzó todo esto. Pero, no creas que esto ha llegado al fin. Aún el trimestre no ha cerrado, y mis cartas hacia ti no han terminado.

Con cariño:

Samanta

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Imité el mismo procedimiento del día anterior. Caminé las cinco cuadras hasta el correo y metí el sobre en el buzón. Pero, a diferencia de ayer, esta vez me encontré con Louis. Él también venía a enviar su carta.

-¿Has recibido alguna respuesta?- Preguntó al ver el sobre en mi mano. Negué.

-¿Tú?- Asintió y saco de su mochila un sobre. Me lo extendió.

-Se llama Suzanne. Vive en Alabama. Es estudiante de medicina. Tiene 25 años y vive, aún, junto a sus padres.

-Ohhh... que suertudo eres. Esta es mi tercera carta y aún no eh recibido nada.

-Quizá tenga miedo. O sea, ¿Quién no lo tendría? Está recibiendo cartas de una chica "desconocida", la cual le está contando su vida así sin más. Es muy extraño desde donde lo veas.

Asentí sin decir más nada. Tal vez mi amigo tenga razón. Yo también estaría asustada si un desconocido me enviara cartas.

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Cartas a un Desconocido © #DiamantesAwards2016 (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora