La gira europea finalmente había acabado. Me la había pasado genial, conociendo diferentes lugares, culturas y principalmente, personas que me querían. Sin dudas, a pesar de todos los inconvenientes que incluía esto, no estaba arrepentida para nada. Cantar y ser escuchada es lo que más feliz me hacía. Y bueno... ahora también estaba Harry. No lo veía en persona hace unas 3 semanas aproximadamente, sin embargo nos comunicabamos por Skype, mensajes de texto y llamadas. Para no perder las costumbres de los viejos tiempos, un día incluso me mandó una carta escrita a mano por él. Esa carta era lo más maravilloso que alguien podría haberme escrito. Al menos, hasta el momento.
Hoy, luego de tanto tiempo, volvería a ver a Harry. Él venía a Estados Unidos para promocionar una de las nuevas canciones de One Direction y en la tarde podría verlo. Sin embargo, la espera se me hacía interminable, no paraba de echarle vistazos al reloj que colgaba en el living de la casa. Hacía un día esplendido afuera y sabía que la pasaríamos estupendo. Aún no tenía idea de a dónde iríamos, él no me lo había querido decir, últimamente siempre tenía un toque misterioso. Por lo que decidí vestirme ni muy formal ni muy informal, algo cómodo y lindo.
Cuando faltaban cerca de 5 minutos para que se cumpliera el horario en el que me dijo que vendría, mi teléfono vibró. "Sal afuera. -Harry." Genial. Había venido con anticipación. Esperaba que eso significara que tampoco había podido esperar por verme como yo a él. Al salir afuera distinguí enseguida su figura, estaba sentado en su Audi descapotable observando el paisaje. Al escuchar mis pasos volteó al instante. Me observó por unos segundos y luego bajó del auto para envolverme en un cálido abrazo. -Dios, cuanto tiempo sin verte.
-En serio. Después de tanto ¿es lo único que tienes para decir? -respondí en tono de broma. Él sonrió y bajó sus brazos hacia mi cintura para apegarme más a él.
-Creo que los dos sabemos todo lo que tengo para decir, pero si lo hago me considerarás un ñoño cursi -solté una pequeña risa y Harry rompió la poca distancia que había para besarme. Apoyé mis manos sobre su pecho, primero fue suave, luego apasionado, con un poco de desesperación ya que ambos nos necesitabamos mutuamente, y hace mucho no nos teníamos. Sólo cuando nuestra respiración se cortó pudimos parar. -Vaya, se nota que me extrañaste. -lo golpeé amablemente en su brazo y subimos al auto.
...
La brisa californiana era fresca y serena. El sol bajaba por el oeste, y yo estaba recostada sobre el regazo de Harry en la arena de la costa. ¿Qué mas podía pedir?
-¿Sabes? -dijo él en voz baja. Lo miré para que continuara. -Soñaría con poder congelar este momento para siempre. -Cada vez que pensaba que Harry no podría superarse a si mismo, lo hacía. Era literalmente increíble. Salí de su regazo y me senté más a su lado aferrándome a él con mis brazos. Me dediqué a contemplar la puesta de sol y a pensar en todo lo que había pasado hasta ahora. Si me hubieran dicho hace unos meses que hoy estaría aquí en una playa de Los Ángeles abrazada a Harry Styles me hubiera reído en la cara de esa persona e incluso tal vez le hubiera dejado propina por el chiste. Pero ahora todo había cambiado, y aquí estaba yo.
Interrumpiendo mis pensamientos y la excelencia del momento que estaba pasando. Una anciana algo extraña se acercó a nosotros ofreciendo pulseras con dijes y piedras. La verdad es que la señora daba un poco de lástima, por lo que le dije que nos mostrara cuales tenía. Cuando comenzó a explicar que todas tenían un significado me pareció curioso. Pregunté si había algunas para dos personas, a lo que ella asintió y comenzó a buscar las que tenía.
-Esta sirve para ex-amores, si consigues dársela a un viejo amor o que él la tenga, diferentes circunstancias volverán a encontrarlos y si tienes suerte, juntarlos. -asentí pero expliqué que necesitaba una para mí y para Harry, que tuviera un significado especial. -Familia, amistad, odio, suerte, hmm.. aquí está. Amor verdadero. -observé a Harry y el me dedicó una media sonrisa. -Tienes esta, esta de piedra jade, esta de ágata roja, que mantiene la pasión en la pareja... -La anciana seguía hablando pero yo puse mi atención en una en especial. Una de piedras rosas que tenía un precioso dije de una nota musical.
-¿Cual es esa piedra? -le pregunté a la señora; esta miró hacia donde le señalaba y sonrió.
-Esa es de cuarzo rosa, significa amor verdadero (hacia uno mismo y los demás), bienestar, felicidad, equilibrio. Es la más poderosa -no necesitaba más, esa debía ser mi piedra.
-Las quiero. -respondí segura. La anciana tomó las dos pulseras y me las entregó. Le di su paga, fingiendo que no notaba que Harry quería pagar, y se retiró. -Lo siento Harry, quería que este fuera mi regalo para ti. -él me sonrió y dejó un beso sobre mi coronilla. Le coloqué la pulsera en su muñeca derecha, ya que sabía que ahi era donde más le gustaba llevarlas. -Te queda genial.
-Muchas gracias, pequeña. Aunque no sé si creer esto de las piedras. Se me hace un poco supersticioso, además de que la anciana tenía cara rara. -su expresión al decir eso me hizo soltar una carcajada inevitable. -¿Qué? Es cierto. Por un momento pensé que quería embrujarte o algo.
-No seas tonto, Harry. Sólo era una ancianita. -él asintió con cara de aburrimiento y yo le di un pequeño beso en la mejilla. -Te quiero mucho, ¿lo sabes?
-Te amo.
....
NOTA
Hola, creo que no he hecho notas aquí todavía. Bueno, la cuestión es que sólo quería avisar que quedan pocos capítulos para que termine. No sé cuantos pero menos de 5 seguro. Y no quiero adelantar nada pero seguro que haga segunda temporada porque el final no va a ser de cuento de hadas, jeje. ¡Chau!