El cielo estaba cubierto de hermosos y relucientes destellos, que parecia que el cielo fuera de color blanco. Una suave brisa recorría los árboles y la hierba, que se complementaba con suaves chillidos de ratones y musarañas, que se ocultaban en sus guaridas entre los arbustos y zarzos del lugar. A lo lejos, se escuchó el chillido de un pájaro, que volaba sobre la verdosa copa del destellante follaje.
Todo era muy tranquilo, y a la vez extraño, debido a todos loa destellos que abundaban en el gran bosque.
De pronto, un grupo de gatos apareció en un claro, estaban guidos por una gran gata blanca de cola y cara gris, de ojos azules que parecían dos estrellas más en el cielo. Su hermoso pelaje estaba cubierto de brillos sobrenaturales que formaban patrones perfectos, que hacian que su figura se asemejara a un cielo estrellado.
La gata se sentó, y poco tiempo después los demás gatos lo hicieron, formando un círculo.
-Gatos del Clan Estelar, estamos reunidos para conversar un tema de gran importancia. -Comenzó la gata blanquecina con voz solemne.
-Los gatos vivos -gruño en voz baja un gato macho de color canela.
La gata blanca lo miró regañandole, haciendo que el gato canela se mirara sus patas delanteras, avergonzado.
-Tal como dijo Hoja, para eso estamos aqui reunidos, para hablar de los gatos vivos. Tenemos que conversar el problema y después buscar soluciones. -Maulló la felina- ¿Quien quiere comenzar?
-Yo. -dijo una gata de color plateado y pelaje corto.
-Esta bien, Mar, háblanos.
Mar alzó la vista, pasando sus ojos verde claro por los demás gatos.
-Desde que nosotros morimos, todos los gatos vivos se han olvidado de nuestra existencia. -dijo la gata seriamente- Y por lo tanto, han habido gatos de Clanes que mueren y en vez de ir al Clan Estelar, van a donde mueron los mininos domésticos.
Hoja lanzó un bufido de enojo.
-¡Ellos se olvidaron de nosotros!
-Hoja, aún no es tu turno de hablar. -dijo la gata blanca y gris.
-A veces me cuesta creer como te convertiste en Líder de Clan, Hoja. -dijo un gato rojizo oscuro que no había hablado antes.-¿Me estas juzgando? -gruño el gato canela, con sus brillantes ojos ámbar destellando aún más de furia.
-No pudiste haberlo dicho mejor, -dijo el gato rojizo, desenvainando las garras, como preparándose para pelear.
-¡Hoja! ¡Fuego! ¡Paren! -gritó la gata blanca- Estamos en el Clan Estelar, ustedes no pueden hacer eso. Cálmense de una vez.
Los dos recién nombrados lanzaron unas miradas furiosas antes de volver a sentarse.
-Si tan solo Trueno estuviera aqui...-dijo tristemente Mar.
-Yo se que lo querias, Mar, pero el esta caminando en un lugar muy lejano. Seguro que esta bien, y recuerda que el ya tiene una pareja.
Mar gruño en voz baja.
-Lo se, Hielo.
-Bueno, continuando con el tema, ¿Quien tiene una idea de solución?
Hoja pidió turno hablar. Dudando un poco, Hielo se lo concedió.
-Podríamos enviar un gato que le diga a los demás de nuestra existencia.
-Me parece una buena idea -ronroneó la gata de pelaje blanco.
-¿Y como le mostraremos que existimos? -dijo la gata plateada.
-Con sueños. -dijo Hielo.
Todos los gatos la miraron, reflexionando las palabras de la gran gata, para luego asentir con la cabeza.
-Es una buena idea -dijo por fín Mar- ¿Pero a quién?
Hoja alzó la cabeza.
-En mi Clan hay un gato llamado Paso de Faisán. Creo que tiene lo necesario para cumplir con el cargo.
-¿Y como es? -maulló Hielo.
-Es un gran guerrero, justo y leal. El problema es que es un poco viejo.
Hielo mantuvo silencio un momento.
-Me temo que no podrá ser. Necesitamos un gato joven que cumpla bien con el cargo. Quizá un cachorro sea buena opción, para que cuando tenga la edad indicada, lo llamemos.
Hoja resopló.
Después de un gran silencio, el viejo gato rojizo oscuro dio un paso adelante.
-Hace poco en el Clan del Fuego una gata dió luz. Una de sus cachorros parece buena para la misión. Le gusta mirar las estrellas.
Hielo levantó la cola con alegría.
-Vayamos al lago para verla.
Hoja gruñó en voz baja celoso, mientras los demás felinos caminaban por entre los árboles hacia un pequeño charco de agua oscura, donde se reflejaban las estrellas de la oscura noche.
Una vez que todos los gatos se sentaron alrededor de la pequeña laguna azul oscuro, esta empezó a brillar de manera sobrenatural cambiando a un color turquesa, luego celeste, hasta quedarse de un color blanco cegador; sin embargo, los gatos seguian sentados.
En poco tiempo, la luguna se empezó a aclarar y en la laguna se observó una pequeña mancha de color pardo, que empezó a ponerse más nítida, mostrando la imagen de una gatita de no más de dos lunas mirando el cielo. A su lado, apareció una gata blanca y parda que le lamió carañiñosamente la cabeza, empujandola con la cola hacia una guarida medio-subterranea. La imagen desapareció en un latido de corazón, volviendo a reflejar la hermosa figura del cielo estrellado.
-Bien -dijo Hielo- ¿Que les parece?
Mar se levantó.
-Creo que esta es la indicada. Me parece buena opción.
-Concuerdo con Mar. -Maulló la gata de pelaje blanco- Fuego, tu propusiste esta gata, ¿Sigues apoyandola?
-Por supuesto. -dijo Fuego.
-Faltas tú, Hoja, ¿Que opinas?
El gato canela lanzo un pequeño bufido antes de responder.
-Me parece buena idea. -resopló en voz baja Hoja.
Fuego miró altaneramente a Hoja, quien gruñia en silencio por su derrota, antes de que Hielo procediera.
-Bien, todos estamos de acuerdo. Esta joven gata es la elegida, y cuando sea mayor cumplirá la misión más importante para la supervivencia de los Clanes.
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Los Gatos Guerreros: El Descubrimiento De Pétalo Pardo [TERMINADA]
Short StoryPétalo Pardo es una joven reina del Clan del Fuego, que vive una vida normal, hasta que su amada pareja fallece en batalla. De la nada, Pétalo Pardo empieza a tener sueños de gatos con estrellas en su pelaje; y ojos destellantes. Preocupada, se emba...