5. SOLO TENGO AMOR PARA TI

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La secretaria del doctor Donald apaga la radio en cuanto me ve entrar en la sala de espera y eso me hace reír, pues ella trata de hacerlo de manera casual para que no me dé cuenta, pero en realidad parece asustada porque presiona el interruptor con cautela, de la forma en que lo hace la gente que me ha visto sufrir uno de mis ataques, como si no fuera humano, como si yo fuera un enorme animal salvaje. 

Después de una breve espera, me reúno con Donald para mi segunda sesión, como haré cada viernes durante mi futuro inmediato. Esta vez elijo el sofá marrón y nos sentamos en los sofás reclinables mirando las nubes, hablando de cuánto nos gustan las mujeres y cosas así. Donald me pregunta si me gusta mi nueva medicación y le digo que sí, a pesar de que no he notado ningún efecto y solo me he tomado la mitad de las pastillas que mi madre me dio la semana pasada (el resto lo escondía bajo la lengua y lo escupía en el váter cuando me dejaban solo). Me pregunta si he experimentado algún efecto secundario, como que me falte la respiración, pérdida del apetito, sentimientos suicidas, sentimientos homicidas, perdida de la virilidad, escozores o diarrea, y yo le digo que no he experimentado nada. 

—¿Y alucinaciones? —me dice mientras se inclina hacia delante. 

—¿Alucinaciones? —pregunto. 

—Alucinaciones. 

Me encojo de hombros y le digo que no creo haber tenido alucinaciones. Él me responde que lo sabría si las hubiera tenido. 

—Si ves algo raro u horrible avisa a tu madre —dice—, pero no te preocupes porque probablemente no alucinarás. Solamente un porcentaje muy pequeño de personas sufre alucinaciones al tomar esta combinación de medicamentos. 

Yo asiento y le prometo que se lo diré a mi madre si creo tener alucinaciones, pero realmente dudo que pueda tener alucinaciones, no importa qué tipo de medicamentos me dé, pues no creo que me dé LSD ni nada parecido. Supongo que la gente más débil se quejará de los medicamentos, pero yo no soy débil y puedo controlar mi mente bastante bien.

Estoy hidratándome en el sótano mientras me tomo mi descanso de tres minutos entre los ejercicios del Stomach Master 6000 y los de piernas con las pesas, cuando percibo el inconfundible olor de los canapés de cangrejo de mi madre y se me empieza a hacer la boca agua. Como adoro esos canapés, salgo del sótano, entro en la cocina y veo que mi madre no solo está preparando canapés de cangrejo (que están hechos con carne de cangrejo untada en mantequilla, naranja y queso sobre bollitos ingleses), sino que también está preparando pizza barbacoa y esas alitas de pollo que compra en Big Foods. 

—¿Por qué estás cocinando canapés de cangrejo? —pregunto esperanzado, ya que sé, por experiencia, que solamente prepara aperitivos cuando tenemos visita.

 A Claudia le encantan los canapés de cangrejo, y si colocas un plato lleno frente a ella se los comerá todos y luego se quejará de vuelta a casa diciendo que está gorda y que ha comido demasiado. Cuando yo era un abusador emocional, solía decirle que no quería escuchar sus quejas cada vez que se pasaba con la comida. La próxima vez que ella coma demasiados canapés de cangrejo le diré que no se ha excedido y que además está muy delgada, que necesita ganar algo de peso y que a mí me gustan las mujeres con curvas.

Espero que el hecho de que mi madre esté preparando canapés signifique que el período de separación ha terminado y que Claudia está de camino a casa de mis padres. Esa sería la mayor sorpresa de bienvenida que mamá podría cocinar. Y dado que mamá siempre trata de hacer cosas buenas por mí y por mi hermano, me preparo mentalmente para volver con Claudia. Mi corazón late con fuerza durante los breves instantes que mi madre tarda en responder a mi pregunta. 

—Los Eagles juegan contra los Steelers en un partido de exhibición de la pretemporada —dice mi madre. Y eso es raro porque ella siempre ha odiado los deportes y ni siquiera sabe que la temporada de fútbol americano es en otoño. Y mucho menos qué equipos juegan cada día—. Tu hermano va a venir a ver el partido contigo y con tu padre. 

Silver Linings Playbook (Joshifer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora