Me levanto a las 4.30 de la mañana y empiezo a hacer pesas. Cuando termino y salgo del sótano la casa huele a canapés de cangrejo, a pizza barbacoa y a alitas de pollo.
—Huele bien —le digo a mi madre mientras me preparo para salir a correr dieciséis kilómetros.
Estoy sorprendido de descubrir a Jennifer calentando fuera, pues ayer no corrió tras de mí y hoy estoy corriendo por la mañana, y no suelo hacerlo a estas horas. Corro hacia el parque y cuando miro por encima del hombro veo que me está siguiendo de nuevo.
—¿Cómo sabías que hoy saldría temprano a correr? —pregunto. Pero ella mantiene la cabeza agachada y no dice nada.
Corremos los dieciséis kilómetros y cuando regreso a casa, Jennifer se va a toda velocidad sin decir nada, como si nunca hubiésemos comido cereales con pasas juntos en el restaurante y como si nada hubiera cambiado.
Veo el BMW plateado de mi hermano aparcado frente a la casa de mis padres, así que entro por la puerta de atrás, subo deprisa la escalera y me meto en la ducha. Cuando termino de ducharme me pongo la camiseta de Hank Baskett (mi madre la ha lavado y ha conseguido quitar las manchas de maquillaje), escucho el sonido de los momentos previos al partido que llega de la salita y me preparo para ver jugar a los Pajarracos.
Mi mejor amigo, Sam, está sentado junto a mi hermano y eso me sorprende. Ambos llevan camisetas con el número 18 y el nombre Stallworth escrito en la espalda (la de Sam es una de las camisetas baratas pero la de Connor es auténtica). Papá está sentado en su sillón y lleva su camiseta de McNabb con el número 5. Entro y digo:
—¡Adelante, Pajarracos!
Mi hermano se pone en pie, se vuelve hacia mí, levanta los brazos en el aire y grita:
—¡Ahhhhhhhhh! —Y sigue gritando hasta que Sam y mi padre se ponen en pie, me miran, levantan los brazos y gritan también—. ¡Ahhhhhhhhh!
Levanto las manos en el aire y digo:
—¡Ahhhhhhhhh!
Los cuatro hacemos el cántico, deletreando la palabra con nuestros brazos y con nuestros cuerpos.
—¡E! ¡A! ¡G! ¡L! ¡E! ¡S! ¡EAGLES!
Extendemos los dos brazos y una pierna hacia delante para hacer la «E» y continuamos así con todas las letras. Cuando terminamos, mi hermano se dirige hacia el sofá y me rodea por los hombros mientras empieza a entonar la canción de la lucha, la cual recuerdo a la perfección, así que canto con él.
—¡Volad, Eagles, volad! ¡El camino a la victoria! —Estoy tan contento de cantar con mi hermano que no me importa que me ponga el brazo alrededor del hombro. Nos dirigimos al sofá mientras cantamos—. ¡Volad, Eagles, volad! ¡Marcad un touchdown 1, 2, 3!
Miro a mi padre y no solo no aparta la mirada, sino que empieza a cantar con más entusiasmo. Sam me pone también su brazo en el hombro. Ahí estoy, entre mi hermano y mi mejor amigo.
—Golpeadles. Golpeadles. ¡Veamos a nuestros Eagles volar! —Descubro que mamá ha venido a mirarnos y que se tapa la boca con la mano como hace siempre que va a llorar o a reír (parece contenta, así que sé que está riendo)—. ¡Volad, Eagles, volad! ¡El camino a la victoria!
Y entonces Sam y Connor me sueltan para poder volver a hacer las letras con su cuerpo.
—¡E! ¡A! ¡G! ¡L! ¡E! ¡S! ¡EAGLES! —Tenemos la cara roja y mi padre respira de manera pesada, pero estamos todos muy contentos. Por primera vez realmente me siento en casa. Mi madre pone la comida en bandejas frente al televisor y el partido comienza.
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Silver Linings Playbook (Joshifer)
RomanceJosh Hutcherson, sufre de amnesia y ha desarrollado una teoría muy peculiar según la cual su vida es una película producida por Dios. Y la misión que le ha dado Dios es ponerse en forma y convertirse en un buen tipo para recuperar a su ex esposa. J...