Capítulo 7

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- ¿Qué la habéis hecho? -el hombre miraba a la chica que estaba en la cama. Su piel estaba muy pálida y el sudor perlaba la mayoría de su cuerpo, pero lo peor era la gran herida abierta que tenía en el estómago, la cual la atravesaba desde la cadera izquierda hasta debajo del pecho derecho-. Os pedí que la trajerais no que la mutilaseis. ¿Para que la quiero ahora si se le queda una cicatriz enorme en el cuerpo?

-Eso si sobrevive-susurró uno de los secuestradores.

-La misión fallo y además aparecieron los príncipes...

- ¡No quiero excusas! - sus ojos destilaban odio.

- ¿Por qué estáis tan enfadado? -el mismo hombre con el que había negociado apareció por la puerta-. Esa herida parece grave.

-Estos inútiles se la hicieron.

-Mi señor, ella sabe luchar muy bien y no podíamos reducirla. Acabo con todos los hombres que llevamos.

- Vuestra misión solo era secuestrarla a ella. Si no hubieseis intentado llevaros a las princesas esto no habría pasado. -los dos brujos le miraron asombrados. ¿Cómo podía saber que intentaron llevarse a las demás chicas-? ¿Os pensáis que soy estúpido? La noticia ya está por todas partes. "Bandidos intentan secuestrar a las princesas del Imperio Kou, solo consiguen llevarse a la recién esposa de tercer príncipe Ren Kouha"-dijo con retintín-. Todo el Imperio está buscándola y por vuestra culpa no se puede mover. Debería cortaros en pedazos y daros de comer a los perros.

-Mi señor si me permitís-el hombre enmascarado se acercó a la chica para analizar la herida-. No debéis preocuparos por el Imperio Kou, nosotros nos encargamos de ellos. Lo mejor que podéis hacer es curarla bien y en poco tiempo podréis disfrutar de su compañía tanto como deseéis.

-Si me lo aseguras tendré que confiar en vosotros, aunque tal y como va a quedar con esa cicatriz no creo que la disfrute mucho.


2 años después

Aquel calor era insufrible y conseguía que la ropa se le pegase al cuerpo, incluso después de tomar un baño con agua fría. Llevaba en aquel lugar dos meses y no conseguía acostumbrase, aunque cuando atravesó el desierto lo pasó mucho peor que en aquel momento al quedarse sin comida ni agua.

Echaba de menos su hogar, y echaba muchísimo de menos a Kouha. La última vez que hablaron habían vuelto a discutir por algo que ahora le parecía una estupidez.

Unos leves golpes en la puerta la sobresaltaron. Todavía no se había acostumbrado a estar rodeada de gente, después de estar tanto tiempo escondiéndose. Al abrir vio a un chico de cabello rubio y ojos color miel.

-Alibaba me has asustado.

-Lo siento, pero tenía que avisarte que en un rato saldremos-Alibaba parecía más serio de lo normal esa noche, aunque desde que le había conocido solo se expresaba como realmente era cuando podían hablar a solas sin que nadie más los viese-. Si no estás segura de estar en la Tropa de la Niebla puedes dejarlo cuando quieras.

-No, ya sabes que te debo mi vida-las imágenes pasaron por su mente recordándole aquel día-. Si no fuese por ti habría muerto nada más llegar a Balbadd.

-Ya te he dicho muchas veces que no hace falta que me lo agradezcas-una tímida sonrisa apareció en su rostro-. En esta ciudad nos cuidamos unos a otros, o por lo menos lo intentamos.

-Gracias Alibaba-la chica le dio un beso en la mejilla antes de salir de la habitación-. Espero poder quedarme aquí mucho tiempo-susurró para que el rubio no le oyese.


La aparición del rey de Sindria junto a los amigos de Alibaba había hecho que la situación se complicara, sobre todo si Sinbad descubría quien era ella. Y lo peor es que ya había localizado a varios de sus perseguidores en la ciudad. Pronto tendría que abandonar aquel lugar y no quería dejar a Alibaba solo con todo lo que estaba pasando en Balbadd, pues le debía la vida al chico y también, le había cogido mucho cariño al ayudarla tanto.

Conquistando al Imperio Kou  (Magi the Labyrinth of Magic) [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora