– ¡Ven y lo descubrirás!

Abigaíl la tomó del brazo y la jalo para que la siguiera.

Llegaron a la parte inferior del tronco sólo para ver como Áxel le hacia cerillito a Santiago mientras que Noah y Jonathan servían los alimentos.

La mesa de centro ya era inútil desde hacia días ya que con la llegada de Andrés, Alejandro, Áxel y Santiago no había más espacio allí.
Por lo que habían decidido tallar una mesa a fuera de la casa para comer en la paz del exterior que su territorio les daba.

Lara sonrió. Pero aun tenía miedo.

– ¡Ay no querida! No, no, no. No puedes salir vestida así. Tus vestidos están rotos.

Lara se miró a si misma — ¿Qué hay de malo en mi ropa?

– No es eso. Tu vestido está roto. Vamos a ver si trajiste ropa contigo. Cuando te encontramos tenias unas bolsas, así que las trajimos.

Subieron de nuevo las escaleras y abrieron una de las bolsas. Encontrando ahí unos vestidos hermosos y un par de joyas a juego con él.

– Muy bien. Definitivamente te pondrás esto.

Lara se vistió con el hermoso vestido vino con adornos negros al rededor para ir al campo. Su madre había pensado en todo.

Por fin volvieron a bajar las escaleras, las piernas de Lara aún dolían, pero la curiosidad por saber como era ser parte de una familia le daba fuerzas. Ya no se encontraba nadie dentro de la casa y se escuchaba un gran alboroto fuera del árbol.

Abigaíl y Lara salieron de la casa para ver a los muchachos a carcajadas, Ágata y Anastasia charlaban animadamente mientras reían de las tonterías de los chicos.

Lara sonrío. Era la primera vez que veía a una familia pasarlo tan bien, de hecho, lo pasaban tan bien que ella pensaba que no era normal llevarse bien con la familia.

- ¡A comer malditos simios! -gritó Anastasia.

Todos se sentaron a la mesa mientras que Abigaíl, Ágata y Anastasia acomodaban cada plato de comida en la mesa.

- ¡Chicas, esto huele muy sabroso! ¡¿Qué es?! -preguntó Thiago mientras olfateaba su plato.

- Hígado de oveja.

- ¡¿QUÉ?! ¡Anastasia! ¿Acaso estás loca?

Soltó una estruendosa carcajada haciendo que cayera al piso de la risa.

- ¿Qué es tan gracioso? -replicó molesto.

- Que... no... no es... hígado de oveja...-continuó ella a carcajadas

Todos estaban riendo, aunque unos ya no sabían si estaban riéndose de la broma que Anastasia había hecho, o si de la misma risa de Anastasia.

Incluso Lara sonrió. Noah la miraba discretamente de forma en que ella no lo descubriera, pero era tan obvio que todos menos la susodicha se dieron cuenta que él sentía algo más que amistad por ella. Ni siquiera él mismo sabía que sentía exactamente por ella.

Había algo en Lara que le llamaba la atención, pero él ya no sabía como llamar a ese sentimiento, ¿amor? No, definitivamente no era amor. ¿Atracción? ¿Le gustaba? Sabía que había algo, pero no sabía lo que era.

¿Lástima? Puede ser... 

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La comida había transcurrido de maravilla. Gracias a los dioses el organismo de los vampiros se recupera rápido y las piernas de Lara a pesar que aún dolían un poco, estaban completamente curadas.

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