All Of Me.

Cinco.

Bañé con mucho cuidado a Alex, le puse ropa limpia y que estuviera más o menos caliente, pues hacía frío afuera, lo dejé en la andadera y me di un baño rápidamente, no podía tardar pues me daba pendiente dejarlo sin supervisión, me cambié rápidamente y tomé mi bolsa, agarre mi cartera, llaves y celular, y puse a Alex en la carriola, camine unas cuantas cuadras hasta el supermercado, el día estaba nublado y con mucho viento, Alex iba de lo más tranquilo en el pequeño cochecito, le encantaba que le diera el aire en la cara e iba observando todo a su alrededor, compré unas pocas cosas en el supermercado, iba a preparar lasaña, a Adam le encantaba y bueno, a mí también, mi madrina me había enseñado a hacer una que quedaba bastante rica, era de mis platillos favoritos. Del dinero que me depositaban lo dividía en tres partes, una para mis gastos, otra para gastos de la escuela y otra la iba ahorrando; aunque no me gustara, el hecho de que Adam suela pagarme varias cosas o que a veces él me llevara en su coche, lo cual era casi siempre, hacían que el dinero me alcanzara bastante bien, estaba bastante agradecida y planeaba devolvérselo pronto.

Regresé a mi casa y me puse a preparar la comida, asee un poco e hice unos pendientes de la escuela, entre ratos pues tenía que estar muy pendiente de con qué jugaba Alex, por el hecho de que se fuera a meter algo a la boca y atragantarse, o caerse o cualquier pequeño accidente, estaba muy alerta. Ya pasaba del medio día y July y Evan no habían llamado, yo sólo esperaba que la estuvieran pasando bastante bien, y que todo estuviera marchando bien. Escuché que mi celular hizo un pequeño ruido, era un mensaje, probablemente era de ellos. Me limpie las manos y lo tomé, era Adam: "Llegaré un poco más tarde, estoy atrasado, si quieres comer come, no te preocupes, te veo al rato", le conteste devuelta diciéndole que lo esperaría para comer, no tenía ningún problema por esperarlo a menos que de verdad fuese a tardar muchísimas horas y entonces mi estómago no resistiría.

Después de un buen rato, Alex comenzó a quejarse y después a llorar, lo cargué y traté de calmarlo, pero era inútil, traté de darle de comer y tampoco quería, verifique que estuviera limpio su pañal, no entendía que le pasaba, le canté un poco y lo acurruque entre mis brazos, pensé que quizá tendría sueño, y al principio parecía que eso era, comenzaba a calmarse, pero de pronto volvía a llorar, nunca se había puesto así, o bueno, yo nunca lo había visto. Ya llevaba un buen rato así, lo bueno es que ya había acabado de preparar la comida, lo puse en la andadera y traté de que jugara, pero tampoco quería, lo pasé a la carriola y caminé un poco por la manzana, se calmó un rato, pero de repente volvía a llorar, comenzaba a desesperarme y a dolerme bastante la cabeza, además de que dormí muy poco, caminé vencida a la casa nuevamente, en el camino de regreso se fue tranquilizando poco a poco, se había quedado dormido finalmente... Abrí con mucho cuidado, y en ese momento vi que Adam se estacionaba frente a mi casa, se bajó rápidamente, traía con él una bolsa de papel con algunas cosas.

- ¿Qué haces, Katie? –Enseguida le hice señas de que guardara silencio, me dio mucho miedo el que Alex pudiese despertarse con el más mínimo ruido; Adam guardo silencio y me ayudo a meter la carriola a la casa, cargué con mucho cuidado a Alex y lo lleve a mi habitación, deje entrecerrada la puerta y volví a la sala, Adam estaba acomodando la carriola y cerró la puerta.

- Tuve que salir a darle un paseo, no sé qué tiene... No dejaba de llorar, pero terrible, hice mil cosas y nada, de hecho, ni con el paseo cedía, ya de regreso fue que se quedó dormido. –Él me observo con una mueca en la cara, se acercó a mí y jugó con mi cabello.

- ¿Estás bien? –Respiré profundo y negué con la cabeza.

- Me duele mucho la cabeza, vamos a comer, por favor –Él empezó a reír y asintió, me ayudo a servir los platos y nos sentamos a comer.

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