Capítulo 6.

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No lo podía creer, mis ojos parecían salirse de su órbita, esto parecía un sueño. Mordí mi labio inferior sonriendo, Bryan me veía diferente, esta vez podía ver en su mirada que traía ternura, nerviosismo, cariño y un poco de amor.

— No me mires así, — dice riendo. Lo tomo de la mano para guiarlo hasta su habitación, estando ahí fue al baño para cambiarse, estaba todo mojado, así que lo obligué a bañarse y después ponerse pijama para que se acostara y durmiera, si no lo hacia podía atrapar un resfriado. Al terminar todo se acostó, yo le sonreí para después salir se ahí. — Hey, ¿a dónde vas? — pregunta.
— A dormir. — contesto obvio.
— Acabo de venir desde mi departamento caminando, entre la lluvia pensado en todo lo que te dije, te confesé que estoy sintiendo un sentimiento muy hermoso por tí y tú piensas dormir allá y dejarme solo. No tienes compasión, Leyva. — dice tratando de hacer una cara de tristeza. Me empiezo a reír de él, Bryan le da golpecitos a la cama, en señal de acostarme con él a un lado.
— ¿Qui.. Quieres.. Quieres que... Que duerma contigo? — pregunto tartamudeando.
— No puedo estar más seguro. — contesta haciendo un campo en la cama. Nervioso me acerco a él, me acuesto y lo miro, él sonríe y me da un corto beso en los labios. Me acomodo sobre su estómago para estar más cómodo, uso a Bryan como almohada y él sonríe. Así pasamos la noche, platicando sobre tonterías. Insisto, todo parecía un sueño, un sueño del cual nunca quería despertar. A la mañana siguiente intento estirarme, apenas había abierto los ojos, pero algo me detenía, unos fuertes brazos me tenían rodeados. Sonrio al saber quien es la persona que me abraza, con mucho cuidado quito sus brazos para levantarme y hacer el desayuno.

Saco la caja de waffles de la nevera, unto mantequilla en un sartén para pasar por ahí los waffles, un delicioso olor sale de ellos al hacer contacto con la mantequilla. Siento unos brazos rodearme y besar mi nunca, sonrio y volteo.

— Buenos días. — dice besando mis labios. Dios, esto cada vez me gusta más, sus labios se van a convenir en mi adicción.
— Buenos días, Bry. — contesto separándome de él. — Ve y siéntate, ya casi está el desayuno. — él asiente y se sienta en uno de los bancos que estaban en la barra para desayunar. Observa cada uno de mis movimientos, lo que me pone nervioso.
— Deja de mirarme así, me pones nervioso. — digo sonrojado mientras dejo un plato de waffles frente a él. Reviso los cajones de la cocina para buscar la nutella, ya que Bryan ama los hot-cakes y los waffles con Nutella.
— Es que... En verdad me gustas. — dice sonriéndome. El frasco casi se me cae.
— Basta, Bryan. — digo con mis mejillas ardiendo.

Hice café y más waffles para los dos, y así desayunamos, al terminar los dos lavamos los trastes y después Bryan se tuvo que ir.

— Me tengo que ir, sólo le dije a Natalia que venia a cuidarte ya que te sentías un poco mal. — me dice riendo. Niego lentamente sonriendo.

Amo muchísimo a Bryan, no se imaginan cuanto, cada vez que lo veo sonreír mi corazón empieza a palpitar rápidamente, siento cosas muy extrañas en mi interior, él es el único que puede herirme y hacer que me recuperé, no sé si me entiendan. Se que él está con Natalia, lo sé, también se que siente cosas por mí, pero como dijo Jos, "Bryan esta confundido", se qué él sigue confundido. ¿Cómo lo sé? Es fácil, conozco perfectamente a Bryan, sé cuando esta enojando, cuando esta triste, sé cuando se siente incómodo, también sé que lo hace feliz y que triste, también se cuando esta confundido. Por esa razón, se que él no está muy seguro de lo que esta haciendo. Tengo muy claro que hay posibilidades de que esto termine; debo estar preparado si pasa eso. Pero disfrutaré todo esto mientras dure. No me molesta ser segunda opción para Bryan, no me molesta ser la otra persona con la que posiblemente tenga una relación, en lo absoluto. Como dije estoy muy enamorado de él, si Bryan esta feliz yo también lo estaré.

Bryan ha estado viniendo seguido, cada vez es más atento conmigo, ha cambiado la forma con la que me trata, no deja de decirme cosas que me hacen sonrojar, de vez en cuando nos besamos, sabemos que lo que estamos haciendo no esta bien, pero yo no podía oponerme a esta oportunidad que me brindó el destino. En un día normal Bryan y yo decidimos salir de día de campo, pasó por mí a las nueve de la mañana, estaríamos un buen rato alejados de la cuidad, según él. Subí a su auto, el camino era largo, así que me quede dormido. Sentí unos cálidos labios sobre mi mejilla, después sentí como besaban mis labios, abrí los ojos y lo vi, estaba a un lado de mí, sonreí y hablé.

— ¿Ya llegamos? — pregunté.
— Sí, — contestó. — Bienvenido a la cabaña de mi papá. — dice ayudándome a salir. Recordaba esta cabaña; cuando eramos más jóvenes Bryan y yo veníamos cada vez que eran vacaciones "de semana santa". Hay un lago cerca de la cabaña como a un kilómetro y medio, siempre íbamos ahí para meternos a nadar o simplemente para no estar aburridos, pero aquí nunca te aburres, hay mucha naturaleza.
Bajé del auto, Bryan fue a la cajuela y sacó varias cosas de ahí, entre ellas una canasta, una manta y bolsas que no logré distingue que traían.

— Prepárate para un día de campo que dure todo el día. — me dijo riendo. Reí con él y le ayude con las bolsas. Entramos a la cabaña, todo esta como lo recordaba. Aquellos sillones de piel seguían alrededor de la pequeña mesa de madera, la chimenea no estaba encendida por lógica, la alfombra color vino seguía frente a la chimenea. Respiré aquel aroma, era un olor a tierra mojada y pasto recién regado. — Bien, vamos a cambiarnos, iremos al lago. — avisó. — Trajiste la ropa que te pedí, ¿verdad? — Asentí. — Bien, sube a la habitación de siempre, iré por tu mochila. — dió un beso en mi mejilla y salió corriendo hasta el carro. Obedecí, subí a la habitación en donde siempre nos quedábamos juntos cuando veníamos, la habitación es grande y hay dos camas grandes en donde fácil dos personas caben en cada cama. Al entrar recordé todos los momentos que había vivido con Bryan en esta habitación, siempre jugamos a saltar de una cama a otra cuando eramos unos simples adolescentes, nos golpeabamos con las almohadas, o simplemente nos quedábamos platicando. Me senté sobre una de las camas, vi todo a mi alrededor sonriendo como si fuera la primera vez que venia a este lugar.

— Aquí está tu mochila y la mía, — dice entrando. Nos cambiamos y después bajamos por las cosas, eran muchas, ¿cómo llevarías todo esto si el lago estaba un poco lejos de aquí?
— ¿Cómo llevaremos todo esto? — pregunto a Bryan. El ríe y me toma de la mano para llevarme a un cuarto en donde solo habían cosas sin importancia que guardaban ahí, al abrir ese cuarto habían dos cuatrimotos.
— Pensé en todo, bebé. — dijo tomando de mi cintura y robándome un pequeño beso.

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En el próximo capítulo habrá smut ( ͡° ͜ʖ ͡° ) , no mucho, no se emocionen :v

Lean mis otras novelas, shavas :'v

Algo Casi Imposible. | Breddy Meyva | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora