XIII

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¡Eh aquí el tan esperado cap!

Perdón por la tardanza, pero esta gripe me tiene bastante jodida. ¡Me tuvieron que inyectar dos veces! Y para colmo ¡La segunda vez, la enfermera inútil que me atendió me reventó la vena!

Dolió como los mil demonios :"V

Pero bueno.

Espero que les guste el cap ¡y no olviden votar!


28/12/13

Querida Samanta Jones:

Bueno, a decir verdad, no sé cómo empezar con esta carta. Aún se me hace muy confuso todo esto que está ocurriendo. O sea, ¿No es muy raro que una persona a la que jamás has visto en tú vida te esté contando todo sobre ella así sin más? Eso, desde cualquier punto de vista que intentes mirarlo, es extremadamente extraño. Pero, a pesar de lo incomodo que algunas veces se sienta, no te pediré que dejes de enviarlas.

Porque ¿Sabes? Las últimas dos semanas, y luego de recibir la primera carta, me encontré esperando con ansias al cartero al día siguiente. Todos los días me sentaba en el sillón, con un café en mano, y leía atentamente la carta del día, procurando no saltarme nada importante. Pronto comprendí que aquella rutina estaba cambiándome, en realidad, tú lo estabas haciendo. ¡Dios! Yo jamás en mi vida había agarrado un libro, o cualquier cosa parecida, y me había puesto a leer. Era como tabú para mí siquiera mencionarlo. Y siempre terminaba burlándome de aquellas personas que lo hacían.

Y, al parecer, a ti también te ocurrió lo mismo, ¿O me equivoco? Lo siento, pero es que no te imagino como aquellas personas que se pueden pasar horas y horas leyendo, simplemente me es inverosímil. Te imagino más- y a puesto a que estoy en lo cierto- como aquellas personas que se la pasan tiradas en la cama con su teléfono móvil todo el día. Yo soy así. Bueno, cuando tengo tiempo, porque los entrenamientos de futbol americano me tienen algo ocupado últimamente.

Y, agregándole el hecho de que estoy en mi último año de preparatoria, hace que las cosas sean aún más estresante... Juro por Dios que mientras escribo esto puedo escuchar la voz del entrenador diciéndome «Chico, debes esforzarte aún más. Hay muchos cazatalentos presentes en cada partido y eso es bueno para ganarte alguna beca... Porque piensas seguir estudiando ¿no? Yo creo que tendrías un buen futuro como jugador. ¡Mira sí llegas a las grandes ligas!» Y allí comienza con el sermón del día. Sobre mi talento como jugador, mi futuro, blah blah blah.

Juro que eso me tiene extremadamente cansado. No soy, ciertamente, una persona que sea muy expresivo con respecto a su vida. Es mi vida y lo que quiera hacer con ella es mi problema ¿no lo crees?

Además, mi hermana tiene un buen trabajo, uno bastante estable. Eso no significa que no trabaje, pero podría dedicarme más tiempo a estudiar y poder así tener un título. Porque sinceramente no creo tener futuro en el deporte. Ahora me gusta y todo eso, pero soy de aquellas personas que le aburren la rutina, y creo que no duraré mucho con aquella profesión, pronto decidiré retirarme, y no quiero dejar corazones destruidos si llego a triunfar.

Mi hermana me ha dicho que debo intentar ganarme una beca, porque ella, a pesar de tener un buen trabajo, le sería casi imposible mandarme a alguna universidad que no sea la de Charlottesville, en Virginia. Aunque aquello implicaba tener que mudarme yo.

¿Te eh dicho que vivo en Atlanta? Pues así es. Mi familia y yo nos mudamos aquí dos años antes del trágico accidente que conllevo a la muerte de mis padres. Luego de eso, mi hermana decidió permanecer aquí, no teníamos otro lugar a donde ir.

Bueno, creo que eso es todo lo que mi nefasta inspiración da por hoy. Espero que respondas pronto- Aunque yo no soy el adecuado en exigirte aquello, considerando el tiempo que tarde en enviarte esta carta-

Con cariño:

Aaron

PD: Me ha fascinado tú regalo de navidad. Apenas lo recibí, lo colgué en una de las paredes de mi habitación.


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Releí la carta unas ¿18 veces? Aunque posiblemente hayan sido muchas más. La caligrafía era algo desastrosa, a decir verdad, pero eso no impedía que se entendiera el contenido de la carta. Pero aun así, no fue hasta la décima octava vez que lo leí que pude comprender plenamente lo que significaban aquellas palabras.

Él me había respondido. Él existía. Aquellas cartas que había enviado, no fueron en vano; porque ahora sabía que había alguien en algún lugar del mundo que los estaba leyendo.

Pero, el hecho de saber que él estaba allí, en algún lugar del mundo, no me quitó la inquietud que sentía al no saber si en verdad él estaba interesado en mí... o era solo un truco. Un horrible truco.

Pero, debía esperar a las siguientes cartas para poder averiguarlo.

Cartas a un Desconocido © #DiamantesAwards2016 (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora