CAPITULO I

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En el que todo parece normal.

~Este fic está ubicado después de la batalla contra Majin boo y  antes de los acontecimientos de Dragón Ball Super.~

(*)

Era una hermosa mañana en la pacífica montaña Paozu donde Goku y su familia se encontraban durmiendo plácidamente.

Como era de esperarse, Milk era la primera en despertar ya que ella era la encargada de hacer el desayuno para sus 3 sayajines que, igual que todos los días, despertarían muy hambrientos.

Allí se encontraba la morena cuando sintió unos fuertes brazos envolverla, interrumpiendo así sus labores matutinas.

-Eso huele riquisimo, Milk.-
-Buenos días Goku. Por qué te has levantado ya?
-Lo que pasa es que no te sentí a mi lado al despertar y supuse que estabas aquí, así que vine a hacerte compañía.-
-Te agradezco el gesto. Te amo Goku. -dicho esto se dio la vuelta para quedar frente a su marido.
-Yo igual Milk, no tienes idea cuanto te extrañe todos estos años.-

Goku comenzó a acercarse a los rosados y hermosos labios de su esposa y sin más le plantó un tierno beso provocando un leve sonrojo por parte de ambos.
Hubiera querido seguir así, pero el momento fue interrumpido el estómago del Sayajin que rugía cual león por comida. Sólo se miraron.

-Ya te escuché- le dijo al estomago de su esposo.- Por lo que acabo de escuchar, debes tener mucha hambre, no es verdad?-  
-Si, creo que podría comer- dijo con su mano en su nuca muy característico en él.
-Solo que hay un detalle...-
-Uh?. Y cuál es ese detalle?-
-Que no puedo terminar la comida si no me sueltas-
-Jaja! claro, claro- sin más, Goku se separó de Milk un tanto apenado.

Él decidió tomar asiento en frente de su esposa, una de las cosas que más le encantaban era observar a su mujer hacer la comida pues ella siempre era muy esmerada al momento de cocinar. Después de todo, era un lugar en el que ella era toda una profesional.

-Bien ya casi esta listo.-
-Genial, me muero de hambre.-
-Tu no cambias, verdad Goku?-

Luego de eso se escucharon algunos pasos, eran los dos sayajines menores que habían despertado por el exquisito aroma que emanaba la comida de Milk y que inundo toda la casa.

-Buenos días!-
-Hola papá!, Hola mamá!-
-Hola hijos!-
-Buenos días, que tal durmieron?-
-Supongo que bien-
-Yo soñé con una ciudad de caramelo.-
-Ja, eso suena interesante.-
-Bueno chicos la comida esta lista. A desayunar mis sayajines.-
-Gracias por la comida!-

Y así comenzó la mañana, llena de paz y tranquilidad o al menos eso parecía...

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