Epílogo

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Tumbada al sol, en una magnífica playa de Puerto Rico, observo a mi joven y apuesto marido hacer castillos de arena con nuestra pequeña. Víctor y yo, nos casamos el treinta y uno de diciembre hace ya tres años. Nuestros padres, querían celebrar una boda por todo lo alto, estaban empeñados en que nos casáramos en la catedral de Oviedo o en la basílica de Covadonga, pero esa no era nuestra idea. Nosotros queríamos algo mucho más sencillo. Aquel día nos acompañaron nuestras familias y amigos más íntimos. Nos dijimos «sí quiero» en la capilla de la universidad de Oviedo, uno de los edificios más antiguos de la ciudad, una capilla pequeña y sencilla. Fue uno de los días más felices de mi vida. Un año después, venía al mundo nuestro tesoro más preciado, nuestra hija Olivia. Es una calcomanía exacta de su padre. Morena, de ojos verdes y pelo oscuro, todos dicen que el carácter lo heredó de mí, es tozuda, cabezota y orgullosa. Toco mi abultado vientre, estoy embarazada de seis meses. Si Dios quiere, Elías nacerá en el mes de septiembre. Estamos deseando que llegue el momento para ver su carita, Olivia está entusiasmada con la idea de tener un hermanito para jugar.

Seguimos viviendo en Marbella. Después de la boda, tiramos las paredes que separaban nuestros áticos convirtiéndolo en uno solo, grande, espacioso y con mucha luz. Como pasamos la mayor parte del tiempo allí, los meses de verano nos venimos a Puerto Rico para poder estar con la familia de Víctor. Bueno, mejor dicho, nuestra familia.

Estela y Jared siguen viviendo en California y son padres de un precioso niño de cinco meses. No nos vemos todo lo que quisiéramos, pero al menos dos veces al año nos reunimos. Nuestra amistad sigue siendo muy importante a pesar de la distancia. La próxima reunión será en el mes de octubre, por fin Carla y Jorge han decidido pasar por el altar. Quién les iba a decir a estos dos que acabarían casándose... Cuando Víctor y yo volvimos de nuestra luna de miel, nos llevamos una desagradable sorpresa al enterarnos de que habían roto y que Jorge se había ido a vivir a Mallorca. Estuvieron separados casi un año, pero al final el amor siempre gana y ahora están sumergidos en los preparativos de la que sin ninguna duda, será la boda del año en Marbella. Nunca me cansaré de darle las gracias a Carla por haber sacado aquel billete de avión a nombre de mi marido. Aunque en un principio me cabreé hasta el punto de gritarle que era la peor amiga del mundo, reconozco que si no hubiera sido por ella quizá Víctor y yo, hoy no estaríamos juntos.

Desde que nació nuestra hija, mis padres vienen muy a menudo al sur, les encanta estar con ella. Le he planteado a mi portento la posibilidad de comprarnos una casita en Asturias para que ellos no tengan que viajar tanto, a él la idea le ha parecido buena y probablemente después de que nazca Elías, nos pongamos a ello. Por cierto, mi madre adora a Víctor, tanto que a veces tengo la sensación de que lo agobia, por supuesto él no se queja, la deja hacer a sus anchas.

He dejado el trabajo en la clínica, quiero dedicarle todo mi tiempo a mi familia, cuidarles, mimarles y disfrutarles al máximo. Ellos son mi prioridad. Marco, mi ex jefe, me dio todas las facilidades del mundo para que no dejara mi puesto de trabajo, pero no consiguió nada, lo primero es lo primero. Sé que si algún día quiero volver, tendré mi puesto esperándome. Claudia y él, al final no consiguieron ser padres, y después de mucho pensar decidieron adoptar. Llevan meses sumergidos en la tarea, rellenando papeles y más papeles para poder traer una niña de Asia que les robó el corazón en su primera visita al continente. Serán unos padres maravillosos.

De Fernando y de Verónica jamás hemos vuelto a saber nada, es como si nunca hubieran existido en nuestras vidas. El pasado con ellos está olvidado y enterrado.

Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo y borrar algunas de las cosas que hice, no lo haría, porque todas ellas me han llevado hasta donde estoy, y gracias a ellas, hoy puedo asegurar que soy plenamente feliz.


No quería enamorarme y apareciste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora