21. Llegada a casa.

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Yo lo que pido es que en mi país haya paz, que todo mejore. Sé que Dios tarda, que no olvida, y es lo que hago ahora: esperar por él. Porque no veo otra salida, estoy infinitamente devastada por los inocentes que han dado su vida por defender a su país. Paz a sus restos.

No hay razón ni justificación al tiempo que he estado fuera, sin publicar ni notificar nada, lo siento muchísimo, con deciros que he estado leyendo un libro durante 5 meses, mi cerebro ha estado en off, les quiero.

***

Meses después.

Eché un último vistazo por toda la habitación, ya había pasado un tiempo desde esa conversación extraña con las chicas. Se podía decir que ya era tiempo de volver a casa, no sabía por qué, pero sentía la necesidad de volver lo más rápido posible. Mi estadía es Seattle había sido más que perfecta, Kendall lo hacía todo tan fácil, tan poco preocupado que me abrumaba, si las tres compartieramos la misma sangre, juro que no seríamos así de unidas. Todo había sido mejor de como lo había imaginado, pero todo tiene fecha tope, y ya debía volver.

-¿Listo?- preguntó mi hermana, deteniéndose en el umbral de la puerta con un recipiente de yogurt de helado, era una total adicta a los azúcares.

La miré y sonreí, y pensar que al llegar a casa no vería a esta loca chica durante un tiempo largo, o quizás iría a casa para navidad; aún así, no la vería en un largo tiempo, de todos modos.

Suspiré y me detuve frente a ella. -Algo así- respondí, hice una mueca tratando de reprimir las lágrimas que se acumulaban en mis ojos.

Kendall dejó su yogur a un lado y me estrechó en un fuerte abrazo.

-Oh, Paige. No te pongas así, volveré en navidad, lo sabes- repitió, deshaciendo el abrazo y colocando sus manos sobre mis hombros.

-Lo sé...es sólo que- hice una pausa y tomé un detenido respiro-, es mucho tiempo.

Ella elevó las comisuras de sus labios en una reconfortante sonrisa.

-Un tiempo que pasará rápido- me guiñó el ojo y me ayudó con una de mis maletas hasta la puerta. Jenna se unió segundos depués, obviamente no se iría sin antes hablar hasta el cansancio sobre el "sensual vecino" que tenía Kendall.

***

La abracé nuevamente, después de que Jenna se despidiera de ella. Me encaminé hacia la plataforma con Jenna siguiéndome el paso. Entregamos el boleto a la aeromoza y ésta lo chequeó pasándolo por debajo de una máquina que hacía un sonido cercano a un "bip", troté hasta llegar al frente de mi respectivo asiento y me detuve por unos segundos, dejando caer mis hombros.

-¿Qué pasa, cielo?- intervino Jenna tomando asiento y dando unas palmaditas al lugar a su lado, invitándome a que me uniera.

-Nada, es el viaje, creo que no estuvo del todo bien mezclar pizza con nutella- respondí, tratando de convencerme a mí misma más que a la propia Jenna.

Jen me examinó por un momento y luego apartó la vista para abrocharse el cinturón de seguridad.

-O tal vez es Harry es lo que te pasa- inquirió.

La miré por el rabillo del ojo por unos segundos y luego volví mi vista a la ventana del avión.

Ella suspiró. -Vale, no hablaré más de ello.

***

En poco tiempo ya habíamos llegado al aeropuerto, mis padres fueron a por mí, dejaron a Jenna en su casa y luego nos dirigimos a la nuestra.

Al entrar a casa inspiré, al parecer mamá había limpiado y ordenado todo antes de que llegara, el olor a menta invadía mi nariz. Dejé caer mis hombros, reposando uno de los agarraderos de la mochila en mi antebrazo.

-Cansada, ¿eh?- habló mi madre, interrumpiendo la nube de pensamientos idiotas brotando de mi cabeza. Y bastante que agradecía el hecho de que nadie tuviese esa extraña habilidad de leer mentes o alguna de esa mierda.

La miré y elevé las comisuras de mis labios en una sonrisa sincera, mi madre era definitivamente una de las mejores. Tomé las escaleras y me dirigí a la habitación de mi hermano, no podía entrar a mi habitación sin antes echarme sobre él y joderle la paciencia. Abrí la puerta de golpe sin siquiera tocar, él estaba comiendo nutella, dio un respingo y me eché sobre él.

-Joder, no vuelvas a hacerme una mierda como esta- jadeó, colocó su mano derecha dramáticamente sobre su pecho y depositó a un lado la nutella-, pude haber estado viendo porno y tú simplemente entras y...- se quedó en silencio, hizo una mueca extraña y tomó mi cara entre sus manos.

Sonreí ampliamente y él, al parecer, no salía de su asombro.

-¿Qué?- pregunté inocentemente.

-¿Y a tí que te pasó?- preguntó, curvando sus labios en una 'o'.

Sentí arder mi cara por unos segundos, probablemente se refería al cambio-, ¿te gusta?

-¿Que si me gusta?- hizo una pausa y me observó de pies a cabeza, supuse que desde ese momento mi "Plan Paige" había comenzado-. Estás...hermosa- musitó.

Lo miré y de un momento a otro me sentí asqueada.

-Suficiente, dame la nutella-reprendí.

Meneó la cabeza y frunció el ceño. -A tí como que siempre te callan con chocolate, ¿no?- bromeó pasandome el frasco de la felicidad.

Me levanté de su cama en dirección a mi habitación. Él me llamó y me detuve unos segundos.

-Paige.

Lo miré. -¿Qué?

-Harry...em...ya sabes- balbuceó. Al escuchar su nombre sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

-¿Qué con él?- intenté sonar seria.

-Le encantarás.

Sería una cruel mentira decir que eso no me había emocionado, no sabía qué era lo que yo realmente quería, tal vez sólo buscaba satisfacer mis deseos de venganza con el hecho de que él fuese ahora quien me protegiera, pero, ¿y luego? Meneé la cabeza y disipé esos pensamientos, que pasara lo que tuviese que pasar, al carajo. Pestañeé reiteradas veces y antes de salir me encogí de hombros.

-Como digas.

***

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Lamento lo corto que me ha salido.

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⏰ Última actualización: Apr 01, 2015 ⏰

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