15. Una caja color lila.

113 7 4
                                    

Despierto por el estruendoso sonido del malvado despertador, lo tomo en mi mano y lo lanzo a algún lugar de la habitación.

Me estiro en el colchón y doy un pequeño respingo al sentir una espesa respiración golpeando en mi nuca, y el suave ronroneo sobre mi espalda, inconfundiblemente proveniente de un chico, el cual mantenía su brazo aferrado a mi cintura, pero, ¿qué demonios?, ¿acaso Dylan se había metido en mi cama anoche?

Saco mi otra mano de la enrollada manta y la coloco suavemente sobre el brazo que reposa firmemente en mi cintura, lo cual fue un caso perdido, ya que esta se negaba a dejarme ir.

–Serás un hijo de puta, Dylan– gruño y me giro lentamente hasta quedar enfrente de esa persona.

Maldición, ¿Harry?, ¿se me había olvidado el pequeño detalle de que el fastidioso chico me había pedido quedarse anoche?, vaya, ahora tendría que usurpar alguna de esas pastillas para que no se te olviden las cosas, esas que mi madre guarda con tanto recelo en su mesita de noche.

Lo miro frunciendo el ceño y  finalmente me deja libre, giro sobre el colchón y me levanto de la cama, quedando justo frente a él, esperando a que despierte. Cruzo mis brazos sobre mi pecho y suelto un cansado suspiro, sé que ya se ha despertado, pero con lo flojo que es de seguro se hace el dormido. Harry, como siempre, me ha de estar jodiendo.

Veo como se enrolla en la manta y observo como junta sus cejas, aún sin abrir sus ojos, abre un poco sus labios y creo que se dispone a decir algo, así que espero inquieta a ver con qué babosada me sale esta vez.

–Te esperaba en ropa interior, echando un mechón de tu cabello detrás de tu oreja, mordiendo tu labio inferior, mientras dejas el desayuno sobre mi cama– comenta en un tono de voz bastante grave–. Todo eso mientras me dices: “amor, el desayuno está listo", y te colocas sobre mí apasionadamente, tratando de despertarme con pequeños besos en mi rostro, e invitándome a probar de esos perfectos y finos labios que posees– continúa, dejándome perpleja, toco mi labio por acto reflejo–. Te imaginaba de esa forma, no llamándome hijo de puta a las...–apenas abre un ojos y le echa un vistazo al reloj en su muñeca–. A las 7:30 de la mañana, con el ceño fruncido, mirándome de manera acusatoria, y usando un tal vez demasiado tierno pijama– concluye finalmente.

¿Qué ha sido todo eso?

Siento mis mejillas arder y miro mi pijama, del cual me percato de que es uno de esos completos, cubiertos de los power rangers de principio a fin, ¿y qué?, a mí me gusta.

Abro la boca para decir algo, pero no tengo argumento alguno, así que vuelvo a cerrarla. Pero, ¿qué se ha creído?, ¿cómo se le ha ocurrido tal cosa?, lo dicho, un total hijo de puta, con el permiso de Anne.

–No digas nada, preciosa. Sé que ahora mismo deseas lanzarte sobre mí y besarme hasta quedarte sin aire en tus pulmones...y no te culpo– dice arrogantemente y se encoge de hombros sobre el colchón.

Esto es increíble.

–O, tal vez eres tú quien desea que yo haga tal cosa– digo con indiferencia y me encojo de hombros.

Abre sus ojos como platos y suelta una juguetona risa.

–Es lo que quiero– dice, ahora con las facciones de su cara más relajadas, a decir verdad bastante serio.

Ignora sus comentarios, Paige, ignoralos, vamos, no es tan difícil. Él solo está tratando de hacer que te quedes. Ahora a enfocarse en levantar a este espécimen de la cama.

–Venga, a pararse de la cama– digo moviendo mis manos de arriba hacia abajo.

–Ummm– suelta un quejido.

Every girl needs a boy bf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora