1. James Sprouse

285 8 1
                                    

—Vamos Paige, tienes que ayudarme con esto— me reprochó Dylan.  

Maldita sea, Dylan siempre se las arregla para meterme en problemas innecesarios. ¿Otra fiesta en casa? Ni de coña.  

—Ya dije que no, Dylan. No pienso meterme en más problemas. Mamá me amenazó con remodelar mi closet con prendas femeninas si volvía a desobedecerla— dije irritada.  

—Eso no estaría mal, Paige, piénsalo. Blusas sensuales, pantalones cortos... Espera, no permitiré que te vistas así— contradijo mi fastidioso hermano.  

Cabe destacar que detestaría usar basura como esa... Paige Thirlwall siendo tan femenina. Ni en un millón de años.  

Así como soy está perfecto. De hecho, ya me siento como Dylan y Harry. Soy tan revoltosa como ellos por cierto.  

No quería seguir escuchando a Dylan. Ya estaba harta. Al diablo.  

—Por la puta, está bien. Si digo que sí ¿me dejas en paz?—espeté.  

—¿Quien es la mejor?— dijo Dyl sonriendo.  

—Supongo que yo— dije con una sonrisa fingida.

Dylan me dio un fuerte abrazo y me guiñó el ojo —lo cual detestaba que hiciera— y luego desapareció de mi vista en segundos.

* * *

Ugh, otro maldito día de escuela y no viviría para contarlo. Qué rayos, estaba harta de matemáticas con el profesor Callahan, el muy hijo de puta me asignó un tutor. Ahora tendré que asistir los Lunes, Miércoles y Viernes a la biblioteca con ese tal "James Sprouse", un chico que según escuché venía como estudiante de intercambio y era realmente bueno en la materia.

Maldije por lo bajo y entré a clases de historia contemporánea, mi clase favorita debo decir.

Entré y tiré el bolso en la mesa de estudio, revisé mi celular y tenía un mensaje de Harry:

  ”Nos vemos en el almuerzo. Te quiero en mi casa a las 5 horas. Quiero la revancha de Mortal kombat. Sé que hiciste trampa, Thirlwall."  

Solté una sonora carcajada y le respondí enseguida.

   “Joder, Styles. Y dale con que hice trampa, pero acepto. Patearé tu trasero de nuevo si eso es lo que quieres"

Sonreí y guardé el móvil al momento en que entró la profesora, Yanisse.

Amaba a esa profesora, era la única de todo el instituto a quien no tiraría del quinto piso de un edificio.  

—Buen día, alumnos—dijo la profesora Yanisse, adentrándose al salón de clases—. Junto con sus parejas quiero que adelanten la actividad de la pag 67 mientras que termino de corregir sus ensayos—ordenó con una cálida sonrisa.

La clase asintió.

—Srta Thirlwall— mencionó, apartando su mirada de los ensayos a la mía—, me ha dejado impresionada con su ensayo sobre la revolución industrial. Ser tutora sin duda sumaría algunos puntos en proyectos extracurriculares a su expediente. Piénselo—sugirió, volviendo a su trabajo.

Yanisse siempre me había alentado en su materia, según ella yo era la mejor alumna que jamás tuvo. Siempre hace énfasis en que debería pensar en la redacción, o tal vez fijar un norte hacia los estudios de la literatura e historia, para en un futuro tener un buen cargo que tenga que ver con ello.  

Yo estaba muy agradecida con ella, de hecho, se podía decir que eramos... ¿amigas? Sí, sin mencionar que era la mejor amiga de mi madre. A veces iba a casa a visitar y de vez en cuando me ayudaba con las dudas que yo pudiera tener sobre un tema en particular.  

—Hola, guapa— saludó mi amiga Jenna a mi lado. Sonreí y le di un golpecito con el hombro.

Comencé a afilar el lápiz y coloqué la tarea por hacer sobre la mesa, Jenna explotó su rosada bomba de chicle haciendo un ruido chistoso. Sacó el chicle de su boca y lo pegó bajo la mesa. Puse mis ojos en blanco y meneé la cabeza en desaprobación.

—Eres una hija de puta— susurré—, limpian estas mesas casi a diario y gracias a tí— reprendí y ella soltó una pequeña carcajada en respuesta. Se encogió de hombros.

—¿Qué materias te quedan por ver hoy?— pregunté, con la esperanza de que nuestros horarios coincidieran puesto que un día anterior los habían cambiado.

—Español, matemática y artes— explicó y bufó en señal fastidio—, si me pagaran por evitar darle una patada al cabrón de Calahann, créeme que ya tendría un yate esperando por mí en el mar.

Reí una vez y me di con un ladrillo mentalmente, al parecer, historia era la única clase que compartíamos los lunes.

—No podrás ayudarme a soportar a los malditos profesores el resto del día— gruñí.

—Sobrevivirás— dijo ella y me sacó la lengua.

Jenna y yo somos muy unidas, era como mi compañera de vandalismo, y a quien podía confiar todo luego de que mi hermana Kendall decidiera vivir en Seattle.

Sonó el timbre y me dispuse a salir de clases, iba distraída hacia mi casillero y en el camino tropecé con un fuerte cuerpo, cayendo al suelo, desparramando todo lo que llevaba conmigo.  

—Por dios, que tonto. Te ayudo— dijo, al parecer, la persona con quien había chocado.

Al levantar la vista me topé con un muy lindo chico. Me perdí en sus perfectos azules ojos por varios segundos... ¡Joder, que despiertes Paige! ¿qué coño te pasa?  

—Ugh, yo... soy quien debe—balbucée sin poder terminar la frase.

—¿Disculparse?—concluyó, interrumpiendome.

Por Dios, ¿quién era este y que efecto tenía en mí? Debo decir que detestaba los chicos que estuvieran tan peligrosamente cerca.  

—Aún no he dicho mi nombre. Soy James Sprouse— se introdujo, y dicho eso, casi me caigo hacia atrás

—¿El chico de intercambio?—pregunté, recordando lo que me había dicho Callahan.

—Hmm, prefiero que me llames James—murmuró, mirándome fijamente a los ojos.  

Si este chico seguía mirándome de esa forma vomitaría. Era un hecho.

—Encantada— le extendí la mano, la cual James rechazó y suplantó por un abrazo y un suave beso en la mejilla.  

¿Qué demonios? Quedé estupefacta por la actitud del chico.  

—El gusto es mío— dijo observando mis labios detalladamente y volviendo sus mirada a la mía rápidamente—. Sé sobre las tutorías y será un gusto para mí ayudarte, sólo si...—comentó, dejando la oración en el aire.

¿SI QUÉ? ¿ES QUE ACASO IBA A PONER NORMAS? Ah, no, te equivocaste de número, amigo.  

—¿Si... qué?—pregunté juntando mis cejas.  

—Si tú me ayudas con Historia— concluyó el chico.  

Su perfume...Dios, su perfume. Estaba deleitándome con ello, era alto, tenía unos hermoso ojos azules, cabello rubio, un cuerpo muy trabajado y unos lindos hoyuelos en sus mejillas -lo cual inconscientemente hizo que me acordara de Harry-.

—Creo que... Es un trato— acepté, mordiendo mi labio inferior.  

Paige, Paige, Paige... Por Dios, Paige Thirlwall, ¿qué coño está pasándote?  

—Te veo el miércoles—dijo, cerca de mi oído, acto que me hizo sentir un cosquilleo en mi abdomen—, a las 4 horas en la biblioteca— concluyó ahora en mi oído, y dicho eso se marchó, dejándome algo mareada

Explotaría, sin lugar a dudas.

 ______________________

Y acá va el primer cap, dedicado a todos los que estén leyendo mi nove.

NECESITO QUE COMENTEN, ESTOY MURIENDO.

Díganme si les gusta la historia, tengo más bajo la manga, ñée. Os amo. Comenten. Voten.  

Every girl needs a boy bf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora