Me despierto sobresaltada y agitada, miro el reloj que hay encima de la mesilla de noche, las cinco y media de la madrugada, no puede ser que otra vez haya soñado con el tío de mantenimiento. Con esta ya son tres veces esta semana, me siento acalorada. Nunca antes había tenido sueños eróticos con nadie, que sensación mas extraña...Voy a la cocina y me bebo un vaso de agua bien fría, eso ayudara a que la sangre recupere su temperatura habitual. Me acerco al gran ventanal que hay en la cocina y me quedo mirando la ciudad que aun duerme, no sé si podre volver a dormirme, aun así regreso a la oscuridad de mi cuarto y vuelvo a meterme en la cama. Los ojos verdes de ese tío vuelven a mi mente una y otra vez, esa forma de mirarme ¡uff! Hace que se me pongan los pelos de punta. ¡Joder no me gusta nada esta sensación, juro que en la vida me había sentido tan atraída por nadie...! ¿De dónde será? Pienso que debe de ser de algún país latinoamericano... ¡¡Dios, es tan atractivo!! Esa piel morena, el pelo negro, ese cuerpazo y que decir de esa mirada... Lleva poco tiempo en la urbanización pero a más de una nos tiene babeando por él. Me he fijado como lo miran mis vecinas, las jóvenes, las no tan jóvenes, entre las que me incluyo y las bien maduritas. Intento cambiar el rumbo de mis pensamientos porque si sigo por ese camino, volverán las palpitaciones y la agitación y lo que quiero es volver a dormirme, no ponerme como una moto. Es sábado y no trabajo, todo lo que tenía pensado hacer era dormir la mañana, y por culpa de mis hormonas que parece ser están disparadas ya no podrá ser.
Llevo viviendo en la urbanización Santa Margarita unos seis meses. Es una zona exclusiva y selecta de Marbella situada a muy pocos metros de la famosa Milla de oro, donde se encuentran las tiendas mas chic de la ciudad. Va desde el centro de Marbella hasta Puerto Banus. A mis treinta y ocho años tengo una casa en propiedad y un trabajo que me permite vivir muy cómodamente. Soy cirujana plástica y trabajo en una clínica muy, muy privada donde caras muy conocidas de este país y del extranjero vienen a hacerse algunos retoques. Por mis manos ha pasado mucha gente, y aunque no esta bien que yo misma lo diga, soy muy buena en mi trabajo, por eso estoy donde estoy. Lo sé, mi modestia deja mucho que desear, pero así soy yo. Estoy muy orgullosa de mí, todo va fenomenal, bueno casi todo... Hace tres meses rompí con mi prometido. Cuando estábamos a punto de casarnos, nos dimos cuenta de que no estábamos hechos el uno para el otro, eso y que Fer, mi ex, se había enamorado perdidamente de su compañera de trabajo ocho años menor que yo y diez años menor que él, osea, una perita en dulce. No es que yo este mal, para nada pero Fer, la prefirió a ella y eso a mi me repateo la entrañas, me cabreé muchísimo, y claro por mi boca salieron sapos y culebras. Se fue de casa gritándome que era una amargada, y que iba a estar sola el resto de mi vida, ¡¡JA!! ¡Y una mierda!!
Vuelvo a mirar la hora, las siete menos veinte, esta claro que morfeo me ha abandonado por completo, aquí tumbada no hago nada, solo ponerme de mal humor con tanto pensamiento inútil, así que me levanto, me pongo unas mallas negras, una camiseta de tirantes y me calzo las nike fucsia que me regalo mi hermana en mi último cumpleaños y salgo a correr. Una vez fuera de la urbanización enchufo el ipod el nuevo tema de Marta Sánchez, "la que nunca se rinde", me llena de energía positiva y salgo disparada hacia el puerto. Por cierto, mi nombre es Alejandra, pero mis amigos me llaman Alex.
Cuando llego al puerto, mis pulmones y mis piernas me piden a gritos que aminore la marcha, hacía mucho tiempo que no salía a correr como una posesa, lo necesitaba, toda mi frustración ha quedado pegada al asfalto, y eso es bueno para mí, me noto mucho más ligera. Cuando llego a la zona de anclaje de los yates, me detengo, y recorro con la mirada la maravillosa vista que tengo ante mí. El sol saliendo en el horizonte y reflejándose en el mar. Es absolutamente precioso, solo por esta panorámica ha valido la pena la carrera. Me siento bien, respiro hondo varias veces y mi respiración se normaliza, doy media vuelta y sintiéndome satisfecha vuelvo a casa. En el trayecto a casa, recuerdo que las chicas y yo tenemos planes para esta noche, iremos a cenar a "La Mar Del Medio". Es un restaurante que está en el puerto, su especialidad el pescado. Lo cocinan de todas las formas posibles. Solemos ir bastante a menudo, es un lugar precioso, decorado en madera en tonos blanco y azul. Cuando estás dentro, tienes la sensación de estar dentro de un barco. ¡¡Es una pasada!! Después de la cena iremos a la inauguración de Bacana, es una sala de baile latino. Por la zona en la que está supongo que bastante pijo, pero nosotras que nos apuntamos a un bombardeo no podemos faltar al evento. Mentalmente repaso mi vestidor, me devano los sesos pensando que ponerme, como vuelvo a estar en el mercado... ¡¡Esta noche tengo que estar espectacular!!
ESTÁS LEYENDO
No quería enamorarme y apareciste tú
RomanceAlejandra es una cirujana plástica con muy buena posición social. Su vida es normal y rutinaria hasta que se siente atraída por un chico bastante más joven que ella. Debido a sus prejuicios y al que dirán se resiste a dejarse llevar por esa atracció...