3.EL FUEGO NARANJA PENETRA MI CALAVERA

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Maratón 1/2

Sí, de verdad creo en los rayos de esperanza, en los rayos de luz, sobre todo porque los he estado viendo cada día cuando salía del sótano, me envolvía con la bolsa de basura (para que mi torso estuviera bien envuelto en plástico y sudara más) y salía a correr. Siempre intento que los dieciséis kilómetros que corro (y que son parte de mi entrenamiento diario de diez horas) coincidan con la puesta de sol, así puedo terminar corriendo por los campos del parque Knights, donde cuando era niño solía jugar a béisbol y a fútbol. 

Mientras corro por el parque levanto la vista y veo lo que el día me ofrece. Si las nubes están bloqueando el sol siempre hay algún rayo de luz que me recuerda que he de seguir, ya que sé que aunque las cosas parezcan oscuras en mi vida, puede que mi mujer vuelva pronto a mí. Ver esos rayos de luz a través de esa masa fofa blanca y gris es electrificante. Incluso uno mismo puede recrear el efecto manteniendo la mano a cierta distancia de una bombilla y marcando su huella hasta que se queda temporalmente ciego. Duele mirar las nubes, pero también ayuda (como la mayoría de las cosas que causan dolor). Así que necesito correr; y mientras me arden los pulmones, siento punzadas de dolor en la espalda, mis piernas se endurecen y esa grasa que tengo alrededor de la cintura se mueve, pienso que estoy cumpliendo mi penitencia y que puede que Dios esté lo suficientemente contento conmigo para prestarme algo de ayuda. De hecho, creo que está contento y por eso durante la pasada semana me estuvo enseñando nubes interesantes. 

Desde que mi mujer me pidió que nos separásemos temporalmente he perdido más de veintidós kilos. Mi madre dice que pronto pesaré lo mismo que cuando jugaba en el equipo de fútbol del instituto, que fue cuando conocí a Claudia. Pienso que igual estaba enfadada por el peso que gané durante los cinco años que estuvimos casados. Cómo se sorprenderá cuando termine el período de separación y vea mis músculos. 

Si en la puesta de sol no hay nubes (como me sucedió ayer) miro al cielo y el ardiente fuego naranja penetra mi calavera y me ciega. Es casi igual de bueno, pues también arde y hace que casi todo parezca divino.

Cuando corro, siempre imagino que estoy corriendo hacia ella, y eso me hace sentir que reduzco el tiempo que he de esperar hasta verla de nuevo.

Silver Linings Playbook (Joshifer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora