25. Agallas.

432 33 20
                                    



Por Joyce:



     Aún no salía del shock. ¿En serio este chico estaba besándome? Sí, muy en serio. Podía sentir sus labios acarician los míos con...¿ternura? Yo no sabía cómo besar así de lento y de...suave. No había tenido que mimar de este modo a nadie nunca y todo este sensibleo era nuevo para mí. No me toméis por una loca sin corazón. Veréis, a mi modo de ver las cosas, una relación era complicarse la vida. Suponía responsabilidad, compromiso y tiempo. Requería mucha atención y dedicación y yo no tenía paciencia para eso. Quizás fuese porque era muy joven y tenía un estilo de vida propio de un adolescente pasota y macarrilla, pero aún así, es que a mí el compromiso era algo que me venía muy grande. Y, sinceramente, ¿creéis que tal y como estaban las cosas actualmente era correcto empezar una relación? Si ni si quiera tenía la garantía de que yo seguiría viva, ¿cómo iba a vivir con el sufrimiento de saber si la otra persona estaba bien? Ahora, querer, era muy peligroso. Cualquiera de nosotros podría morir mientras tú te quedabas para verlo y vivir con el recuerdo y el demoledor dolor que la pérdida conlleva. Paso. Me pienso ahorrar eso. Vale que solo vivimos una vez, que ahora más que nunca la vida era corta y que podría perderme muchas cosas buenas que el amor te regala, pero también iba a ahorrarme muchísimo sufrimiento. Yo no estaba hecha para el dolor, supongo que nadie, pero yo era más lista que todos los demás y no me dejaba engañar por esas fatídicas mariposas del demonio.

      De vuelta a la realidad, mis ojos estaban abiertos como platos a pesar de que no podía ver nada. Sus labios seguían acariciando los míos con la esperanza de que yo hiciera lo mismo, de que le devolviera el beso. Y lo hice. No sé si fue por que me dejé llevar por el momento, por lo bien que se sentía, porque mis emociones seguían aún a flor de piel, o porque para ser honrados, el Soldado Hood estaba cañón y a un buen beso no se le dice que no nunca. El problema era que, como ya he mencionado antes, yo no sé ser suave y dulce, y Calum lo notó cuando yo empecé a besarle de forma más ruda y demandante.

Joyce, tranquila. susurró contra mis labios escapándosele una risita. — no soy comida. — bromeó, pero sé que hablaba en serio en el fondo.

Lo siento. Nunca me han ido los cursis, no sé besar cursi. — contesté en el mismo tono de voz.

¿Besar cursi? ¿Pero qué narices? — y pude notar como mordía su labio inferior para aguantar una carcajada. — ¿Nunca te han dado un beso con cariño?

    Negué con la cabeza. A estas alturas no iba a fingir ni a mentir a Calum. Él tenía que empezar a ver que yo realmente no era ninguna princesita ni vivía en un mundo de color rosa.

Vaya... eso es terrible. — ¿lo era? — Entonces... — pude sentir como su mano se apartaba de mi espalda para ascender hasta mi mejilla y acariciarla con suma delicadeza, como si pudiera romperme. — ...tendré que enseñarte. — pude notar diversión en su voz, pero sabía que no se estaba burlando de mí. Sencillamente, disfrutaba con que yo fuese una chica ruda. Jodido masoca, no sabes dónde te estás metiendo.

     Y entonces volvió a unir nuestros labios. Envolvió los míos con los suyos y pude deleitarme con la carnosidad de estos y lo suaves que se sentían. Se quedo quieto durante unos segundos, y luego volvió a soltarlos para tomarlos de inmediato, pero esta vez tirando ligeramente de mi inferior, para volver a besarme de nuevo. Y así sucesivamente. Se dedicaba a ladear la cabeza de vez en cuando, acompañando sus movimientos, jugando a tomar y soltar mis labios, dándoles pequeños y tiernos besos. Aquello era muy diferente y, admito que se sentía muy bien. Pensaba que podría ser aburrido y repetitivo, pero no lo era. Los besos rápidos y húmedos estaban bien, pero estos, por alguna razón, estaban mejor. No había lengua de por medio haciendo la lavadora, solo eran caricias, como si nuestros labios se abrazasen, y cada vez que se encontraban un cosquilleo recorría mi espalda. Pude corresponderle cuando pasaron unos minutos e imité sus gestos. Una de mis manos que hasta ahora descansaban en su pecho, fueron a su mentón y jugué con mi pulgar sobre su barbilla, dándole cortas caricias mientras mis labios se dedicaban a tomar su labio inferior y jugar a besarlo y darle pequeños bocados.

RECOVER || 5SOS Fanfiction.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora