Desperté en mi cama tamaño king con una sonrisa que nada ni nadie podría sacarme. Estaba más que satisfecha por lo que había pasado anoche. Lo recordaba y no podía dejar de emocionarme. Pero hoy ya era otro día, hoy llegarían por la tarde Grace y Emma, mis mejores amigas. Y además... vendrían por una razón especial, claro. El gran concierto del Madison Square que se realizaria hoy. Recordarlo sólo me ponía la piel de gallina, tenía la mañana libre y luego llegarían las cámaras a casa para comenzar a filmar mi día antes de estar en el MSG. Por supuesto, también el concierto sería grabado. Así que debía ser sumamente cuidadosa y tratar de que todo salga bien, pero sin dejar de divertirme y ser yo. Si no, no valía la pena.
Luego de ponerme presentable -pero aún permaneciendo normal-, tomar el desayuno con Thomas mientras veíamos Bob Esponja , darme un baño y almorzar, estaba esperando a la llegada de Monique junto al equipo. Estaban algo atrasados, aunque estarían acompañándome hasta el final del concierto, creo que no sé como soportaría tener cámaras siguiéndome durante todo el día. Horrible. Por suerte Monique se quedaría junto a mí y me daría indicaciones de todo lo que podía hacer.
*********
La filmación en casa fue algo aburrida. Sólo hablé como 20 minutos cuando me preguntaban cosas que pondrían en el documental. Luego me filmaron un par de veces comportándome normalmente, tenía que hacer como si ellos no existieran. Pero también demostrar nerviosismo, ansiedad, felicidad, rastros de alguna emoción en mí. Luego me hicieron mostrarles mi cuarto y contarles lo que más me gustaba hacer en mi tiempo libre, a lo cual respondí: tocar el piano, leer y nadar -aunque obviamente esa última no era mi fuerte-. Después de que terminaron conmigo les hicieron muchas preguntas a mis padres y a mi hermano sobre mí y demás. Pero por supuesto, no me dejaron escucharlos, pues debía ser sorpresa para que recién lo viera en su estreno. Aunque todavía no me decían si sería un documental o que. Quizás querían hacer una película sobre esto, lo cual me parecía demasiado excéntrico. No soy ese tipo de cantante. Pero admitiré que Never Say Never fue increíble. Me corrijo, Justin es increíble.
Ya eran las cinco cuando me llevaron en la camioneta rumbo al Madison Square Garden, podía ver la cantidad de personas que ya estaban haciendo fila cuando aún faltaban tres horas. Pude divisar carpas también, ¿cuanto tiempo habrán estado allí para poder verme cantando?. Simplemente era increíble lo que las personas podían hacer por verme. Anteriormente había visto muchos concursos de diferente tipo por entradas para el concierto de hoy, había unos muy locos. Padres que tenían que correr con zapatos altos para conseguir entradas a sus hijos. Súper loco. De todos modos me gustaba, al menos ellos hacían lo que sea para cumplir alguno de sus sueños.
Vestidos, pantalones, blusas, zapatos, revistas con diferentes tonalidades de maquillajes, revistas de peinados, debía elegir muchas cosas. Y en eso pasé una hora. Una vez que todo lo que tendría que usar en escena estuvo listo me dejaron ir al fin a la prueba de sonido. Iluminación, sonido, micrófonos, cámaras, instrumentos, plataforma, escenografía, debía volverse a probar todo para que se supiera que saldría bien en el concierto. Había varios fans observando la prueba porque tenían los pases. Así que decidí hacer sociales con ellos mientras los bailarines realizaban la coreo y se controlaba que el piso no estuviera resbaladizo o algo por estilo. Como era obvio, la cámara me siguió. No se perderían ni un solo detalle de lo que haría, y socializar con los fans supongo que quedaría muy bien para el documental o lo que fuera que decidieran hacer. Entonces me acerqué al grupo, estaban charlando animadamente cuando me vieron. Estaban sorprendidos de que me hubiera acercado a ellos. Me sonrieron y me adaptaron al grupo como si fuera una más. Vaya, me gustaba que me tratasen así, no como una famosa, si no, como alguien normal. Les pregunte algunas cosas sobre el concierto y les comenté que también tendría un invitado especial para cantar un cover pero aún no sabía quién era, aparentemente sería una sorpresa. Mientras me despedía del grupo me preguntaba quien podía ser la/él artista que estaría acompañándome durante la canción. Ninguna idea se me ocurrió.
Volví a mi camerino y ya comenzaron con mi peinado y demás, faltaba una hora para que comenzara el concierto. Ahora si comenzaba a sentir los nervios de verdad. Mi estómago no dejaba de retorcerse, por lo cual no quise acceder a comer algo. Pero Monique prácticamente me obligó, pues no podía subir al escenario con el estómago vacío. Así que comí, bebí agua y terminaron con mi maquillaje. Luego me coloqué el vestuario. Ya solo faltaban 20 minutos, la cámara seguía acompañándome y me preguntaban como me sentía. Eso era algo obvio, así que luego se les ocurrió otra pregunta -¿Quién crees que sea el artista que te acompañará hoy? -a lo cual pensé unos segundos pero nada se me ocurrió. Así que bromeé diciendo -No lo sé, ¿Justin Bieber? -luego reí y volví a afirmar que no tenía ni la menor idea de quién podía ser. Monique avisó que faltaban 10 minutos y que ya debía ir yendo hacia la plataforma. Le hice caso, la cámara me seguía mientras caminaba por los pasillos, que estaban repletos de bailarines, técnicos etc etc. Todos me deseaban buena suerte. Era bueno sentir que aunque no conociera a ninguna de estas personas, todas me apoyaban. Finalmente llegamos a la plataforma. 2 minutos. Mientras me quitaba la bata y limpiaba en ella el sudor de mis manos por el nerviosismo, los 2 minutos pasaron. La melodía comenzó a sonar, escuché el "Buena suerte!" de Monique y sentí ascender a la plataforma. Cuando comenzé a cantar el sentimiento era el mismo que el de ayer, pero aún mejor. Me sentía completa, y la cantidad de personas que había me ponía los pelos de punta. Era increíble tocar aquí. Cuando el tema estaba finalizando, estaba observando hacia el lado del palco Vip y pude ver un cartel con luces de neón y escrito flúor, como para resaltar. Decía "Serena, romperás el escenario hoy" solte una pequeña risa, que efectivamente se borró cuando vi al portador de ese cartel. Harry, mi amado vecino -noten el sarcasmo- sostenía el luminoso cartel. ¿Qué rayos hacía aquí? No sé, pero pronto lo averiguaría.
