Nuestra Loca Familia

VIII

Thiago, Jonathan, Noah, Ágata y Anastasia corrieron para estar cerca de esa pobre criatura que estaba al borde de la muerte gracias a los golpes que algún infeliz le había brindado.

- Es una chupa-sangre.-exclamó Thiago.- ¡Hay que deshacernos de ella!

Levantó su brazo mientras cerraba el puño para acabar con la vida de aquella joven, dejo caer el puñetazo directo a la cara de esa chica... Sin embargo, Noah le detuvo.

- Espera. Debemos mantenerle con vida, ella puede decirnos como asesinar a Arssax. ¿Creen que puedan curarla? - habló Noah mirando a las chicas.

- Seguro- afirmó Anastasia.-, no será problema.

Ágata por su parte no respondió. Sólo miró a la chica que estaba tirada a sus pies.
En los ojos de Ágata se podía ver tristeza, miedo...

Noah tomo a la chica de cabellos blancos que anteriormente estaba sobre el suelo y la colocó sobre su espalda cuidadosamente.

Comenzaron a caminar, Anastasia charlaba con Thiago mientras que Jonathan y Noah hablaban de cosas triviales; sin embargo Ágata iba en completo silencio, cabizbaja. Se notaba su tristeza en el aire. Pero nadie conocía las razones.

- ¿Ágata? ¿Pasa algo, cariño? -dijo Anastasia mientras se ponía a caminar junto a ella.

- ¿Eh? ¡Ah, oh sí! ¿Por qué?

- Ah, ya veo. ¿Cuanto tiempo más vas a negarlo?

- ¿El qué? -respondió confundida -, no comprendo.

- Vamos, Abigaíl y yo nos preguntamos cuando vas a decirle a Noah que te gusta.

- ¡Ah! Eso... ¡No! ¡Espera! ¡¿Qué?!

- Shhh baja la voz, tonta. Noah te escuchará.

- ¡Cállate!-exclamó Ágata desde atrás provocando que todos, incluyendo Noah voltearan.

Ágata tomo un tono rojizo en sus mejillas haciendo que Jonathan soltara una carcajada bastante sonora.

- ¿Por qué estás tan roja? -preguntó Jonathan

- Vamos, tengo frío. -Anastasia cambió el tema - Además... estoy exhausta...

- Bien... sube a mi espalda, será más rápido si no nos retrasas, "humanita".

- ¡¿Ah sí, zorrito?! -dijo mientras brincaba para subir a sus espaldas-, ¿así vamos a jugar?

Jonathan se rió.

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El sol estaba saliendo y la peli-blanca no daba señas de vida.
Probablemente no sobreviviría.

Ágata la había diagnosticado con las costillas rotas, tenía suerte de no tener los pulmones perforados.

Noah tenía una pequeña esperanza de que despertara, él acariciaba el cabello de joven dormida mientras la observaba detenidamente.

- ¿Qué diablos te pasa Noah? -dijo para sí mismo- Ella es el enemigo. Es una vampiresa.

- Pero es hermosa ¿no?

- ¡Ay, mi madre! Anastasia, no me asustes así. -dijo completamente molesto con una mano en el pecho.

Ella soltó una carcajada.

- Tranquilo, Romeo. Vamos a desayunar.

- Pero ella...

- Pero ella no se va a ir corriendo. Ahora vamos, necesitas energía para verla sin descanso.

Noah levantó su trasero de esa silla y camino para estar a la altura de Anastasia.

Ambos comenzaron a caminar con dirección a las escaleras para bajar al comedor cuando comenzaron a oír gemidos.

- ¡Abigaíl, trae agua tibia! -gritó Anastasia.

Noah por su parte corrió hacia ella y la puso en una posición más cómoda.

- Ahg ah... -gemía- ¡Ah! ¡Me d... duele!

- T...tranquila. -no era un secreto que Noah estaba desesperado. -No te voy a lastimar.

- ¡Ah! ¡Me duele el pecho!

- Noah, tomale la mano y el resto dejalo a nuestro cargo.

Abigaíl y Ágata ya estaban arriba preparándose para tratar de tranquilizarla.

La tención era tan grande que se podía cortar con un cuchillito de mesa.

Cambiaron las vendas que habían colocado la noche anterior y comenzaron a lavarle la cara con el agua tibia.

La chica era un vampiro, ella podría curarse sola, pero era indispensable que el resto de su cuerpo se encontrase bien.

Los gritos cesaron, y la respiración de la chica era pesada.

Ágata no podía ocultar sus celos, no soportaba ver a Noah con "esa" chica.

- Cuando estés completamente recuperada, te irás. -dijo en un tono demasiado sombrío para ser Ágata. Ágata no era así, ella era una chica adorable y amable, pero... ¿en verdad amaba a Noah, o sólo era una tremenda obsesión enfermiza?

Todos miraron con sorpresa a Ágata, incluyendo Lara. Ágata intentó excusarse diciendo que era una vampiresa y que era un peligro mantenerla ahí.

- Bajen todos... Y si es posible salgan de la casa -ordenó Noah. -, tengo que hablar con Ágata.

Comenzaron a bajar las escaleras, pero una ignoró la orden de Noah. Anastasia se encontraba escondida en las escaleras, escuchando todo.

- ¿Que te sucede Ágata? -preguntó Noah.

- Nada, ¿Ya me puedo ir?

- Está celosa -interfirió en la charla Anastasia. Noah la miro un tanto extrañado y molesto porque ella había desobedecido.-, a ella le gustas, Noah. Y que haya llegado esta chica la puso celosa, celosa por como la miras, por como te refieres a ella.

Lara se sentía mal, no quería ser de estorbo en la vida de nadie más.

- Ahora tú, Ágata. ¡Eso no es amor! -continuó con su discurso.-¡Si de verdad amaras a Noah, te conformarías con ver su sonrisa, saber que él es feliz seria suficiente! ¿Eres tan egoísta? ¿Acaso lo quieres ver infeliz por el resto de su vida y a tu lado que feliz y lejos de ti? ¿Eres tan insensible?

- N..no, yo... -llegados a este punto Ágata ya había roto en llanto. -Lo siento...

Anastasia la abrazó, sabía que había sido cruel con ella, pero Ágata tenia que aprender a diferenciar entre el amor, la atracción y la obsesión.

Lara solo miraba. Ella quería saber lo que era sentir un abrazo, lo que era tener amigos así, que te regañasen cuando estabas equivocado y te apoyasen cuando estabas desahuciado.
Ella quería una familia.

- Y...yo soy Lara -dijo de repente la peliblanca. -,disculpen todas las molestias que mi presencia a causado. No quería meterte en problemas con tu novio.

- ¡No somos novios! -grito Noah asustado.

No era que Noah no quisiera a Ágata, es sólo que no le gustaba a él. Lo sentía mucho por Ágata pero él no sentía nada más que el amor que un hermano te puede brindar, hacia ella.