8. Efectos del karma.

188 7 4
                                    

Mierda, mierda, mierda. ¿Y ahora qué?, ¿cómo podré comportarme como si en verdad no conociera a James?

Esto se estaba poniendo cada vez más difícil.

Alguien que por favor me traiga el cargamento de aspirinas. Maldita migraña.

Harry colocó su pedido de tortitas de chocolate junto con mi malteada justo en el centro de la mesa.

Comencé a beber desesperadamente de mi malteada buscando no encontrarme con la mirada de James, pero en algún momento mi malteada salvavidas tenía que terminarse, y ya le había llegado su hora.

Quedé pegada del pitillo aún después de que mi bebida de fresas había llegado al fondo del vaso. Pretendía que ni Harry ni James se fijaran en ello.

Pero el maldito karma no tenía a quién mas joder, todo para Paige.

—Te das cuenta de que ya te has acabado la malteada, ¿cierto?— soltó de pronto Harry.

Dí un respingo y enseguida mi cuerpo se tensó para que luego mis mejillas comenzaran a arder, para variar.

James sólo sonrió de medio lado.

—¿Y a tí quién te llamó?— escupí tratando de salir del aprieto.

—Alguien amaneció con el pie izquierdo— comentó Harry poniendo sus ojos en blanco—. Ya tengo que irme— informó mientras se llevaba el último bocado de la tortita que quedaba en su plato—. ¿Vienes, Pay?

—¿Nos das unos segundos?— pidió James a Harry, refiriéndose a mí.

Sólo rogaba que mi querido amigo dijera que no.

—Claro, voy al baño.

Demonios.

Harry se levantó de la mesa para luego irse al baño, me quedé mirándole mientras se alejaba, hasta que no tuve más visibilidad.

No quería hablar con James, no ahora.

Me levanté de la mesa rápidamente y me dirigí a la puerta casi a zancadas. Hasta que sentí que una mano en mi muñeca impedía mi jodido escape. Me di media vuelta para encontrarme con James, joder.

—Oye, James, acerca de lo que pasó el otro día, yo...

No pude terminar la oración ya que el chico rápidamente me colocó entre él y la pared posando sus manos en mi cintura, quitándome la posibilidad de moverme. Maldición.

—Quítate— ordené.

—Sabes que no quieres que me quite.

—Maldición, James, ¿quieres por favor apartarte?— mascullé.

—No— replicó, mientras acercaba su cuerpo al mío para besarme.

Trataba de apartarme, pero James me lo impedía. Estábamos haciendo un espectáculo en pleno Ricky's, y Harry llegaría en cualquier momento.

Esto tenía que ser una broma.

James tomaba mis labios con los suyos como si a través de eso quisiera dejar en claro que podía hacer conmigo lo que quisiera, pero no permitiría esto, no sin al menos hacer el intento de pararlo.

Demasiado tarde.

Cuando James se separó de mí, enseguida comencé a buscar a Harry con la mirada esperando que aún estuviera en el baño, pero no era así.

Simplemente estaba ahí, parado justo debajo del marco de la puerta de entrada al baño de hombres.

Él había visto probablemente todo. Qué vergüenza. ¿Qué pensaría Harry de mí después de esto?

James me dedicó una última mirada juguetona para dirigirse a la manilla de la puerta y proceder a marcharse, pero no lo permití, ya que cuando estaba por salir mi puño lo tomó desprevenido.

¡Bam! mi puño ninja dejaría una linda marca en su rostro.

—¡Maldición!, ¿qué has hecho?—bramó mientras frotaba su mano contra su mejilla.

—Lo que te merecías, maldito idiota—respondí para darle otro puñetazo justo en la nariz.

—¡Demonios!—masculló.

Su nariz era la que sangraba ahora.

Whoa, las prácticas de defensa personal con Dylan definitivamente estaban funcionando.

—¡Estás loca, joder!—dijo entre dientes para luego salir del local a zancadas.

Luego de que James por fin salió, Harry se aproximó hasta mí con una amplia sonrisa en su rostro.

Eso significaba que no estaba molesto conmigo.

—¡Por Dios, Paige!— se acercó sonriendo—. Eres asombrosa. Ya debería pedirte unas clases de defensa personal.

—Ah, vamos, Harry. No es para tanto.

—¿Qué?, ¿has visto eso?, jamás pensé que harías tal cosa— declaró, a medida que sus labios hacían una curva hasta formar una 'o', hecho que me causó una risa tremenda.

—Esta noche hay que celebrar— informó, mirándome con orgullo—. Justamente hoy es la fiesta que dará Dylan, así que, ¿qué dices?— preguntó emocionado.

¡Santa mierda!, me había olvidado completamente de la fiesta de la que tanto me había hablado Dyl.

—Sólo si dejas que use mis gafas— farfullé.

—Umm...de acuerdo— aceptó al tiempo en que enrollaba su brazo en mi cuello y salíamos de Ricky's.

Estaba segura de que esta noche tomaría licor por primera vez, en compañía de mis queridos hermanos de patria a muerte: Harry y Dylan.

Sentía que por primera vez debería lanzar todo a la mierda, al menos solo por una noche.

***

Whoa, que golpea fuerte Paige, ¿eh?

Bueno, mis queridísimos lectores, de nuevo les pido de todo corazón que comenten y voten para seguir cuanto antes, a pesar de que estoy en pruebas y es un poco difícil escribir.

Como siempre os digo: Cuidaros, comentad y votad.

Besos...x

Every girl needs a boy bf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora