Deseos imprudentes. (one shot)

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Narra Sara:

Era de noche, Tegan se había ido a dormir hace unos minutos y yo estaba mirando el techo sobre mi cama, pensando en la falta de tacto, de pasión, que escaseaba en mis noches, recordar lo que se sentía el ser tocada por alguien, ser deseada.
Sin razón aparente, recorde a Tegan, tan hermosa, siempre habia observado su figura con admiración, pero esta vez, no era solo por admiración...

Deslizé mi mano derecha por mi abdomen, y llegué a mi centro, introduje mi mano en mis bragas y comenzé a tocarme, lenta, pero ansiosamente. Imaginando algun momento en el que el cuerpo de Tegan me pertenezca, que sea solo mío. Aumentando la velocidad, solté un pequeño, apenas audible, gemido. Miré a mi alrededor, observando que no haya cambiado nada, y que siga solo yo en la habitación, con mis deseos imprudentes...
Permanecí tranquila por unos segundos hasta que observé que Tegan me miraba con descaro mordiendose el labio inferior.

-Ignorame... sigue si quieres.- Dijo ella con un tono seductor.

-Tegan, en serio lo siento, juro que no tenía idea que estabas ahí.- Instantáneamente sentí como mis mejillas se tornaban completamente rojas.

-Siendo sincera no me molesta...- Dijo mientras se sentaba en el borde de mi cama, sin quitarme sus ojos de encima.

-Si no te molesta, podrias ayudarme...- Dije como si estuviera comprando un boleto de lotería, sin saber lo que pasaría.
Ella sin pensarlo dos veces se posó sobre mi y besó mis labios rápidamente , dejandome con ganas de mas. Puso sus brazos uno a cada lado de mis hombros, y atacó mi cuello, lo besaba lentamente, como si cada beso fuera un puñal que en mi cuello impactaba. Paso su lengua por absolutamente todo mi cuello y bajo a mis pechos, acariciandolos por encima de mi playera. Me lanzó una mirada que definitivamente decia que me quite la ropa, deslizé mi remera dejando mis pechos al total descubierto, ella comenzó a lamerlos y morderlos como si su vida dependiera de ello.
Bajó una de sus manos hacia mi centro, haciendome soltar un pequeño gemido que al parecer excitó mucho a Tegan. Se escabulló por debajo de las sábanas y comenzó a lamer mi clítoris con rapidez, haciendo que mi espalda se arquee. Yo rasguñaba la parte posterior de su cuello y tiraba de su cabello con muchísima fuerza, sentía que ya faltaba poco, Tegan aumentaba su velocidad y sin previo aviso, introdujo dos de sus dedos en mi haciendo que mis gemidos aumenten la velocidad, una, dos, tres esrocadas contra mi, y un impulso eléctrico que recorría mi columna vertebral y culminaba en mi centro. De un momento a otro, sentí como me corria y Tegan lamia absolutamente todo, sin dejar rastros de nada de lo que acababa de pasar.

Tan Prohibido (Quincest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora