Nuestra Loca Familia

XV

Law y Neptalí regresaban a casa luego de un largo día buscando a la princesa. El rey la quería viva. Quería tener el honor de matarla con sus propias manos, pero para desgracia del rey, Lara había sido asesinada en manos de esos dos.

"Que bien" -pensaba uno. - "El rey jamás sabrá lo que pasó"-rió sin pensarlo.

- ¿De qué te ríes? -preguntó Neptalí a Law. - Sí el rey se entera de lo que hemos hecho, ¡Seguro nos mata!

- ¿De qué te preocupas, Nep? Escucha, en todo caso, si el rey se enterase, no sucedería nada más allá de un regaño, ya que él quería matarla con sus manos. Tu la asustaste tanto que se golpeó en la cabeza y lamentablemente falleció y yo... -sonrió- ..., yo disfrute un poco con ella entre las hierbas.

- Eres un sucio. Lara seguía con vida cuando hiciste esa crueldad...

- ¡Bah! ¡Tu eres un niño!

Luego de un rato andando en el bosque, llegaron al castillo.
Law fue el que entró a la corte frente al rey.

- Mi señor... -dijo mientras se inclinaba ante Arssax. -..., no la hemos encontrado. Esperamos sus ordenes.

- Por ahora descansen. Me han servido bien.

Law salió de la sala con una sonrisa triunfante. Sabiendo que su pellejo estaba a salvo.
Pero había un alma inquieta. Arrepentida de sus actos.

Neptalí se aseguró que su compañero estuviera lejos, y entró en la sala.
Inmediatamente se postró frente a Arssax poniendo su cabeza en el piso, implorando perdón.

- ¿Qué pasa soldado?

- Oh, mi señor... mi voto de lealtad dicta que jamás deberé mentirle a vuestra Majestad, y lamentó informar que mi compañero a mentido sobre nuestro viaje en busca de la joven peliblanca que usted está cazando, amo.

- ¿A qué te refieres? ¡Habla!

El soldado contó todo. Desde que la encontraron llorando, hasta el acto de la violación. El rostro de Arssax seguía igual, sin ninguna expresión.

- ...Y tengo aquí la prueba mi señor. -Dijo Neptalí, esperando la orden de Arssax. Éste hizo un movimiento con la mano, dándole a entender a Neptalí que lo mostrara.

Neptalí saco de su bolsillo un pañuelo rosado, que Arssax reconoció inmediatamente. Abrió Neptalí poco a poco ese pañuelo, dejando ver dentro de él un mechón de cabello blanco y liso.

Arssax se levantó. Y caminó hacia Neptalí.

- Aceptaré mi castigo, señor... ordene y será hecho.

- Dame eso y sal de aquí. Haz cumplido con tu deber... ¡Ustedes dos! -dijo señalando a un par de guardias que estaban en la puerta. -¡Busquen a Law y traiganlo ante mí!

Neptalí salió de la sala. Él sabía que su compañero sería castigado... pero había algo más importante en su mente...

Arssax tenía los ojos llorosos cuando le fue enseñada la evidencia...

~~~ t(•-•t) ~~~
Law entró en la corte.

- ¿Me llamaba señor?

- ¿Me puedes explicar esto? -dijo Arssax arrojándole el pañuelo de Lara.

El rostro de Law palideció. No sabía que decir. Lo que confirmó que lo que Neptalí había dicho era cierto.

- ¡¿Acaso mi informante no mentía, Law?! -gritó Arssax, alertándolo de su inminente final. - Tu... ¡Maldito insolente! ¡Tu te atreviste a matar a Lara!

- ¿Cu... cu... cuál es el problema señor? ¿No era usted quien la quería muerta?

- ¡No sólo la has asesinado, maldito infeliz! ¡Te atreviste a violar a la hija del rey! -respondió Arssax.

- ¿Su hija? -dijo aún más sorprendido, y ahora ya sabía realmente cual seria su pobre final. - ¡Perdone mi falta, señor. Juro que de haber sabido, jamás hubiera tocado a la hija del rey!

El rey no lo miro. Hizo sólo un gesto con la mano y dos guardias sujetaron a Law.
Arssax tomó en sus manos una espada de doble filo, dando ya la señal. Los gritos de Law se escuchaban al otro lado de la puerta, en donde Neptalí se hallaba recargado, soltando lágrimas.

"¡Neptalí!" -fue lo último que escuchó antes de correr lejos de esa puerta.

La sangre manchó el piso de mármol. La cabeza de Law yacía inerte con su última expresión marcada. El horror mismo, marcado en sus ojos...

~(•-•~)(~•-•)~

Arssax caminó, lejos de esa sala.

Quería estar solo y no sabía por qué. ¿Acaso le dolía la muerte de Lara?

No, no podía ser eso. Él la odiaba...

- La extrañas, ¿Verdad?

- No.

- Decir la verdad por una vez, no te quitara nuestro respeto.

Silencio. Sólo había silencio.
No se escuchaba absolutamente nada y podías decir que Arssax estaba muerto, de no ser por un sonido casi inaudible que comenzó a salir de la boca del rey.

- La asesinaron...

- Lo sé, también lo oí.

- Mi pequeña hija fue violada... ¡Mi hija!

Una carcajada probiniente de su amigo y consejero resonó en la habitación de Arssax.

- ¿No me digas que ahora te duele? Después de haberla tratado como una miserable infeliz, una pobre desgraciada que lo único que buscaba era tu reconocimiento y que estuvieses orgulloso de ella... Que desgracia ¿no?

- Cállate... ¡Cállate!

- Ella es muerta a sangre fría y con una crueldad que nadie se imagina y, ¡¿ por fin te duele?! ¡¿A ti?! ¡A quien casi la mata a golpes por la nada! Que desdicha... la princesa, la única heredera que quedaba... -suspiró.- ..., Quizás debí decírtelo antes, pero cuando escapó... dejo una carta para ti. Supuse que con tanto odio, terminarías peor.

- Sólo léela para mi.

- Bien.

<< Querido padre:
Espero que no le moleste que le diga así, después de todo... usted es mi padre, aunque jamás tendré la suficiente confianza de decirlo a su cara. Por eso lo dejo así, con tinta en un pedazo de papel mallugado, igual que yo justo ahora.
N

o dudo en que su intención no es mala (espero), sólo que no lo entiendo...
No entiendo... ¿Qué hay de malo en mi? ¿Por qué soy su deshonra?
Sé que jamás tendré una respuesta a estas dudas especialmente porque no sé si sobreviva la noche. Desde mi ventana el bosque se ve tétrico y, aunque mamá insista en escapar; no quiero abandonarle a usted, porque le amo. Es mi padre y lo amaré siempre...
Estoy segura, padre; de que el mío es de esos amores incondicionales... de esos amores verdaderos.
Padre... usted será por siempre mi único verdadero amor, aunque yo no sea jamás la niña de sus ojos.
Usted será siempre mi súper héroe.

Le quiere, Lara❤

- Eso es todo lo que dice, Señor.

- Déjala aquí y retirate.