CAPITULO XVII

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      En donde pasan muchas cosas

"De un lado hay reencuentros y del otro, malos momentos"...

P.O.V Milk

Es increíble lo que pasaba en esos momentos, de verdad que no podía creer que estaba muerta, pero aquí estoy, a pocos centímetros de entrar a donde Enmadaiosama a su castillo donde se decidirá mi destino, a pesar de todo, me siento feliz, feliz por haber ofrecido mi vida para salvar a mis amores, a aquellas tres personas que eran mi razón de vivir, mis hijos, Gohan y mi pequeño Goten; y mi amado Goku.
Sinceramente esta no era mi idea pero las cosas surgieron así y opté por entregar mi vida. Lo que me duele es que no me despedí de ellos como se debía y no se si podré revivir una vez más pues las esferas del dragón no están disponibles en estos momentos y no conozco otra manera en la que yo pueda regresar al mundo de los vivos.

P.O.V Normal

Milk llegó a donde Enmadaiosama, se sentía triste pero feliz a la vez porque ya no volvería a ver a sus seres queridos de nuevo pero se había sacrificado por ellos, y mientras la pelinegra estaba hundida en sus pensamientos escuchó la voz de aquel guardián del otro mundo.
-Veamos, tu nombre era Milk Ox, cierto?- preguntó Enma.
Milk asintió con la cabeza.
-Vamos a ver, vamos a ver- decía aquel gigantesco hombre al mismo tiempo que ojeaba su libreta y realizaba algunas anotaciones hasta que algo lo dejó impresionado.
-Claro, como no lo noté?- soltó.
-Sucede algo?- preguntó la azabache.
-Tu eres la esposa del atolondrado de Goku, no es verdad?- cuestionó el gran Enma.
-Así era- Respondió Milk con un tono triste.
-Vamos niña- trató de animarla- Son Goku viene muy seguido por aquí, ese tonto se pasa la vida muriendo que ya ni recuerdo las veces que ha estado en este lugar. Quizá llegue aquí en muy poco tiempo, no lo crees?.-guardo silencio unos segundos esperando quizá que sonriera o algo, sin embargo ella estaba con la cara mirando hacia el suelo en todo momento.
Milk- la llamó- Por haber hecho ese sacrificio se te ha otorgado un lugar en el cielo- comentó Enma.
-De verdad?- Soltó ella de una manera alegre a pesar de estar triste por dentro.
-Así es, ahora- señaló hacia una gran puerta- ese lugar te conducirá  al paraíso, y por cierto- añadió- hay algunas personas que desean verte- dijo el guardián mientras mostraba a la pelinegra la puerta a donde debía dirigirse, al parecer Milk no prestó mucha atención a lo que había dicho Enmadaio al final pero igual no le dio importancia.
Tomó el camino hacia aquella puerta mientras pensaba en como deberían estar pasándola su esposo e hijos, tenía la esperanza de que Goku ya le había partido la cara a Haku.

(*)

Mientras el cielo lloraba con las nubes, Goku creía que una parte importante de él se había esfumado. Se sentía débil. Tenía miedo. Increíble. Goku tenía miedo.
Es decir, Milk era una razón importante por la que él peleaba y de igual manera protegía a la Tierra, si bien el no sabe con exactitud que es lo que defiende, nunca lo sabía, él peleaba porque le gustaba hacerlo pero también lo hacía porque sabía que en la Tierra se encontraban sus amigos; Bulma, Krilin, Yamcha, el maestro Roshi, Ten Shin Han y Oolong se encontraban allí, Piccolo y Vegeta igual, pero el sabía que en alguna parte de las montañas, en la dirección Este, en el lugar llamado Paozu, en una acogedora casa se encontraban sus hijos, sus dos queridos hijos, y ella, aquella bella mujer que lo esperaba con ansias, si bien lo reprendería por su ausencia pero que después de todo lo minaría y le daría su cariño y sus sonrisas. Esa era la mayor razón por la que él protegía a la Tierra, ella, esa mujer, pero ahora ella ya no estaba. Ella fue la que esta vez tuvo que partir y todo por salvarlo de un ataque que le perforó directamente el corazón.

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