Tan Prohibido (Quincest)

La vida después de la muerte. (cap. 17)

I know pasó mucho tiempo pero weaa aquí esta un capítulo nuevo. 💜💜

Trajes negros y lentes oscuros.

¿Por que me siento tan culpable?

Familiares y amigos llorando al rededor del cuerpo sin vida de Emma.

Siento un nudo en el pecho que no me deja respirar.

Era mi turno de decir algunas palabras, que se supone que diría? La conocía hace poco tiempo pero aún así fue una pieza indispensable al correr de los días.

Aclaré mi voz para hacerme presente y que las personas dirigieran su atención a mi, retomé mi vista hacia el suelo y solté unas palabras que ni yo me las creía. No pensaba en nada, sólo decía lo que una persona diría en el funeral de su amigo.

Los detalles sobre el penoso velorio y entierro de Emma, los voy a dejar de lado. Pero, la verdad es que ninguna persona debería ver a su amiga en un ataúd, con el rostro pálido, y una expresión neutra que no demuestra vida.

Ya han pasado tres meses desde que falleció Emma. Y así como todas las personas, Sara, Rose y yo, nos acostumbramos a la vida después de la muerte. Sara esta mucho mejor del accidente, hablando de ella, no sé que le esta pasando, ya que me estuvo evitando hace unas semanas. No es por lo de Emma, lo sé porque sólo me evita a mi. Estoy casi segura que lo hace por lo nuestro, bueno, si es que existe un "lo nuestro".

estabamos en mi casa, más precisamente en el sofá de mi casa, yo miraba la televisión y ella leía un libro, no me dirigía palabra. Nuestras miradas ya no se cruzaban con tanta frecuencia, y extrañaba mucho sus labios. Apagué la televisión, pero seguía sin mirarme, así que me paré y me puse frente a ella.

-Sara, podrías por favor decirme que ocurre?.- Levantó su mirada, por fin esos ojos me volvieron a mirar. Tenía una mirada de preocupación y tristeza.

-Debo decirte algo. Pero no aquí, vamos al cuarto.- Yo la miré confundida, pero hice caso sumiso y fuí hacia la habitación. Se sentó en la cama y tomó mis manos entre las de ella. Suspiró hondo y me dijo
-Tegan, esto no es normal, no esta bien.- Paró un momento ya que sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Yo miré al suelo, esperando que no me diga que tenía que alejarme de ella, que tenía que dejar de besar sus labios, que tenía que dejar de acariciar su suave cabello color avellana, que tenía que dejar de saborear su aterciopelada piel, no quería.

Levanté la vista nuevamente al notar que comenzaba a sollozar, por supuesto, yo también lloraba. -Mirame Tegs, tu crees que esto me hace bien? No quiero herirte, eres la persona que más amo en toda mi vida. Me doy cuenta que esto no te hace bien a ti tampoco, somos hermanas y esa es la verdad, no hay forma de cambiarlo. Hasta cuando vamos a fingir que sólo somos dos hermanas normales frente a los demás y después actuar como enamoradas a solas? Yo sé que tu sientes lo mismo que yo, pero no es lo correcto.- Sabía que todo lo que me acababa de decir era verdad, pero me parece muy tonto de su parte creer que me voy a rendir así de fácil. -Por favor dime algo...- Me miraba ansiosa y preocupada por la respuesta que yo le daría.

Toda esta impotencia que sentía frente a su inesperada declaración se transformó en rabia al no poder convencerla de que lo nuestro no se basa en orgasmos sin sentido, que nos amamos, que es real. Mi angustia se hizo notoria, ya que aparté las manos de Sara de las mías con sutil bestialidad, e introduje una ira en la conversación de la que luego me arrepentiría.
-Tu creés que vas a estar mejor alejándote de mi?! Que yo lo voy a estar?!- Las lágrimas de Sara humedecían sus mejillas siendo iluminadas por el lúgubre velador cálido que se encontraba a nuestro lado. Ella permanecía en silencio y mi rostro sólo reflejaba mis ansías de una respuesta.

Estaba por volver a hablar cuando su voz quebrada interrumpió mis reproches condescendientes. -Basta, por favor. No puedes pretender que esto es normal, que somos normales, no existe un nosotras porque somos hermanas, hermanas Tegan. Y deberíamos actuar como tales, necesito que entiendas.- Mi corazón había sido oficialmente roto en pedazos y lo único que deseaba en ese momento era morir.

-Que pretendes de mi?- Logré decir entre sollozos.

-Sólo quiero que seas mi hermana, como debe ser.- Su rostro ya no mostraba tristeza, hasta su tono de voz se había tornado algo frio.

No lograba formular palabra, no sabía que hacer. Debía salir corriendo o luchar por lo que sentía?

No me di cuenta y Sara había salido de mi apartamento dejándome con las palabras en la boca y un corazón roto.