Capítulo 21

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Dos horas después de que el avión despegue en Asturias, ya estoy en Madrid. Si el vuelo de mi amiga no viene con retraso, tiene que estar a punto de llegar. Le mando un wuas para que cuando ya esté aquí y encienda el móvil, sepa que la estoy esperando en una cafetería que hay en la t4. Facturo el equipaje y voy hacia allí a esperar. Me tomo una pepsi y un pincho de tortilla. Hace unos cuarenta minutos que le he escrito a Carla y todavía no sé nada de ella. Supuestamente ya debería de haber llegado. Empiezo a ponerme nerviosa y la llamo, pero el teléfono está apagado o fuera de cobertura. ¿Será que el avión viene con retraso? Me acerco al mostrador de información y le pregunto al chico. Este me dice que el vuelo de Málaga ha llegado hace mas de veinte minutos, entonces supongo que mi amiga estará esperando el equipaje, o vete a saber donde se ha metido.

Pasan otros veinte minutos y sigo sin saber nada. Le vuelvo a poner un wuas:

—«¿Dónde estás, loca? Hace rato que te espero, me preocupa no saber nada de ti. ¿Va todo bien? Me voy a la sala de espera que hay junto a la puerta de embarque, te esperaré allí. Bss. TQ»

Cuando llevo más de media hora sentada en aquella sala esperando y sin tener noticias de ella, empiezo a preocuparme de verdad. ¿Qué le habrá pasado? La llamo un par de veces pero su teléfono sigue desconectado. ¡Joder, no entiendo porque tiene el móvil apagado! ¿Se le habrá terminado la batería? Ya no sé que pensar... Digo yo que si hubiera perdido el avión o hubiera sucedido algo que la obligara a cancelar el viaje me habría avisado, ¿no? Al menos yo lo haría. ¿Y si llamo a Jorge para preguntarle? ¡Madre mía, no sé que hacer! Me estoy volviendo loca imaginando que pudo pasarle a Carla. Jorge tampoco contesta a mi llamada, aunque por lo menos su teléfono da señal.

Veo que dos chicas vestidas de azul abren la puerta de embarque y se colocan para pedir los pasajes. Ya es la hora y esta sin aparecer. ¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Cancelar el viaje? Pues no, lo siento mucho pero no pienso hacerlo. Si a mí me hubiera pasado algo y no pudiera estar aquí, hubiera removido Roma con Santiago para poder ponerme en contacto con ella. ¡Lo siento mucho, pero la menda se va a Nueva York con, o sin amiga! Le entrego el pasaje a una de las chicas y bajonera cruzo el pasillo. ¡Menuda putada lo de Carla!

Tengo el asiento de la ventanilla y como el que está al lado supuestamente era el de mi amiga, dejo la bolsa de viaje allí. Saco de esta el ipod y me acomodo. El viaje dura unas ocho horas aproximadamente. ¡Qué nervios por Dios! ¡Acabo de subir al avión y ya estoy deseando bajarme! Espero poder dormirme para que el trayecto se haga más corto. Cierro los ojos e intento relajarme.

A los cinco minutos, alguien me da un toquecito en el hombro, miro hacia el pasillo y me encuentro con dos pares de ojos clavados en mí. ¿Pero qué coño...? Abro la boca y la vuelvo a cerrar. ¡No me puedo creer lo que estoy viendo! Automáticamente pienso en mi amiga, ahora entiendo porque la muy cabrona tiene el teléfono apagado. ¿Cómo ha podido hacerme algo así? ¡Esta vez, como que me llamo Alejandra Machado que me la cargo!

La azafata me hace un gesto para que me quite los auriculares, la tía debe de pensar que soy lerda o algo así porque no me muevo, no hablo, no pestañeo... ¡Ay Diosssss, me va a dar un jamacuco! Ella vuelve a hacerme un gesto con la mano y por fin atino a quitarme los auriculares.

—Disculpe, señorita, ¿habla mi idioma?—Asiento—, ¿Este bolso de viaje es suyo?—Vuelvo a asentir—. ¿Podría ponerlo en el departamento de aquí arriba para que el caballero pueda ocupar su asiento?—Miro al caballero en cuestión... ¡Joder, joder, joder! ¡Juro que cuando la pille, la mato con mis propias manos!

Víctor me mira sin pronunciar palabra. ¿Qué cojones hace él aquí? Ambos esperan que haga lo que la azafata dice. Mientras él no se siente no podremos despegar. La chica al ver que no estoy por la labor de moverme, coge mi bolso, abre la puertecita del compartimento de arriba y lo guarda allí. Me mira cabreada y dice:

No quería enamorarme y apareciste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora