Capítulo 9

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Los dos hermanos miraban a la chica que permanecía dormida en la cama del camarote. Ninguno se podía creer que por fin la habían encontrado. Cuando la encontraron en aquel inhóspito lugar todavía tenía a tres enemigos atacándola y ella parecía estar a punto de colapsar, lo cual sucedió, pues cuando Kouen se encargó de aquellos hombres la chica cayó al suelo inconsciente dándoles un buen susto a los príncipes.

-Parece tan frágil en esa cama-susurró Koumei para no despertarla-. ¿Cómo habrá podido sobrevivir en ese frío?

-Yuuki siempre fue fuerte. Su padre la entrenó muy bien y no solo la enseñó a luchar, sino que la enseñó lo que es sobrevivir entre cientos de enemigos.

-Tú también piensas que alguien del castillo ayudo secuestrarla ¿verdad? -Kouen asintió con la cabeza. Esa idea no había dejado de rondar por su mente desde aquel día-. Si es así no es buena idea llevarla de vuelta, podrían volver atacar y ahora ella está débil.

-Avisa a Kouha para que vaya al pueblo pesquero que conquiste en el este. Allí podremos esconderla hasta que se recupere-Koumei asintió dudoso. No quería avisar a su hermano, porque sabía que si algo iba mal Kouha no se recuperaría-. No le digas que la hemos encontrado.

-Allí habrá gente del Imperio y en cuanto salga del barco la verán.

-Ya nos ocuparemos de eso cuando llegue el momento-dijo Kouen-. Por ahora dile a Kouha que se dé prisa. Llegaremos mañana al atardecer-Koumei abandonó la habitación.


Se sentía tan cansada y dolorida que el simple pensamiento de abrir los ojos le dolía y mover un musculo era un infierno. Varios sonidos llegaron a sus oídos indicándole que tenía que estar en alguna nave.

Un largo suspiro salió de su boca al comprender que deberían haberla vuelto a capturar cuando perdió el conocimiento en Imuchakk. Todo el esfuerzo que había hecho huyendo durante todo un año había sido en vano, porque volvería a aquel lugar y dudaba mucho que tuviese otra oportunidad de escaparse como la última vez. Él se aseguraría de que así fuese.

Con gran esfuerzo abrió los ojos para encontrarse en un camarote muy sencillo donde había una silla al lado de su cama y más haya una mesa con otras dos sillas. Aquel barco le recordó a uno en el que viajó junto a Kouha en uno de sus múltiples viajes.

Un nudo en la garganta se le formó al acordarse del pelirosa. Le echaba tanto de menos que le dolía el pecho solo de pensarlo. Durante aquel año había intentado centrarse solo en huir y en esconderse, pero el rostro del chico aparecía en los momentos que su mente estaba realmente cansada y la tentación de buscarle era tan fuerte que se tenía que recordar por qué huía.

-Veo que ya has despertado-Yuuki se quedó petrificada al escuchar aquella voz tan conocida-. Me alegro de verte Yuuki-Koumei la sonreía desde la puerta. En sus manos traía una bandeja de humeante comida que llenó la habitación con su delicioso olor-. Estoy seguro de que estas muertas de hambre-Yuuki no conseguía salir de su asombro. Estaba segura de que aquello era solo una alucinación por el agotamiento, pero el dolor de su cuerpo era tan agudo que no podía ser falso.

-Koumei ¿eres...tú? -los ojos se le llenaron de lágrimas al comprender de quien era aquel barco-. ¿Yo...estoy...? -el chico dejó la bandeja en la mesa y se acercó a ella con una tierna sonrisa en los labios.

-Ya estás a salvo. Nunca tendrás que volver a huir-la chica intentaba secarse las lágrimas que seguían cayendo por sus ojos-. Ya estás en casa.

-No puedo quedarme-esas palabras sorprendieron al pelirrojo, porque no se esperaba esa contestación tan seria de la chica-. Si lo hago ellos les dirán dónde estoy. Os harán daño si os interponéis.

Conquistando al Imperio Kou  (Magi the Labyrinth of Magic) [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora